martes, 31 de agosto de 2010

El Castillo árabe de Santa Euferia, fortín de entrada a Andalucía

Restos del castillo árabe en la sierra que le da nombre a la localidad.En la localidad situada más al Norte de la provincia, a pocos kilómetros de Castilla-La Mancha y prácticamente coronando el mapa de la comunidad andaluza se encuentra el castillo de Miramontes, antigua fortaleza musulmana localizada en el gran otero de la comarca. Así, Santa Eufemia ha sido a través de los siglos una puerta natural de entrada a Los Pedroches. Su carácter fronterizo le ha otorgado igualmente una privilegiada posición estratégica, eternamente vigilada por el castillo de Miramontes, vetusta fortaleza que forma parte del rico patrimonio de Córdoba.

Mediaba el siglo XII cuando una treintena de caballeros italianos de Calabria a las órdenes del rey Alfonso VII conquistaron a los moros un castillo denominado San Fumiyah, según la información que aporta el célebre geógrafo árabe Idrisi. El caso es que los cristianos le dieron el nombre de Santa Eufemia, que es como se conoce desde entonces a la población que surgió a los pies de tan imponente atalaya. Su ubicación elevada y rocosa le otorgó posteriormente el nombre de Miramontes.

De construcción árabe, levantado probablemente sobre las ruinas de un castro prerromano, ha estado ligado desde entonces a la historia de la población. "La construcción del mismo debió de realizarse a lo largo de la época almorávide y almohade", explica el alcalde calabrés, Elías Romero Cejudo. Durante muchos años, el más absoluto silencio histórico rodeó al castillo de Santa Eufemia, enclavado en un territorio despoblado, hasta que Fernando III lo conquista definitivamente y lo dona a la ciudad de Córdoba. Miramontes, fortaleza árabe de planta poligonal a la que se puede acceder a través de la calle Calvario, da vigilancia y protUno de los torreones de la fortaleza con Santa Eufemia al fondo.ección a esta importante vía de comunicación. Hoy día, según cuenta el alcalde, se encuentra en ruinas, aislado y sin uso. "Se podría haber contemplado una zona de descanso o un merendero, pero el castillo es propiedad privada y desde hace siglos se desconocen sus propietarios", lamenta Romero.

A partir de la segunda mitad del siglo XIII este lugar fue reino de maleantes y salteadores. Así que Sancho IV el Bravo entregó estos terrenos a Fernando Díaz Carrillo, que será el primer Señor de Santa Eufemia, con la intención de que reconstruya el fortín y ponga fin a los desmanes de los golfines, como eran conocidos estos salteadores de caminos, que controlaban una de las rutas más importantes de comunicación entre Castilla y Andalucía. Así, cuenta la leyenda que tuvieron que intervenir los Reyes Católicos en la destrucción y desmantelamiento del la fortaleza de Miramontes, para frenar el ansia expansionista de los Carrillo.

A pesar de los picos y los mazos de los grandes señores castellanos que cumplieron la sentencia, según el alcalde del municipio, "aún se conservan importantes restos de esta fortaleza, como la torre del Homenaje, el aljibe, y abundantes despojos de la residencia de los señores y sirvientes".

"La fortaleza es símbolo emblemático del pueblo y numerosas asociaciones toman su nombre de él. Así, en ocasiones recibimos visitas turísticas, aunque no tantas como nos gustaría", señala Elías Romero, quien además añade orgulloso que "desde el castillo se pueden observar unas maravillosas vistas de todo el Valle de Los Pedroches, un paisaje único y milenario donde los haya". Como el resto de estructuras defensivas, este vetusto fortín que da entrada a Andalucía pasó a ser Bien de Interés Cultural (BIC), si bien su mérito está en haber soportado el paso del tiempo, en convertirse en un gigante invencible que ha hecho frente a la dejadez.

Lidia Ramírez: El fortín de entrada a Andalucía, El Día de Córdoba, 23 de agosto de 2010

lunes, 30 de agosto de 2010

El origen de los Estados Unidos Mexicanos

Estados Unidos Mexicanos es el nombre oficial del país conocido como México. La primera denominación resalta el pacto federal, mientras que la segunda pone énfasis en la nación, origen de la soberanía, según la Constitución. Parece evidente la tensión entre estas proposiciones, en particular porque ambas se encuentran en el mismo documento. Sin embargo, la tensión es antigua y se deja sentir menos, aunque en 1993 se manifestó en una polémica en la prensa entre quienes proponían modificar la denominación oficial por considerar que "México" era el nombre auténtico de la nación y aquellos que defendían las soberanías estatales y argüían que el cambio respondía a intereses comerciales estaounidenses. La polémica no pasó de la prensa.

El nombre de México tiene una trayectoria previa al surgimiento de la nación en el siglo XIX. Su origen es prehispánico, limitado al de las ciudades lacustres de México Tenochtitlan y México Tlatelolco. La etimología parece hacer referencia al asentamiento en medio de un lago: Mexi es la luna o el centro del maguey, co significa "en donde está". Tras la conquista española del siglo XVI, la ciudad que sirvió de cabeza al reino de Nueva España fue llamada México, por lo que se podía usar ese nombre para todos los dominios que se gobernaban desde esa capital. Muy pronto se pueden hallar referencias al Seno Mexicano (el Golfo de México) y en 1590 el Orbis terrarum de Petrus Plancius señalaba a toda la parte norte del Nuevo Mundo como "America Mexicana", es decir, eran regiones que dependían de la ciudad de México.

Imagen del exterior del edificio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que ha ganado el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2009.- EFE

Período colonial

A finales del siglo XVIII, Francisco Xavier Clavijero publicó su Storia antica del Messico, lo que contribuyó a llamar con este nombre a los dominios españoles en América del Norte, en especial en Europa y en Estados Unidos. Sin embargo, el término "mexicano" se usó durante el periodo colonial únicamente para designar a las personas que vivían en la ciudad de México o a quienes hablaban náhuatl, la "lengua mexicana", y no para la generalidad de los habitantes de Nueva España. El vocablo "novohispano" fue inventado en el siglo XX, de modo que nunca nadie lo empleó para identificarse.

Estas puntualizaciones son pertinentes, porque durante el proceso que condujo a la independencia del país, no hubo una única manera de nombrarlo. Miguel Hidalgo siempre se refirió a "este reino" o a "esta América". Por su parte, José María Morelos usó el nombre "América Mexicana", que se ve en el Decreto Constitucional de 1814. No obstante, en los papeles de los dos dirigentes de la insurgencia hay referencias a los "apáticos mexicanos" o los "cobardes mexicanos", es decir, a los habitantes de la capital virreinal.

Los términos "Estados Unidos Mexicanos" y "República Mexicana" fueron empleados por vez primera por los insurgentes de Texas, quienes se hallaban muy influidos por los estadounidenses. En 1821, el Tratado de Córdoba firmado entre el jefe político Juan O'Donojú y Agustín de Iturbide señaló que "esta América se reconocerá como nación soberana e independiente y se llamará en lo sucesivo imperio mexicano".

Servando Teresa de Mier advirtió que "llegará el tiempo en que todos los nombres europeos desaparecerán de los países trasatlánticos y se restituirán los antiguos". No bien conseguida la independencia, el de "Nueva España" fue olvidado. Entre 1821 y 1824 "Anáhuac" (náhuatl: tierra rodeada de agua) convivió con "México" en impresos y proyectos constitucionales. Mier se dio cuenta de que el segundo se impondría, por ser la capital del nuevo país, lo que en efecto sucedió cuando el Congreso decretó la Constitución Federal de los Estados Unidos mexicanos.

Consulta el especial 'Los nombres de América'

Álfredo Ávila: El origen de los Estados Unidos Mexicanos, EL PAÍS, 25 de agosto de 2010

miércoles, 25 de agosto de 2010

Noticia bomba: miedo en el frente

Imagen de una trinchera francesa, publicada en La batalla del Somme' (Ariel), de Martin Gilbert. Los soldados llegaron al frente, llamados a morir bajo las bombas, con cascos de tela y cuero. Hasta un año después de comenzada la Primera Guerra Mundial, una de las experiencias más atroces de la historia universal, según la describiría años después Walter Benjamin, ningún ejército había conocido los cascos de acero. El francés fue el primero en usarlos, en 1915, rápidamente imitado por el británico. Más de ocho millones de europeos no regresaron de las trincheras.

El casco es sólo un ejemplo de la desorientación con la que aquella época afrontó la gigantesca transformación de la vida y de la guerra, casi siempre por medio de la muerte, que ella misma había puesto en marcha. Nada sorprende, pues, que el mismo Benjamin dijera de los que sí volvieron (en total habían sido movilizados unos 60 millones de hombres) que volvieron mudos. "Una generación que había ido a la escuela en tranvía tirado por caballos se encontró indefensa en un paisaje en el que todo menos las nubes había cambiado, y en cuyo centro, en un campo de fuerzas y explosiones y corrientes destructoras estaba el mínimo, quebradizo cuerpo humano". Es verdad que no podía compararla todavía con la mudez de Hiroshima y Nagasaki.

Hubo, sin embargo, quien rompió a hablar, cuanto menos a escribir. Muchos no habían dejado de hacerlo ni siquiera en el frente. Las notas que tomaron durante el conflicto sólo al anuncio de Radio France, que quiso reunir las cartas escritas por los reclutas en campaña, respondieron unas 8.000 personas reflejan el deseo de conservar el hilo que los unía a sus seres queridos, más allá de las alambradas. "¡Mi cuaderno, mi querido cuaderno, lo más íntimo que tengo aquí!", escribía el violinista Maurice Maréchal, el miércoles 12 de agosto de 1914. La Gran Guerra había empezado doce días antes.

Congoja al raso

Al torrente de sangre y fuego, sucedió otro de palabras y tinta que generalizó una visión de la guerra hasta entonces cegada por la propaganda: la congoja del soldado raso. Esa es la gran noticia que Gabriel Chevallier, por poner un ejemplo de entre esos franceses que tuvieron que dejar los violines o las baguettes con las que se ganaban la vida, trajo del frente: "Le voy a decir la gran ocupación de la guerra, la única que cuenta: he tenido miedo", escribió en El miedo (Acantilado), cuya publicación tuvo que suspenderse cuando iba a iniciarse la Segunda Guerra Mundial.

A veces, hizo falta la imaginación para describirlo. El mismo título eligió el italiano Federico de Roberto para su relato, el más crudo que dedicó a esa guerra, escrito en 1921, seis años antes de su muerte. La pérdida de una posición desde la que divisar el frente enemigo, el teniente Alfani obedece órdenes cuando va mandando soldados, de uno en uno, a intentar recuperarla. Los que lo intentan corriendo desde la trinchera, como los que lo intentan arrastrándose, uno tras otro, van cayendo por disparos austriacos.

El miedo (Gallo Nero) lleva al soldado Morana a negarse a ser el siguiente, reivindicando como propio ese escueto peso estadístico que envuelve la carne de cañón: quiere salvar su pellejo. "Los ojos extraviados, los labios morados decían que sí, que tenía miedo, mucho miedo, un miedo de locura, cuando ya no había que combatir en campo abierto, cuando la horrenda muerte estaba acurrucada allí arriba. Y la piedad, una piedad impotente, volvió a embargar el corazón del oficial ante aquel hombre al que, conforme a la ley de la guerra, tenía derecho a matar".

Braulio García Jaén: Noticia bomba: miedo en el frente, Público, 23 de agosto de 2010

martes, 24 de agosto de 2010

Patrice Lumumba, todo por el Congo

Patrice Lumumba El Congo fue durante 85 años el jardín privado de Bélgica, donde primero el rey Leopoldo II y luego las autoridades de Bruselas explotaron los recursos naturales de un país tan grande como la Unión Europea y convertido en un gigante campo de trabajo forzoso. Un solo hombre osó alzarse contra la injusticia colonial: Patrice Lumumba, cuya lucha por la independencia le costó la vida, el 17 de enero de 1961. El Congo conocerá la democracia más de 40 años después, en 2006.

Patrice Émery Lumumba nació el 2 de julio de 1925 en Onalua (centro del Congo). Leopoldo II, que nunca pisó tierra africana, falleció en 1909 y Congo era bajo control administrativo belga: la sociedad estaba sometida a un apartheid entre blancos y negros, entre dueños y esclavos. Lumumba creció en una familia de trabajadores agrícolas, aunque sus buenos resultados en una escuela católica le permitieron ir a la ciudad. Sólo algunos "matriculados" consiguieron unos derechos y ver de cerca cómo los belgas vivían y administraban el país. Lumumba era uno de ellos.

Leía y escuchaba todo lo que llegaba del norte de África, donde se proclamaban las primeras independencias del continente. Su situación de "matriculado" y de periodista le permitió crear la Asociación del Personal Indígena de la Colonia en 1955, aunque fue su experiencia en una mina que despertó su compromiso político: Lumumba descubrió que las materias primas de su país eran importantísimas para la economía mundial, pero sólo beneficiaban a Bélgica. El 5 de octubre de 1958, creó en Léopoldville (actual Kinshasa) el Movimiento Nacionalista Congoleño. Su feudo era Stanleyville (Kisangani), donde llamó, un año más tarde, delante de más de 10.000 personas, a la independencia. Lumumba fue detenido por "desobediencia civil" y una treintena de civiles murieron bajo fuego belga.

Bélgica sabía que había sonado la hora de la independencia: varios países bajo el yugo de Francia, la gran potencia colonial del continente, ya se habían liberado de sus "nokos", como dicen los congoleños, una palabra que significa "tíos". Lumumba fue liberado para preparar la independencia, prevista para el 30 de junio de 1960. Aquel día, en presencia del rey belga Balduino, el líder denunció: "Esta independencia ha sido conquistada por la lucha. Estamos orgullosos de esta lucha porque ha sido noble y justa, indispensable para terminar con la humillante esclavitud que nos fue impuesta".

El Movimiento Nacionalista Congoleño ganó las elecciones y Lumumba fue el primer Primer ministro del Congo independiente. Pero la democracia no duró mucho tiempo: tras las primeras medidas de africanización del país, Bélgica mandó tropas a Katanga y respaldó la secesión de esta región minera del sur en julio de 1960. Lumumba pidió la ayuda de la ONU, pero en septiembre, el presidente Joseph Kasa-Vubu destituyó a Lumumba. El líder nacionalista se negó a dejar su cargo y consiguió el apoyo del Parlamento, que revocó a Kasa-Vubu, pero Lumumba fue puesto bajo arresto domiciliario.

El respaldo de la URSS al Gobierno empeoró las cosas. Lumumba se escapó de Kinshasa y huyó hacia Léopoldville, pero fue detenido en diciembre por las fuerzas de Mobutu Sese Seko, nuevo hombre fuerte de Congo tras un golpe de Estado que contó con la ayuda de la CIA. El 17 de enero de 1961, Lumumba fue conducido a Elisabethville, en Katanga, donde fue fusilado.

Guillaume Fourmont: Patrice Lumumba, todo por el Congo, Público, 22 de agosto de 2010

ÁFRICA. Utopía y realidad: Togo

Un menor hace de guía de una persona ciega en Togo. | C. Sánchez
El 27 de abril de 1960 Togo, el país conocido como 'La costa de los esclavos', se declaraba independiente. Dejaba atrás un largo proceso colonial en manos de alemanes primero, y franceses e ingleses después. Una descolonización relativa y con un futuro político marcado por 38 años de gobierno dictatorial, tal y como explica Sami Tchak, escritor y sociólogo especialista en género y sexualidad en África.
Sami Tchak.
El pasado colonial de Togo comienza con los acuerdos firmados por los jefes de la costa con los alemanes en 1884. Tras la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial, el país fue repartido entre Francia e Inglaterra con el aval de la Sociedad de Naciones. La parte occidental, bajo mandato británico, se incorporó a Ghana en 1956. Un año más tarde, en la parte oriental bajo dominación francesa, se creaba la República Autónoma de Togo, que obtendría su independencia el 27 de abril de 1960.

El togolés Sami Tchak, filósofo, sociólogo y escritor, ha centrado sus investigaciones en la sexualidad de la mujer africana y los estragos que el sida han ocasionado y están ocasionando en África. Sus estudios sociológicos publicados avalan el testimonio de este africano que nació meses después de que Togo alcanzara su soberanía política. Una independencia que celebra su 50 aniversario sumida en una aguda crisis política postelectoral.

La dictadura más larga de la historia de África

Dejar atrás el sometimiento al régimen colonial y su sistema de represión auguró un sentimiento de ilusión entre la población. "Los togoleses estábamos contentos de tener el destino de nuestro país en nuestras manos". Sin embargo, las rivalidades políticas no tardaron en surgir y ese sentir nacional se tornó en desilusión generalizada.

Sami recuerda el asesinato del primer presidente de Togo, Sylvanus Olympio, como el final de la libertad instaurada tras la descolonización de 'La costa de los esclavos'. En total fueron siete los años de gobierno civil antes de que el coronel Etienne Ñasingbe Eyadema perpetrara un golpe militar en 1967 y derrocara al gobierno.
Togo
Capital: Lomé
Gentilicio: Togolés
Población: 6.4 millones
Superficie: 56.785 km2.
[foto de la noticia]

El nuevo jefe de Estado adoptó posturas nacionalistas, ejerció su cargo con formas dictatoriales, acabó con numerosos adversarios políticos y controló sucesivos intentos de golpe de Estado. Además, el régimen impuso el partido único, explica el sociólogo togolés, y bloqueó todo intento de cambio. De este modo, Eyadéma se perpetuó en el poder hasta su muerte en 2005. "Muchos togoleses sólo han conocido la época de Eyadema", en total 38 años de gobierno de corte dictatorial. "Gran parte de la población acabó por hastiarse de un régimen que duró tanto tiempo mientras la situación económica se degradaba. Hoy muchos togoleses harían un balance negativo del régimen de Eyadema tanto en el plano económico, como en el plano social, cultural y político" añade el escritor.

El poder heredado

A pesar de que desde 1990 Togo iniciara un lento y difícil proceso de democratización marcado por la violencia, el dictador antes de morir dejó el país en manos de su hijo Faure Gnassingbe. Éste tomó el mando con el apoyo del Ejército, las fronteras y aeropuertos fueron cerrados. Entendido como un golpe de Estado, la comunidad internacional no aceptó este cambio, ante la presión, el nuevo mandatario anunció elecciones presidenciales. Tras ganar los comicios Faure se convirtió en jefe de Estado, "algo que dio la impresión de tratarse de una monarquía". En las últimas elecciones, celebradas el 4 de marzo de este año, Faure Gnassingbe volvió a ser investido presidente, su permanencia en el poder recuerda a la trayectoria del gobierno dictatorial de su padre, el más largo de la historia de África.

La mujer en Togo

En medio de esta situación se antojan necesarias reformas políticas, judiciales y sociales, estas medidas "están llevándose a cabo en este momento pero hará falta tiempo para medir su alcance real", afirma Sami. Según datos de Unicef, un 39% de todas las niñas del país en edad escolar no están matriculadas o han abandonado las escuelas, y las desigualdades en la educación se reflejan en una alta tasa de disparidad entre géneros que alcanza a un 24%. Crear una educación para todos para lograr una identidad nacional es el principal cambio que el escritor togolés llevaría a cabo, pues en su opinión, "el analfabetismo obstaculiza la aparición de un sentimiento de identidad". Asimismo, en lo relativo a la situación de la mujer, Sami reconoce que todavía queda mucho por hacer. "Están poco representadas en el seno de la élite política", pese a ello, el sociólogo especializado en el estudio de la mujer africana asevera que la mujer togolesa es espabilada y se vale por sí misma. "Muchas mujeres de las ciudades y pueblos viven como los hombres, en la pobreza, sin embargo, desde hace décadas y gracias a la educación, la situación de la mujer mejora". "Soy originario de un país que continúa naciendo y que probablemente algún día conseguirá nacer realmente". Escribir el futuro para crear realmente la identidad del país es misión de todos y cada uno de los togoleses, porque pese a lo que podría parecer la independencia de Togo en opinión de Sami es inexistente. "Togo no es independiente. Incluso para organizar las elecciones necesita la ayuda financiera de su antigua potencia colonial".


Realizado con la colaboración de Casa África.

Belén Francisco | Madrid: 'Togo es un país que algún día conseguirá nacer de verdad', EL MUNDO, 30 de junio de 2010

lunes, 23 de agosto de 2010

El hombre que no descubrió América

Una ilustración de Américo Vespucio en el mapa de Waldseemüller.El cuaderno de bitácora todavía no era un blog, las noticias tardaban años en imprimirse y algunos más en publicarse la fe de errores, aunque algunas de sus consecuencias fueran ya, como hoy, incorregibles. Existía, eso sí, el plagio. Cristóbal Colón comandó la expedición arribada a América en 1492, pero nada pudo decidir sobre su bautizo. En el primer mapa que años después lo dibujó, el Nuevo Mundo lleva el nombre de un impostor.

Américo Vespucio, proxeneta y comerciante de joyas, italiano como Colón, predestinado a vivir al servicio de Lorenzo el Magnífico, pero cuya familia acabó cambiando de rama de Los Medici para ponerse a la sombra de otro Lorenzo (di Pierfrancesco, esta vez), nunca consiguió la recompensa que buscaba arrimándose a Colón, amistad que le vino de perlas. Sin embargo, encontró el premio a una vida de copiota: el mapa de Waldseemüller de 1507, impreso en Saint-Dié des Vosges, en el noroeste francés, bautizó con su nombre el continente descubierto por Cristóbal.

Vespucio llegó a Sevilla en torno a 1490, encargado por Lorenzo di Pierfrancesco para que sondeara los negocios del banquero Gianetto Bernardi, florentino como ellos, y las posibilidades de encontrar en él a un nuevo socio. Sevilla era entonces una rica y floreciente ciudad adonde años antes, como no pocos italianos, había llegado también el genovés. Bernardi financiaba las expediciones de Colón, y Vespucio, convertido en agente del banquero, no tardaría en conocerlo. Bernardi murió arruinado, pero convencido de que la empresa del "señor Almirante", como llamaba al descubridor, seguía siendo una gran idea. Su agente se aventuró en ella.

Mundus Novus

En 1499, Vespucio y un ex tripulante de Colón, Alonso de Ojeda, zarparon rumbo a Venezuela, adonde llegaron casi con seguridad buscando los bancos de perlas que Colón había localizado un año antes en Isla Margarita. Eso es lo que encontraron o, al menos, lo que escribió Vespucio a su regreso. Si es verdad o no, tanto da esta vez, porque no le sirvió para volver a comerciar con perlas. Y emprendió una última huida hacia adelante: se hizo cosmógrafo.

Él estaba convencido de que vendería sus servicios como conocedor de los mares y la geografía, aunque hasta en sus errores se ve hoy que repetía los cálculos de Colón. "Vespucio no era en realidad un gran cosmógrafo, pero lograba convencer a la gente de que lo era", según cuenta el historiador británico de origen español Felipe Fernández Armesto en la presentación de Américo Vespucio, obra de Stefan Zweig recuperada por la editorial Capitán Swing.

Entre los convencidos, Matthias Ringmann, un poeta alsaciano que leyó el relato de Vespucio sobre sus increíbles hazañas y descubrimientos, y que desde el título Mundus Novus trasluce su verdadero inspirador. Ringmann a su vez convenció al cartógrafo alemán Martin Waldseemüller, que imprimió 1.000 copias de su célebre mapa en 1507. En la copia redescubierta en 1901, se ve a Vespucio contemplando el mundo, a modo de Ptolomeo renacentista, desde su parte superior. Fue la primera vez que se dibujó América rodeada de agua, sugiriendo la existencia del océano Pacífico y la primera vez que, impreso sobre lo que hoy sería Brasil, se usó ese nombre: América. Cuando seis años después, Waldseemüller retiró ese nombre y añadió una nota atribuyendo a Cristóbal Colón el descubrimiento, era demasiado tarde.

Braulio García Jaén: El hombre que no descubrió América, Público, 17 de agosto de 2010

domingo, 22 de agosto de 2010

Adolf Hitler no fue un héroe en la Primera Guerra Mundial

Adolf Hitler no fue un héroe en la I Guerra Mundial, ya que siempre estuvo alejado del frente de batalla, y el antisemitismo y radicalización que le llevaron al poder años después no nacieron a raíz de la dolorosa derrota en la contienda.

Adolf Hitler

Así lo afirma el historiador de la Universidad de Aberdeen (Escocia) Thomas Weber en su libro "La primera guerra de Hitler", en el que asegura que la trayectoria del dictador en la I Guerra Mundial fue una elaborada fabricación del régimen nazi. Weber basa su afirmación en nuevas cartas y documentos descubiertos en archivos alemanes, que sugieren que Hitler no sólo no fue un héroe en el campo de batalla, sino que sus compañeros se referían a él como "etappenschwein", "un cerdo de la retaguardia".

Hasta ahora, el consenso de los historiadores era que el joven Adolf Hitler se jugó la vida como portador de mensajes entre el mando y el frente de batalla, pero los papeles a los que ha tenido acceso Weber indican que era un mensajero de retaguardia y que siempre estuvo a más de 5 kilómetros de la primera línea. "La primera guerra de Hitler", que estará a la venta en el Reino Unido a partir del próximo 16 de septiembre, sostiene que el Partido Nazi invirtió tiempo y dinero para suprimir cualquier evidencia física de la auténtica historia del "Führer" durante la guerra, con el objetivo de convertirlo en un político popular.

"El mito de Hitler como soldado valiente y la camaradería que vivió en las trincheras fue algo que el Partido Nazi usó desde el principio para extender su influencia más allá de la extrema derecha", manifestó el historiador en un comunicado. Los nazis "hicieron todo lo posible para proteger esta idea", destacó Weber, quien aseguró tener constancia de que unas memorias escritas por uno de los compañeros de Hitler fueron significativamente alteradas tras su publicación en 1933.

Lo que los nazis consiguieron convertir en hecho histórico es que la I Guerra Mundial fue el caldo de cultivo político de Hitler, que se radicalizó por sus vivencias y su sentimiento de que Alemania fue humillada por los aliados con el Tratado de Versalles. Pero la realidad, según Weber, era que "la vida de Hitler durante la guerra era su auténtico talón de Aquiles" y que los nazis temieron durante mucho tiempo que su versión de los hechos se colapsara como un castillo de naipes si se conocía la versión de quienes estuvieron con él, o cerca de él, durante la contienda.

"Hitler era un elemento atípico en el regimiento al que pertenecía y realmente no sufrió una radicalización por la guerra", subrayó el historiador, convencido también de que si Hitler vio reconocido su esfuerzo militar con la Cruz de Hierro fue porque estaba muy bien conectado, y no porque fuera un soldado valiente.

Relato exagerado

Weber afirma también en su libro que Hitler exageró el relato acerca de que fue el único soldado de su regimiento que sobrevivió a una batalla contra fuerzas británicas de élite. El historiador fundamenta la gran parte de sus revelaciones en los archivos del 16 Regimiento de Reserva de la Infantería Bávara (RIR 16), que hasta ahora no habían sido catalogados ni utilizados por los estudiosos para indagar en la vida del "Führer". Weber los encontró prácticamente intactos en el Archivo de Guerra de Baviera (Alemania), porque habían sido traspapelados e incluidos en el archivo general de la división a la que pertenecía el regimiento al que estaba adscrito Adolfo Hitler.

El historiador también compiló una lista de 59 judíos que formaron parte del mismo regimiento, logrando localizar a la familia de Hugo Gutmann, el oficial judío que propuso a Hitler para ser condecorado con la Cruz de Hierro en 1918. Igualmente, localizó a los familiares de Justin Fleischmann, un soldado judío cuyos diarios de guerra no reflejan en ningún momento que ya existiera un sentimiento antisemita en el regimiento o que los miembros del grupo se consideraran entonces nacionalsocialistas.

Es más, señala Weber, ni siquiera la mitad de los supervivientes del regimiento apoyaron políticamente a Hitler tras la guerra y en el año 1933 sólo el 2% de ellos era miembro del Partido Nazi. En este sentido, el libro revela que Hitler sólo acudió a una reunión de veteranos de su regimiento, en 1922, en la que fue "fríamente ninguneado", por lo que nunca regresó, ni siquiera en 1934 cuando ya estaba en el poder y sus compañeros se reunieron para conmemorar el 20 aniversario del inicio de la I Guerra Mundial.

"Nunca pensé que escribiría sobre Hitler, porque hay muchos libros sobre su vida, pero descubrí que casi no sabemos nada sobre Hitler y la I Guerra Mundial, y que prácticamente todo lo que sabemos se basa en 'Mein Kampf' o en la propaganda nazi", explicó. "Fue una sorpresa encontrar tanto material nuevo. Más del 70% de mi libro se basa en fuentes no utilizadas previamente", aseguró.

EFE, Londres: Adolf Hitler no fue un héroe en la Primera Guerra Mundial, ABC, 18 de agosto de 2010

Las primeras herramientas, hace 3,3 millones de años,

El investigador Zaeresenay Alemseged, en las excavaciones - NatureHace pocos días se publicaba un artículo en Nature donde los autores, encabezados por Zeresenay Alemseged -que vemos en la imagen- de la California Academy of Sciences, afirman que tienen pruebas indirectas de uso de herramientas por parte de los homininos africanos, concretamente del género Australophitecus, especie afarensis, la misma a la que pertenece la famosa Lucy encontrada en Afar (Etiopia), en 1974, por el equipo de Donald Johanson.

Basan su hipótesis en pruebas indirectas obtenidas en un yacimiento etíope, en la denominada área de Dikika, en el noreste del país. Exactamente presentan registros de marcas de corte producidas en una costilla y fémur de vertebrados. Las marcas hechas con utensilios de piedra se producen al atravesar los periostios de los huesos y tienen una sección en forma de V, mientras que las causadas por la dentición de depredadores tienen la forma de U. En cualquier caso, en este yacimiento no se han encontrado instrumentos de piedra asociados a los restos esqueléticos con marcas de corte.

Sin duda, este descubrimiento permite igualmente emitir una hipótesis que muchos especialistas podemos compartir. Pienso que las herramientas de piedra del yacimiento de Kada Gona, en la formación Khada Hadar, en Etiopia, de 2,6 millones de años de antigüedad, que tuve la fortuna de estudiar, no son las mas antiguas, por encontrase muy evolucionadas, según mis análisis lito-técnico.

Efectivamente, si se encuentran marcas de corte en los fósiles, es muy posible que se localicen herramientas. De todos modos, he visto que científicos como mi colega Tim White llaman la atención sobre la posición estratigráfica de los restos esqueléticos que tienen las marcas de corte producidas por instrumentos, que según el no pueden corresponderse con el resto del registro. Otro colega, especialista en industrias líticas Nick Toth, también se muestra escéptico con este descubrimiento. En ciencia, pues, tienen que dejarse abiertas todas las hipótesis.

Considero que es factible encontrar industrias líticas de 3,3 millones de años, y que es posible que una gran variedad de géneros utilizaran estos instrumentos de forma esporádica, pero lo que está claro es que la socialización de las herramientas de piedra en África fue entre hace 2,6-2,2 millones de años.

El único género que siempre ha utilizado instrumentos de piedra es el Homo: Homo rudolfensis, Homo habilis, Homo ergaster… La ciencia de la evolución debe estar abierta a todos los descubrimientos y a la contrastación de hipótesis, si existen marcas de corte de 3,3 millones de años de antigüedad hechas por herramientas, éstas se encontraran.

Animo a todos los equipos que están trabajando en África a investigar en esta dirección. Nosotros, en Atapuerca, antes de encontrar los restos de homininos de 1,3 millones de años de antigüedad, hallamos marcas de corte.

Eduard Carbonell: Las primeras herramientas, hace 3,3 millones de años, EL MUNDO, 21 de agosto de 2010

martes, 17 de agosto de 2010

"Cristóbal Colón fue embajador de la Generalitat, residió en Barcelona y participó en la guerra civil catalana"

El escritor e investigador Jordi Bilbeny (Arenys de Mar, 1961) presenta en Sant Pol de Mar su último libro: El dit d"en Colom: Catalunya, l"Imperi i la primera colonització americana (1492-1520) abonando más si cabe en la teoría sobre la catalanidad de Cristóbal Colón. Una teoría que últimamente se sostiene con la aparición de otras tesis paralelas a cargo de prestigiosos investigadores norteamericanos. Jordi Bilbeny es miembro del Institut Nova Història Blanco de numerosas críticas, Bilbeny no deja a nadie indiferente y no ceja en su empeño, tras dos décadas de investigación, en demostrar la acción censora española y la manipulación histórica sobre la figura del descubridor. En el nuevo volumen compila varios estudios de los que destaca las pesquisas sobre la casa barcelonesa del príncipe Joan-Cristófol Colom, su relación con el "rey de los catalanes, Carlos I" y sobre la América de habla catalana.

¿Qué objetivo persigue con El dit d"en Colom?
Dar a conocer una compilación de artículos ya publicados sobre la figura de Colón y los primeros tiempos de la colonización de América. No está pensado, como por ejemplo en "Colom, príncep de Catalunya" dar más profundidad a la figura del descubridor.

El libro abre con la casa barcelonesa de Colón. ¿Cómo llega a esta conclusión?
A través de unos archivos de los fondos notariales de la época demuestro que los Colom era una de las grandes familias de la Barcelona del siglo XV. Entre sus miembros se cuentan banqueros, políticos, militares, humanistas, obispos… Una saga muy desarrollada que lidera la guerra civil de Catalunya (1462-1472) al lado de los reyes y que obtiene honores exclusivos tales como ser portadores de los féretros reales. Eran personajes de una gran relevancia social.

¿Un paso más para garantizar que Cristóbal Colón era catalán?
Ya casi nadie duda de que Colón fuera catalán. Han salido más investigaciones, como el libro de Charles Merrill, el documental de Discovery Channel y más recientemente la tesis de la investigadora norteamericana, Estelle Irizari, que defiende que Colón hablaba en catalán. Cuanto más profundizamos en esta teoría más se consolida. Incluso probamos que América se organizó políticamente con la filosofía catalana a través de la figura del virrey, un cargo militar que en Castilla nunca existió. El virreinato era habitual en Navarra, Aragón, Sicilia, Nápoles, Valencia, Mallorca, América y Catalunya.

¿Por qué a Cristóbal Colón lo llama Joan Colom?
He localizado mucha documentación, siete u ocho referencias que se refieren a Cristóbal Colón como Joan Colom Bertran e incluso como Juan Pedro Colom. En Portugal lo llaman Joao Colomo y él mismo firma con una jota entrelazada con una ese, lo que se traduce como Joannes. En sus diarios detalla que viajó a Groenlandia y la documentación de aquel viaje lo cita como Joannes. También es sintomático que la isla de Cuba la bautizara isla Juana e igual que su nieta. En el libro desgrano mis primeras indagaciones sobre quien podría ser Cristóbal Colón.

También habla de Colón como embajador de la Generalitat.
De Joan Colom de Barcelona destaco que posee títulos muy similares a los de virrey y almirante que posee Cristóbal Colón. Es vicealmirante y almirante a las órdenes de Bernat d"Anjou durante la guerra y embajador de la Generalitat. Los personajes con los que se mueve durante la guerra civil también están citados en Portugal. Hablo de los Yáñez, Silva, Azambuja o los Díaz, que participaron activamente en la guerra civil catalana.

¿Dónde sitúa la residencia de Cristóbal Colón?
En un censo de 1398 ya está documentada una casa palaciega a nombre de Guillem Colom, en la actual calle Mirallers, esquina con Banys Vells, en el barrio de la Ribera, justo detrás la iglesia de Santa Maria del Mar, donde en aquella época se ubicaba la Seca, la Lonja o la Aduana, en pleno núcleo mercantil marinero. En 1460, en época de revoluciones, el palacio consta a nombre de Joan Colom y cuando este fallece pasa a su hijo Jaume (Diego en castellano). Es curioso que pese al gran número de documentos que demuestran que los hijos del descubridor pleitean judicialmente por la casa, el testamento que se ha difundido hace ninguna referencia. Incluso está documentado que el rey Carlos, en una de sus visitas a la ciudad sobre el 1519 y 1520 ejerce de mediador en el conflicto. En la actualidad, de la casa sólo se conservan las caballerizas.

¿El nacimiento del descubridor tuvo lugar en…?
Muchos cronistas coinciden en que el nacimiento de Colón se produjo en una Ribera: en la ribera del Po, la de Génova, la de Cucurio e incluso en la ribera del Guadalquivir. En paralelo, otros cronistas sitúan su casa natal en el barrio de Santa María de Sevilla, donde a lo largo de la historia ha quedado demostrado que Colón nunca tuvo una casa. En el libro explico que el único lugar coincidente entre un barrio de Santa Maria y la Ribera es Barcelona, donde también hay una casa Colom muy documentada. Era una gran familia, con media docena de hermanos, como Luís Colom, un capitán que participa en la guerra catalana del s.XV y un hermano mayor eclesiástico que se llamaba Jaume (Diego) como el heredero del descubridor.

¿También versa sobre la fecha de su nacimiento?
Según los datos que tenemos del Cristóforo Colombo italiano se trata de un señor que nace en el 1451. Un dato que no coincide con la vida del Cristóbal Colón que tenemos documentado en Barcelona, que nació en 1414 y que todas las crónicas, después del descubrimiento de América describen como una persona venerable y anciana, un senador romano como definió Fra Bartolomé de las Casas. También hay crónicas que lo sitúan en 1477 en Portugal y lo describen como un hombre mayor, lo que no coincide con la versión genovesa y joven del personaje. Es muy improbable que a los 50 años, edad en la que dicen que murió, padeciera artrosis y gota muy desarrolladas, unas enfermedades muy cronificadas. El último viaje, Colón ya lo paso en litera y cuando llega a Barcelona queda postrado en cama durante dos años antes de morir. Nos encontramos entonces ante un anciano barcelonés, de la familia Colón, llamado Joan, que nació antes de 1916.

¿Era Colón un esclavista genocida que sometió a los indígenas americanos?
Es una imagen que no tiene nada que ver con la realidad, al contrario. Colón colgaba y castigaba a sus soldados si tocaban una sola pluma de un indio. Constan cartas hacia la corona en la que algunos personajes se quejan de la actitud de Colón, que les impide hacerse ricos a costa de los indígenas. Se sabe que les impedía tener esclavos, les obligaba a construir sus propias casas y a laborar sus propias tierras. Era tan estricto que incluso emite una serie de órdenes que el rey le pide pacificar. En el libro explico la cara humanista de Colón, muy distinto a la imagen que se ha querido dar. Es curioso que esta imagen cruel se haya difundido a medida que demostrábamos que era de procedencia catalana.

¿Qué insinúa?
Que la historiografía española ha hecho un gran cambio. Ha pasado del Colón, aquel encantador genovés que llegó con su hijito al convento de Palos de Moguer, a hablar de él como un tirano, déspota y asesino que maltrataba a los suyos y mataba a los indios. Es curioso como cambia la realidad mental hispánica después que en Catalunya avancemos en la figura del descubridor.

¿Incluso en la navegación era catalán?
Es otro detalle que demuestra la tesis catalana de Colón. La correspondencia de leguas con millas era distinta según la procedencia del navegante. Colón utiliza la correspondencia catalana de una legua a cuatro millas. Ya en el siglo XIX aseguraron que la legua usada por Colón no existía y que la legua de Castilla era de tres millas. Si profundizamos en los estudios náuticos de los siglos XV vemos que se unifica la medida y desaparece la de cuatro millas, la que hasta entonces utilizaban en Catalunya. Por tanto ni él ni sus marinos podían ser castellanos ya que la medición náutica usada era la catalana de la época.

¿Llega a tener relación con Arenys de Munt, en el Maresme?
Unos chicos de Arenys de Munt un buen día editaron la Leyenda de la Virgen del Buen Retorno (Mare de Déu del Bon Tornar) y explican que los marinos antes de marchar a América se encomendaban a la virgen para tener un buen viaje, la imagen estaba en la masía de Can Sala de Dalt. Joan Amades ya habla de la virgen de Can Sala de Dalt que Cristóbal Colón llevaba en la nao Santa María.

También desmitifica el imperio español.
En los últimos capítulos del libro "Carles I rei dels catalans, senyor de les Índies" desmiento que el rey estuviera en Catalunya de una forma circunstancial como se ha querido transmitir. En realidad el imperio español de Carlos I era el imperio catalán más Castilla, pero los libros han adulterado la historia. Carlos I cada vez que llega a la península concentra su poder en Zaragoza y Barcelona, ciudades desde donde se planifica la nueva estructura imperial americana. A Barcelona llegan las naos, a Molins de Rei los tesoros de Hernán Cortés y la vuelta al mundo de Magallanes se gesta en Barcelona. A partir de aquí relaciono a Carlos I con Catalunya y las Indias.

¿Incluye anécdotas lingüísticas?
Es cierto. Hablo del "seseo" de todos los americanos. ¿Cómo entender que en Castilla y en Andalucía no se seseaba en el siglo XV? ¿Y cómo puede ser que todos los americanos seseen aún en la actualidad? Algunos de los más prestigiosos lingüistas admiten que en aquella época, en España sólo se seseaba en Valencia y en Catalunya. Por ello los primeros fundamentos lingüísticos en América eran catalanes. Una anécdota más.

¿Y su próximo trabajo?
Estoy investigando sobre lo sucedido en el siglo XVI, desentrañar todo lo que se ha borrado premeditadamente del Renacimiento catalán y que en Castilla fue tangencial. En lo que se refiere a Colón tengo previstos cuatro o cinco libros más, algunos con más de 500 páginas, con una visión definitiva. De su familia deduzci que su nieto dejó de tener descendencia directa pero hay más ramificaciones. A finales del s.XVI fueron almirantes de Aragón y de las Indias, gobernadores generales de Valencia.

¿Y su deseo?
Mi deber no es hacer un trabajo genealógico sino demostrar que la familia Colón catalana era importante como para vincularse con la realeza de Catalunya, Portugal y Castilla. Es imposible que un plebeyo, pastor y analfabeto genovés acabe vinculado con las grandes familias de la época. ¿Y si sucedió así, porqué nadie da detalles?.

domingo, 15 de agosto de 2010

El australopiteco que quería ser humano

El hallazgo de dos huesos en Etiopía sugiere que estos ancestros ya usaban herramientas para cortar carne. El estudio envejece esta práctica en casi un millón de años y arrebata al 'Homo habilis' su condición de pionero Un busto de Australopithecus afarensis' del artista John Gurche en el museo Smithsonian.

El Homo habilis, un hominino extinto que habitó en África entre 1,9 y 1,6 millones de años atrás, ha sido hasta ahora el rey y señor de la herramienta. Esta especie del linaje humano recibió su nombre por ser la primera que desarrolló la habilidad de emplear utensilios en su favor. No obstante, un estudio publicado hoy en la revista Nature pone en entredicho la condición pionera de esta especie. La culpa la tienen dos huesos fósiles hallados en un yacimiento de australopitecos anteriores a los habilis que, según sus descubridores, presentan muestras de haber sido deformados por herramientas blandidas por la mano ejecutora de otro ancestro humano más viejo, el Australopithecus afarensis.

El hallazgo tuvo lugar en el yacimiento de Dikika, en la región etíope de Afar, la zona que dio nombre al afarensis. Fue la abundancia de fósiles en esta área la que dio lugar a la creación del Proyecto de Investigación de Dikika, cuyos expertos han sido los responsables del hallazgo. De hecho, los huesos aparecieron a tan sólo 200 metros del lugar donde, en el año 2000, fueron descubiertos los restos de la famosa Selam, una afarensis de unos tres años de edad. La datación de los nuevos fósiles los sitúa entre 3,42 y 3,24 millones de años atrás. Esta cifra coincide con la presencia de los Australopithecus afarensis en esa misma zona, puesto que la antigüedad de Selam fue estimada en unos 3,3 millones de años.

Del simio al hombre en cuatro millones de años
  • Australopitecos. Las seis especies de australopitecinos habitaron en África entre cuatro y dos millones de años atrás. Su principal contribución fue la capacidad de caminar sobre dos patas. El ‘Australopithecus sediba’, descrito este mismo año, se presentó como el probable precursor directo del género humano.
  • ‘Homo habilis’. Fue la primera especie del género Homo. Vivió en África entre 1,9 y 1,6 millones de años atrás. Hasta ahora, esta especie ha destacado por ser la primera en emplear herramientas.
  • ‘Homo erectus’. El erectus vivió desde hace 1,8 millones de años hasta hace 300.000 años y fue el primero en expandirse más allá de África. En el continente de origen quedó una especie controvertida, ‘Homo ergaster’ que se considera un erectus primitivo. Aún hay dudas sobre sus lugares respectivos en el linaje de los humanos modernos.
Restos de un festín

Uno de los huesos encontrados corresponde al fragmento de una costilla del lado derecho de un mamífero ungulado del tamaño de una vaca actual, mientras que el otro pertenece a un trozo de fémur de un bóvido de talla similar a una cabra. El yacimiento contenía otros dos huesos con marcas en su superficie pero, según los análisis microscópicos, sólo los dos primeros tenían estas modificaciones antes de sufrir el proceso de fosilización.

"Creemos que los afarensis son los responsables de estas marcas, ya que ellos eran los únicos homininos que habitaron esa zona durante aquel período", explica a Público uno de los responsables de la excavación, el investigador de Evolución Humana del Instituto Max Planck (Alemania), Shannon McPherron. De ser ciertas, las conclusiones del equipo envejecerían el uso de herramientas por parte de los ancestros humanos unos 800.000 años.

Aunque la frontera evolutiva que marca el principio de la condición humana no es un asunto zanjado para los científicos, la capacidad de fabricar y utilizar artefactos se ha considerado como uno de los rasgos más significativos. Posteriormente se ha descrito la capacidad de servirse de utensilios en animales tan dispares como cuervos y pulpos; pero en su día, el hallazgo del primer hominino hábil definió también el comienzo del género Homo con el Homo habilis.

No obstante, un artículo publicado en Science en 1999 sugería que esta práctica había tenido lugar de forma previa a la aparición de los habilis en el yacimiento de Bouri (Etiopía) hace 2,5 millones de años. Los autores aseguraban que los habitantes de aquella zona fueron descendientes del afarensis de los que surgieron los primeros Homo. "La sofisticada técnica del uso de herramientas del yacimiento de Bouri ha llevado a varios investigadores a sugerir que esta práctica empezó incluso antes", asegura McPherron. Esta afirmación sustenta la hipótesis de los investigadores del Proyecto Dikika, que asciende al afarensis en la escala evolutiva y lo acerca un poco más a la altura de los humanos.

Las afirmaciones de los investigadores sólo se apoyan en las marcas de estos dos huesos, puesto que en la zona no se han encontrado restos de herramientas. "Es difícil evaluar la importancia del uso de herramientas por parte de estos afarensis, de igual forma que no podemos saber si fabricaron los utensilios o sólo se trataba de algunas piedras afiladas que encontraron en el suelo", explica McPherron. "Lo que sí hemos demostrado es que el consumo de carne y el uso de herramientas comenzó mucho antes de lo que creíamos hasta ahora", añade.

Las marcas de la discordia

"Podemos decir con seguridad que los huesos fueron rasgados por herramientas de piedra", proclama otro de los responsables de la investigación, el geólogo de la Universidad del Sur de Florida (EEUU) Jonathan Wynn. Sin embargo, no todos los expertos comparten esta seguridad. Uno de los detractores de esta hipótesis es precisamente el codescubridor de Lucy el primer ejemplar hallado de afarensis, el investigador del Laboratorio de Evolución Humana de la Universidad de California en Berkeley (EEUU) Tim White.

"Las marcas concuerdan con las reproducidas en el laboratorio en forma de huellas de dientes de cocodrilo", explica White a este diario. Según el experto, "en esa región se pueden llenar bolsas recogiendo dientes de cocodrilo, pero no se ha descubierto ni un solo fragmento de roca que indique el uso de herramientas". "No existe evidencia de que los homininos provocaran estas incisiones, por lo que su afirmación no se sostiene", sentencia.

A su vez, el equipo de Dikika rebate las objeciones de White: "Hemos demostrado experimentalmente que las marcas proceden de cortes, arañazos y golpes", discute McPherron. Uno de los responsables del análisis de las hendiduras, el paleoantropólogo de la Universidad de Arizona (EEUU) Curtis Marean, explica a Público que "las estrías de algunas marcas no corresponden en absoluto con la huella de un diente de cocodrilo". McPherron aporta otra prueba de peso: "Se halló una esquirla de piedra volcánica en una de las hendiduras". "Este tipo de piedra encaja con la que se habría utilizado como herramienta en aquella época", añade.

Como es habitual en el cambiante paradigma de la evolución humana, la polémica está servida. Este campo de investigación nunca contará con un testigo directo de los hechos y el hallazgo más nimio, como un arañazo en un hueso, basta para tirar por tierra los dogmas.

Marta del Amo, Madrid: El australopiteco que quería ser humano, Público, 12 de agosto de 2010

viernes, 13 de agosto de 2010

Los Neandertales convivieron y tuvieron hijos con el Homo Sapiens

Un estudio del Instituto Max-Planck de Leipzig demuestra que ambas especies cohabitaron y se mezclaron

El hombre de Neandertal, la especie homínida extinta presumiblemente hace 30.000 años, convivió con los primeros hombres modernos y, de esa relación, hubo descendientes, según un estudio del Instituto Max-Planck de Leipzig (este de Alemania) que adelanta la revista P.M. Magazin. Esta publicación divulga una investigación iniciada hace cuatro años por el Instituto y que establece que el Homo Neanderthalensis, que habitó principalmente en Europa y algunas zonas de Asia occidental, no desapareció repentinamente como aseguraban hasta ahora los expertos y que se mezcló con el Homo Sapiens.

En 2006 expertos en evolución antropológica del Max-Planck, liderados por el genetista paleontólogo Svante Pääbo, localizaron huesos en una cueva en Croacia que compararon con restos hallados en Asturias (España) y el sur de Rusia. La novedad llegó para los investigadores al comparar el genoma de los neandertales con el del hombre actual. Así aclararon que parte de la genética de aquella especie homínida de aspecto robusto, 1,65 metros de altura máxima y extremidades cortas aún permanece en el homo sapiens. "Es seguro que tuvimos hijos con los neandertales", declara Gerd Schmitz, del equipo de investigación del Instituto Max-Planck de Leipzig. El pasado año, Pääbo y su equipo del Max-Planck anunciaron que habían conseguido descifrar en torno al 63 por ciento de los datos genéticos del neandertal.

Los investigadores de Leipzig lograron secuenciar más de 3.000 millones de bases de ADN, tomando como material de partida muestras óseas de seis hombres de Neandertal. La mayor parte del material procedía de un yacimiento en la cueva de Vibndija, en Croacia, de donde se utilizaron los restos de tres neandertales. También se emplearon para el estudio muestras de la cueva de El Sidrón, en Asturias (España), de un yacimiento en Mezmaiskaya, en el sur de Rusia, así como el esqueleto de 40.000 años de antigüedad hallado en el propio valle de Neandertal (Alemania), que dio nombre a la especie. El grupo de Päabo evitó la contaminación del material genético del Neandertal con material genético humano durante el proceso de secuenciación.

Las investigaciones alemanas parten además del supuesto de que el Homo Sapiens y el Homo Neandertalis tienen origen en linajes que se separaron hace por lo menos 400.000 años. Otra de las cuestiones que podrían resolverse, una vez se logre descifrar el genoma completo, es el enigma de la desaparición del hombre de Neandertal hace unos 30.000 años.

EFE, Berlín: Los Neandertales convivieron y tuvieron hijos con el Homo Sapiens,
La Vanguardia, 12 de agosto de 2010

Jaurès, la voz de la lucha de clases

El líder socialista fundó el diario L'Humanité' en 1904. Carmaux es una localidad del sur de Francia, de apenas 10.000 habitantes. Una ciudad bonita que, sin embargo, pertenece a la Historia política del país vecino: Carmaux es el lugar donde, en 1892, el pueblo se levantó contra el Estado y venció. Es el lugar donde Jean Jaurès se hizo portavoz de la lucha de clases. Figura internacional del socialismo y fundador del diario L'Humanité, Jaurès fue asesinado el 31 de julio de 1914 por un extremista. El día después, Francia declaraba la movilización general y entraba en guerra contra Alemania.

Jean Jaurès nació el 3 de septiembre de 1859 en Castres, en el seno de una familia burguesa, aunque no muy rica. Su padre, Jules, fracasó en los negocios y se hizo agricultor en un terreno de seis hectáreas, donde Jean creció hasta los 17 años. "Me levanto a las siete de la mañana, respiro el aire fresco y paseo por nuestras tierras. A las nueve, me instalo en la mesa de la terraza y hablo con papá y mamá", recordó Jaurès en verano de 1880, cuando ya era estudiante en París. Profesor de filosofía en un instituto cerca de Toulouse, era docente en la Universidad de esta ciudad en 1883. Pero Jaurès, que asistió a la caída del Imperio napoleónico en 1870, vio en la joven Tercera República la vía para cumplir el sueño de la Revolución: libertad, igualdad, fraternidad.

Tenía 26 años cuando fue elegido diputado en 1885. Era el más joven de toda la Asamblea Nacional. Sus colegas del Radicalismo (ancestros franceses de los socialistas) y los conservadores criticaron a este "hombre bajito, con el pelo y la barba amarillos, fumando, pensativo".

En la Francia de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, el paro alcanzaba 10% y los obreros (cuatro millones de personas) empezaban a organizarse. Había una media de 1.000 huelgas al año entre 1899 y 1913. Pero todo arrancó en el 15 de mayo de 1892 cuando los dueños de la Compañía Minera de Carmaux despidieron a Jean-Baptiste Calvignac. Razón: ausencias repetitivas. Algo normal porque además de minero, Calvignac era el alcalde de Carmaux. Se convocó la huelga general y el Estado mandó el ejército. Jaurès se alzó en defensa de los mineros y acusó a la República de ser "el títere de los capitalistas".

Fue una victoria: Calvignac ganó el juicio y Jaurès fue elegido diputado socialista en 1893; será uno de los fundadores, 12 años después, de la Sección Francesa de la Internacional Obrera, embrión del Partido Socialista. Su figura de líder de la izquierda se afirmó con el caso Dreyfus, nombre de un capitán del ejército destituido por ser judío. Los marxistas consideraban que era un asunto de la burguesía y que la izquierda no debía comprometerse. Pero Jaurès defendió la inocencia del militar, "víctima de la injusticia", lo que iba más allá de la lucha de clases. Jaurès se convirtió en un líder importante, cuyas palabras tenían ecos hasta en Rusia. Se opuso al servicio militar y al colonialismo, participó en la ley de separación entre el Estado y la Iglesia. León Trotsky era uno de sus seguidores.

Desde L'Humanité, el diario que fundó en 1904, Jaurès denunciaba el peligro de los nacionalismos y de las ambiciones de las grandes potencias. En caso de guerra, ordenó la huelga general, pero su compromiso no consiguió vencer el fanatismo. El 31 de julio de 1914, instalado en el Café du Croissant, Jaurès fue asesinado de un disparo por Raoul Villain, un estudiante víctima del discurso de los generales de la época. Villain fue absuelto en 1919.

Guillaume Fourmont: Jaurès, la voz de la lucha de clases, Público, 12 de agosto de 2010

jueves, 12 de agosto de 2010

Okinawa, el otro desembarco

Marines de Estados Unidos observan el cadáver de un japonés.El desembarco de Normandía, el 6 de junio de 1944, marcó el fin de la fortaleza europea de Hitler. El régimen nazi tambaleaba y los cuarteles generales de Estados Unidos y Reino Unido ya lo veían derrumbarse. Sin embargo, no había que olvidar el otro frente bélico a más de 5.000 kilómetros de Berlín: el imperio japonés, gran aliado del III Reich, tenía bajo su control militar desde China hasta Filipinas e Indonesia. El camino hacia Tokio era fundamental para poner fin a la II Guerra Mundial. Y la mejor vía era Okinawa, la primera isla del archipiélago nipón y a unos 400 kilómetros de la capital imperial. Era la última batalla.

El desembarco de Okinawa fue la mayor operación anfibia de toda la guerra: 1.200 navíos con 170.000 marines estadounidenses que asaltaron esta pequeña isla de 1.200 kilómetros cuadrados. Había más de 300 buques aliados, y sólo 280 en Normandía. Los combates se desarrollaron por mar, tierra y aire; el ejército japonés tenía preparados lanchas y aviones suicidas con kamikazes. Los soldados nipones debían morir en nombre del emperador.

Tras días de bombardeos, los estadounidenses desembarcaron el 1 de abril de 1945 a las 6.30 de la mañana. No encontraron nada: un paisaje destruido por las bombas, campesinos perdidos o muertos en sus tierras. No se disparó ni una bala contra el enemigo. Porque el general Mitsuru Ushijima sabía que no podía frenar en la playa la fuerza de EEUU y optó por "hacerse el dormido". Los 70.000 efectivos del 32 regimiento del ejército japonés llevaban semanas en la isla, cavando trincheras y edificando búnkeres con las manos; más de 20.000 lugareños se alistaron, muchas veces por la fuerza.

Los bombardeos estadounidenses tenían como objetivo desorientar a los japoneses sobre el lugar exacto del desembarco. Washington contaba, además, con la ayuda de Ditlev D. Thaamum, un coleccionista de conchas, que había recorrido en varias ocasiones toda la zona y tenía fotografías y mapas. Mientras los marines avanzaban hacia el norte y el sur de la isla con facilidad, los japoneses los estaban esperando en dos fortificaciones, en Motobu y Naha. La defensa de la línea Shuri, al sur, se convirtió en una de las más sangrientas batallas de la II Guerra Mundial.

Nada pudieron hacer los japoneses frente a la superioridad material de EEUU: buscaban el cuerpo a cuerpo con sus ballonetas, mientras que los marines fusilaban todo lo que veían. Por cada estadounidense muerto, fallecían diez japoneses, machacados por la artillería.

El cuartel militar nipón confiaba en su arma secreta: los "vientos de temeridad", es decir, los kamikazes. De los 700 aviones, 355 recibieron la orden de estrellarse contra los barcos estadounidenses. Desde la playa, soldados llenaban de explosivos lanchas de madera, hasta que los generales mandaron destruirlas. Y en el silencio de la noche, los soldados atacaban los campos de EEUU, granadas en manos.

Tras más de dos meses de combates, el 22 de junio, los marines controlaban toda la isla. El general Ushijima se suicidó el mismo día. La casi totalidad de los soldados japoneses perdieron la vida, sin olvidar la muerte de unos 100.000 civiles, mientras que 16.000 estadounidenses fallecieron. El control de Okinawa fue decisivo en la caída del imperio japonés, que firmó el acta de rendición el 2 de septiembre de 1945. Tres semanas antes, dos bombas atómicas habían arrasado Hiroshima y Nagasaki.

Guillaume Fourmont: Okinawa, el otro desembarco, Público, 12 de agosto de 2010

domingo, 8 de agosto de 2010

Sevilla, la 'corte ideada' para Felipe V

Detalle de uno de los retratos cortesanos de Felipe V. Una veintena de especialistas y profesores de varias universidades españolas y francesas ha estudiado el impacto artístico y económico, así como las consecuencias sociológicas, que para la ciudad de Sevilla tuvo el traslado de la Familia Real y parte de la Corte de Felipe V, entre 1729 y 1733. El profesor de la Universidad de Marsella Nicolás Morales ha dicho que este estudio es el primero que de manera multidisciplinar se ha hecho de aquella estancia real en Sevilla, que hasta ahora sólo había sido objeto de estudios parciales o a cargo de historiadores locales.

'Sevilla y Corte. Las Artes y el Lustro Real (1729-1733)' es el título con el que la Casa de Velázquez ha publicado las conclusiones de 24 profesores e investigadores, que en 2007 participaron en un congreso sobre este tema y entre los que se encuentran historiadores del Palacio de Versalles y profesores de las dos universidades sevillanas, la Hispalense y la Pablo de Olavide. Según Nicolás Morales, el traslado de la Familia Real a Sevilla es "un acontecimiento insólito en la Historia de España" -sólo hubo un precedente de traslado de la Corte, a Valladolid- y convirtió la ciudad en una "corte ideal, pero ideada", en alusión a la iniciativa de la Reina Isabel de Farnesio para apartar al monarca de Madrid y evitar la abdicación en su hijo Fernando (que tuvo con su primera esposa, María Luisa de Saboya).

Rey guerrero y santo

Morales aseguró que, además de curar al Rey, hipocondríaco, la Reina trató de preservar su imagen de "rey guerrero y santo", por lo que la estancia se prolongó un lustro en el que fueron impulsadas instituciones sevillanas, como la Real Academia de Medicina, que el Rey apadrinó, y se modernizaron industrias como las Fábricas de Artillería y de Tabacos. Músicos, pintores y otros artistas se establecieron esos cinco años de Sevilla, ciudad a la que, en palabras de Morales, "llevaron ideas nuevas, técnicas nuevas y un aire nuevo, una válvula nueva que fue como un anticipo de la Ilustración" y que supuso para la ciudad su entrada en la modernidad artística, ya que el impacto artístico fue la más notable consecuencia de esta Corte de cinco años.

Felipe V y las 'escenas de cuadrilla'

En uno de los 24 trabajos reunidos en el volumen 'Sevilla y Corte', dedicado a la Maestranza de Sevilla, se deja constancia de cómo el propio Felipe V dibujó unas "escenas de cuadrilla" en la plaza sevillana.

El artículo aportado por el propio Nicolás Morales trata sobre la presencia de los músicos que acompañaron a la Familia Real en su estancia en Sevilla y de su producción artística en esos años, durante los cuales el Rey inauguró la iglesia de San Luis de los Franceses, uno de los modelos del barroco sevillano. "La prohibición de representaciones teatrales, vigente en Sevilla durante la estancia de la Corte, hizo que las celebraciones teatrales o musicales se concentraran fundamentalmente en el Real Alcázar (residencia de la Familia Real)", señala Morales en "Sevilla y Corte" para destacar el desarrollo de las artes en la ciudad, pese a las prohibiciones.

La presencia en la ciudad de pintores como Procaccini o Ranc, "con un prestigio ya asentado a nivel internacional en las demás Cortes europeas, constituye una novedad innegable en al escena artística sevillana, que vivió una singular renovación de la estética imperante, conectándola con las modas y los gustos más modernos de la Europa del siglo XVIII", según Morales.

La presencia de la Corte convirtió también a Sevilla en "un foco de atracción para el comercio de arte en España", mientras que la Reina incorporó a su colección obras de Murillo, y la suma de la tradición pictórica sevillana y "la atracción de artistas modernos" supo su, según Morales, "una regeneración sin precedentes de las artes sevillanas, tras un periodo de evidente decadencia".

Efe | Sevilla: Sevilla, la 'corte ideada' para Felipe V, EL MUNDO, 7 de agosto de 2010

La histeria de una ilusión: crisis de 1873

Las calles de Nueva York durante el viernes negro en que se desató el pánico bursátil de 1873. "El terrible pánico había desplomado la confianza. (...) Todos parecían deseosos de querer vender y había muy pocos compradores; Jay Gould adquirió casi todos los stocks a la venta, y (...) pareció que el pánico estaba hasta cierto punto controlado, aunque los Rothschilds difícilmente habrían podido contener la tendencia a la baja".

El New York Times desplegó en su portada del domingo 21 de septiembre la histeria con la que los agentes de Wall Street corrían a deshacerse de las acciones, sobre todo de las empresas de ferrocarriles del banquero y gran especulador Jay Gould, que intentaba frenarla a todo coste. Dentro, daba cuenta del intento de suicidio de un broker arrojándose al East River el sábado por la tarde. La desconfianza había descarrilado el viernes.

Ese domingo, el presidente, Ulysses S. Grant, llegaba a la ciudad para reunirse con el secretario del Tesoro y los grandes banqueros. El lunes, el Gobierno depositó fondos en los principales bancos comerciales de la ciudad para evitar un pánico bancario generalizado. EEUU, aún así, sufrió una larga recesión.

Bienvenidos a 1873, la primera gran crisis financiera del capitalismo globalizado. Esta vez era Nueva York quien se resfriaba. El estornudo se había oído en mayo, en la capital del entonces Imperio Austrohúngaro, Viena. Luego golpearía con virulencia a Latinoamérica y Oriente Próximo, donde 12 países suspendieron el pago de su deuda. En España, los tiros iban por otro lado: la Primera República lidiaba con una nueva guerra carlista.

El descomunal desarrollo del ferrocarril (en EEUU como en Europa) contribuyó a crear el espejismo del incremento ilimitado de las ganancias de los inversores. Y la indemnización que Francia tuvo que pagar a Alemania tras su derrota en la guerra franco-prusiana (200 millones de libras), la mayor operación financiera del siglo, impulsó una especulación sin precedentes.

Bonos hondureños

Aquella crisis tuvo también su Madoff. El delincuente que explotaba la gran ilusión: ganar mucho dinero en poco tiempo. En 1870, Honduras obtuvo un préstamo extraordinario de Bischoffsheim, una entidad londinense. Honduras, uno de los países centroamericanos más pobres, seguro que lo agradeció, pero varios bancos londinenses pusieron especial empeño, según cuenta Carlos Marichal, en su Nueva historia de las grandes crisis financieras (Debate). Las primeras emisiones de bonos hondureños a finales de los años sesenta habían fracasado, así que Bischoffsheim contrató a un especulador profesional.

Charles Lefebvre creó un mercado artificial para los bonos hondureños, gracias a los agentes contradados (entre 50 y 100), y colocó gran parte de ellos a un 13% de interés. Lefebvre, se supo luego, reservó 4.000 libras de sus ganancias para el diamante que regaló a la mujer del embajador y otras 10.000 para el presidente hondureño, José María Medina.

La prensa financiera británica quiso achacar a los bonos centroamericanos toda la inestabilidad, según Marichal. Pero la causa de la fiebre especulativa era bien conocida. Ni siquiera un Nathaniel de Rothschild, banquero y miembro del parlamento británico, podría haberla frenado, según la ironía del Times, pero nadie mejor que él para diagnosticarla: "Yo diría que el problema es el deseo del público de obtener una tasa de interés más elevada por su dinero".

Braulio García Jaén: La histeria de una ilusión: crisis de 1873, Público, 7 de agosto de 2010

sábado, 7 de agosto de 2010

Los Bóxers, una milicia contra los imperios

Tras perder las dos Guerras del Opio, los chinos intentaron echar de su país a los extranjeros. El tráfico de drogas no siempre fue ilegal o mal visto por las grandes potencias europeas. Países como Reino Unido y Francia entraron en guerra para defender su derecho a comerciar con estupefacientes. Británicos y franceses querían fumar opio con tranquilidad y ganar mucho dinero con ello desde sus puertos de China. Tras las dos Guerras del Opio (1839-1842 y 1856-1860), perdidas por las autoridades de Pekín, la sociedad secreta Yi Ho Tuan (Los Puños Justos y Armoniosos, en chino) adoptó la violencia para echar del país a los extranjeros. Los británicos llamaban a esos milicianos Bóxers, en referencia al ritual de arte marcial que practicaban antes de los combates.

Los Bóxers eran xenófobos y anticristianos. Eran un grupo de nacionalistas radicales que se rebelaron contra los intereses de las grandes potencias de la época. Esta es la versión de los europeos, mientras Pekín habla de un movimiento nacional patriótico que se levantó contra las fuerzas explotadoras. Porque la China de finales del siglo XIX era un país sometido a los deseos de Londres, París, Londres, Tokio y Moscú, que veían en la inmensidad del territorio chino la oportunidad para expandirse y comerciar en Asia. Es más: cuando terminaron los conflictos del opio, China tuvo que pagar compensaciones millonarias y dejar partes de su territorio, como Hong Kong, literalmente donado a los británicos.

Fue en un contexto de humillación que se formaron los Bóxers, grupo decidido a devolver China a los chinos. Sus miembros eran gente de la clase popular, obreros, artesanos, campesinos, que primero vieron en la llegada de misioneros cristianos una amenaza a su cultura. En noviembre de 1897, cuando dos religiosos alemanes fueron asesinados, Berlín se apoderó del puerto de Qingdao, al norte del país. Las milicias se organizaron y salieron de la clandestinidad en marzo de 1898; se manifestaban con esos eslóganes: "Derrumbemos a los Qing. Destruyamos a los extranjeros".

Los Qing era la dinastía que mandaba en la Ciudad Prohibida de Pekín. Bajo la influencia de intelectuales japoneses, el emperador Guangxu lanzó una época de reforma y de modernización, lo que no gustaba a los Bóxers. La secta fue ilegalizada en un primer momento, aunque para la emperatriz Tzu Hsi, la tía de Guangxu, la mujer que en realidad dirigía el país, había que reforzar la monarquía. Se alió con los militares para derrocar a Guangxu, lo encerró en el Palacio Imperial y respaldó las matanzas de cristianos y de extranjeros por los Bóxers, que llegaron en masa a Pekín. Eran casi 100.000 en todo el país.

Los Bóxers saboteaban los ferrocarriles y cortaban las líneas telegráficas. Atacaban las delegaciones extranjeras y el embajador alemán en China, Klemens Von Kettelet, fue asesinado. En junio de 1900, las potencias europeas formaron una alianza para defender sus intereses: más de 50.000 soldados fueron enviados con el objetivo de marchar sobre Pekín y acabar con todos los miembros de la secta.

Cuando llegaron a la capital china, los europeos ocuparon la Ciudad Prohibida y forzaron a Tzu Hsi a huir. La población civil fue duramente reprimida y muchos occidentales fueron acusados de saqueos y violaciones. Los Bóxers asesinaron a unos 30.000 chinos conversos y a un centenar de militares extranjeros. Los acuerdos de paz del 7 de septiembre de 1901 acabaron con el conflicto, aunque participaron en el fin, en 1911, del imperio chino.

Guillaume Fourmont: Los Bóxers, una milicia contra los imperios, Público, 6 de agosto de 2010

viernes, 6 de agosto de 2010

Sobibor, la victoria contra el horror nazi

Vista del campo de Sobibor, en el que se situó un montículo de cenizas humanas, en 2003. AP Uno de los 600 asesinados a finales de junio tenía una nota entre la ropa. "Hemos trabajado un año en Belzec. No sé dónde nos llevan. Dicen que a Alemania. En los vagones de carga hay mesas de comedor. Nos dieron pan durante tres días, latas y licores. Si todo resulta mentira, entonces sabed que os espera la muerte a vosotros también". Los internos de Sobibor, en Polonia, comprendieron por qué había bajado la frecuencia de los traslados, por qué ya no llegaban trenes desde Holanda. Era el verano de 1943.

Un grupúsculo clandestino liderado por Leon Feldhendler trazó los primeros planes, a pesar de las represalias: diez muertos por cada uno que intentaba fugarse. La llegada de unos ochenta prisioneros de guerra que habían combatido con el ejército soviético, y que se libraron de las cámaras de gas a donde condujeron a los otros casi 2000 que los acompañaron desde Minsk, Ucrania, elevó la moral de los internos. El antiguo teniente del Ejército Rojo que iba a dirigir la revuelta llegó con ellos: Alexander Perchorsky.

Junto a Perchorsky y Feldhendler, tres prisioneros de guerra de Minsk y cuatro artesanos polacos formaban la célula encargada de desencadenarla. Las lluvias hundieron los túneles del plan inicial. Por lo que Perchosky activó el plan alternativo y su ejecución, aprovechando que las autoridades del campo les permitieron reunirse en los barracones de las mujeres, durante la víspera del Yom Kipur. Pero una inspección inesperada de los nazis obligó a retrasar la acción, de tres fases, un día más.

El 14 de Octubre de 1943, entre las cuatro y las cuatro y media de la tarde, los trabajadores de los talleres mataron a 11 SS. El teléfono y las líneas eléctricas fueron cortadas y los vehículos inmovilizados. Sobre las cinco menos cuarto, dos capos que colaboraban en la revuelta llamaron a formar a los internos, que empezaron a sentir que algo estaba en marcha. Los prisioneros de guerra y los conjurados se situaron en las filas delanteras.

Un camionero alemán vio al entrar en el campo a uno de los guardias de las SS muerto en el suelo y disparó contra uno de los internos que se escondía entre los barracones. Los guardias ucranianos, al entender lo que estaba ocurriendo, abrieron fuego. Perchorsky decidió no esperar a que se hubieran reunido todos los internos y activó la fase dos. Los que portaban armas respondieron al fuego ucraniano. No todos los que consiguieron romper las vallas y salir campo a través, lograron escapar: los primeros murieron o cayeron heridos por las explosiones de las minas. Los siguientes huyeron saltando por encima de los cuerpos.

De los 600 prisioneros que había en el campo de Sobibor (donde más de medio millón de judíos habían sido exterminados entre 1942 y 1943) el día de la insurrección, 300 lograron huir. Durante las batidas que los nazis desplegaron organizaron a continuación, otros 100 internos fueron capturados o cayeron por disparos de los nazis.

"Fue una gran victoria por parte de los insurgentes que 200 de ellos consiguieran escapar", cuenta Yitzhak Arad, él mismo partisano soviético durante la II Guerra Mundial, que reconstruye la revuelta a partir de numerosos testimonios de supervivientes. Algunos murieron víctimas de las enfermedades, otros combatiendo con los partisanos. "Se calcula que sólo 50 de los escapados sobrevivieron hasta el día de la liberación", según Arad.

Braulio García Jaén: Sobibor, la victoria contra el horror nazi, Público, 5 de agosto de 2010

jueves, 5 de agosto de 2010

Wollstonecraft, la primera feminista

Simone de Beauvoir revolucionó el estatuto de la mujer en 1949 con El segundo sexo. "La mujer no nace, se hace", según la filósofa. La idea, una auténtica bomba en la conservadora sociedad de los años cincuenta, no era sin embargo nueva. Más de un siglo antes de que la compañera de Jean-Paul Sartre denunciara una educación que privilegiaba al hombre y reivindicara la libertad de la mujer, otra madre del feminismo se levantó contra las prohibiciones: la británica Mary Wollstonecraft, también madre de Mary Shelley, la autora de Frankenstein.

Cuando Mary Wollstonecraft llegó en diciembre de 1792 a la Francia revolucionaria, tenía 33 años y llevaba en la maleta Vindicación de los derechos de la mujer, un texto que declaraba que las mujeres eran "estúpidas", "superficiales" y "unos juguetes". Su tono denunciaba la situación de la mujer en el siglo XVIII. El problema era la educación, que "nos hace más artificiales y débiles de carácter de lo que de otra forma podrían haber sido". Según Wollstonecraft, el Estado debe permitir a las mujeres "practicar la medicina, llevar una granja, dirigir una tienda, vivir de su propio trabajo". Francia, que en 1793 mandó a la guillotina a Olympe de Gouges, autora de la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, vivía momentos peligrosos y Wollstonecraft regresó a su país natal.

Wollstonecraft nació el 27 de abril de 1759 en Spitalfields, cerca de Londres. Las malas gestiones financieras de un padre violento la obligaron a responsabilizarse por sus dos hermanas, Everina y Eliza. Y a probar con ellas sus ideas feministas: Mary convenció a Eliza que abandonara a su marido y a su bebé, y huir. Mary rechazaba las normas sociales de la época y se oponía al matrimonio.

"Se han deformado en mí ciertas románticas de amistad Soy un poco peculiar en mi entendimiento del amor y de la amistad", escribe Wollstonecraft con cierta ambigüedad a su amiga Jane Arden. Antes de conocer a cualquier hombre, la ensayista dedica más tiempo y fidelidad a sus amistades femininas: fue hasta Lisboa para cuidar de su amiga Fanny Blood. Era 1785 y Mary sabía que debía dedicarse a trabajar para convertirse en "la primera de un nuevo género", según sus propias palabras.

Wollstonecraft escribía ensayos, novelas, todo lo que le permitía cuestionar las normas de su época y reflexionar sobre el futuro. Hablaba inglés, francés y alemán; era traductora, se relacionaba con los principales pensadores de la época. Y llegó a Francia después de la Revolución para llevar a cabo sus ideas. Pero París también era la ciudad del amor y, aunque fuera un lugar común, Mary se enamoró en la capital francesa. De un anarquista americano, Gilbert Imlay, quien se negó a casarse con ella. Cuando nació su hija Fanny,Mary intentó suicidarse.

"Sólo tengo que lamentar que, cuando la amargura de la muerte había pasado, fui inhumanamente traída de vuelta a la vida y la miseria. Pero tengo la firme determinación de que esa decepción no me desconcierte; no dejaré que lo que fue uno de los actos más calmados de mi razón quede como un intento desesperado", escribió tras regresar a Londres. Mary, que siempre había criticado el rol de la mujer como simple educadora de niños, murió el 10 de septiembre de 1797, a los 38 años, diez días después de dar a luz a su segunda hija, Mary. También se había casado con William Godwin, el hombre que publicó las memorias de la primera pensadora feminista de la Historia.

Guillaume Fourmont: Wollstonecraft, la primera feminista, Público, 4 de agosto de 2010

miércoles, 4 de agosto de 2010

Se edita una obra del reputado autor Alan Furst llena de errores sobre la Guerra Civil

Cuartel general del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM) en Barcelona. Al fondo sobresale la cabeza del escritor George Orwell.-Seix Barral ha hallado un filón con las vibrantes novelas del neoyorquino Alan Furst. Esos relatos del mundo del espionaje antes de (y durante) la II Guerra Mundial son adictivos: retratan unos enfrentamientos desconocidos, fuera de las grandes batallas y las figuras históricas. Comenzando en 2006, con El corresponsal, la editorial barcelonesa ha sacado una obra de Furst por año, con buenas ventas y críticas entusiastas.

Sin embargo, Seix Barral ignoró hasta ahora la novela inaugural, la que bautizó a la serie: Night soldiers, publicada originalmente en 1988. Allí debutan algunos de los secundarios que animarán la saga: agentes soviéticos como Ilya Goldman y el coronel Vassily Antipin, o luminarias de la bohemia dorada de entreguerras. También conocemos la Brasserie Heiniger, restaurante parisiense que contemplará conspiraciones y atentados.

Puede extrañar que el inicio de la serie se traduzca ahora, tras otros cuatro títulos. Pero se entienden las precauciones: resulta que Soldados de la noche se le puede atragantar a cualquier lector español medianamente culto. Parte del libro transcurre durante la segunda mitad de 1936, en nuestra Guerra Civil, y revela que el autor tiene vagas ideas de aquel conflicto y los partidos políticos que se enfrentaron.

Furst identifica a UGT con el Partido Comunista. Insiste en que el POUM era anarquista. Las ideologías no son su especialidad: el nombre -Partido Obrero de Unificación Marxista- ya explica que se trataba de una organización comunista. Más aún, de tendencia trotskista, destinataria por lo tanto de la furia asesina de Stalin.

Alan Furst, en la Semana Negra de Gijón.- PACO PAREDESLos traductores de Soldados de la noche han eliminado muchas de las embarazosas descripciones del POUM como anarquista. En el original, un enviado de la embajada soviética llega a la sierra de Guadarrama, a exigir la ejecución de cuatro guerrilleros del POUM. El jefe de la partida recela, pero el funcionario le asegura que "no hay dudas, tenemos copias de las listas de afiliados, sacadas de las oficinas de Durruti". Cuesta evitar una carcajada triste: ¿Buenaventura Durruti? ¿Oficinas? ¿Con listados de miembros del POUM?

Es cierto que el POUM luchó al lado de los anarcosindicalistas en Barcelona, durante los hechos de mayo. Bien lo sabía George Orwell, testigo directo, que estuvo en busca y captura. Orwell vivió para contarlo, a diferencia de algunos dirigentes del POUM: Andreu Nin fue detenido y posteriormente secuestrado, torturado y asesinado por el todopoderoso NKVD (Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos) y sus colaboradores del PCE. Pero todos esos horrores ocurrirían en 1937.

En el territorio literario de Furst se ensalza a los polacos y húngaros, patriotas conscientes de que deben derrotar al nazismo y, a continuación, resistir el abrazo del oso soviético. Aparecen pocos españoles y suelen ser crueles, toscos, valientes. Uno puede aceptar esos tópicos. Uno disculpa las abundantes frases en castellano horrible (corregidas por los traductores). Lo espeluzante de Soldados de la noche es que Furst ni siquiera estudió los mapas.

Insiste en que la base operativa del NKDV en Tarragona es la que lleva la lucha contra la quinta columna en Madrid.... a 500 kilómetros de distancia. Furst lo ignora todo sobre la situación bélica en 1936. Parece pensar que los sublevados franquistas solo dominaban el sur de España. Así, cuando el protagonista de Soldados de la noche y sus amigos internacionalistas huyen de Madrid, avisados de que son objetivo del NKDV, viajan por carretera hasta Bilbao y paran en Burgos a repostar gasolina. ¿Burgos con la República? ¡Paren las máquinas!

No terminan ahí los disparates. Llegado a Bilbao, el protagonista de Soldados de la noche cruza clandestinamente la frontera francesa y se entrega a las autoridades. Misteriosamente, le llevan ¡a Perpiñán! Según Furst, a finales de 1936 ya funcionan allí los campos de internamiento para combatientes republicanos, vigilados por tropas senegalesas. Con todo, Soldados de la noche ofrece una lectura apasionante. Pero uno se pregunta si las aventuras de sus héroes por los Vosgos o los Balcanes están mejor documentadas que el tramo español.

Diego A. Manrique, Madrid: Y el POUM era... ¿anarquista?, EL PAÍS, 4 de agosto de 2010