sábado, 24 de abril de 2010

Así eran las «autopistas» de Roma

Así eran las «autopistas» de RomaMuchos son los países de Europa en los que el paso de la civilización romana ha dejado una huella imborrable. En el caso de España el sello de los que dominaron estas tierras hace dos mil años, es más que patente y su influencia alcanza aspectos tan diversos de nuestra sociedad como la lengua, el arte, las tradiciones o la gastronomía. Ahí tenemos impresionantes construcciones como el acueducto de Segovia o la Muralla de Lugo; edificios como el teatro romano de Mérida o joyas artísticas como los bustos y mosaicos encontrados en Itálica, ejemplos ilustres del paso latino por Hispania.

Hoy nos gustaría detenernos en una de las principales aportaciones del imperio para el avance de la sociedad: nos referimos a las calzadas romanas. El blog "La historia con mapas" ofrece abundante información sobre la red viaría construída en aquella época que permitió comunicar los principales nucleos de población (todos los caminos llevaban a Roma). Hablamos de más de cien mil kilómetros de calzadas formadas por resistentes losas que se extendían por toda Europa, con una anchura de entre cuatro y seis metros y una profundidad de firme entre medio y un metro. Normalmente la superficie de estas calzadas era ligeramente más alta en el centro que en los márgenes, con el objetivo de drenar el agua y poder ser utilizada durante todo el año.

Aunque la razón inicial que impulsó la costrucción de estas arterias era militar, con el paso del tiempo el comercio, la cultura y la religión, también se beneficiaron de estas infraestructuras que dinamizaron la economía ya que el flujo de mercancías se realizaba de una forma mucho más rápida, llegando fácilmente a ciudades y pueblos del interior del continente y no solo a las zonas costeras como era costumbre de comerciantes griegos y fenicios.

En nuestro país, las principales autopistas de la época eran cuatro:
  • Vía Hercúlea/Vía Augusta, que unía Ampurias con Cádiz a través de toda la costa mediterránea, pasando por poblaciones tan destacadas como Barcelona, Tarragona, Sagunto, Cástulo o Córdoba.
  • Vía del Norte: también partía de la actual Cataluña (Tarraco) dirección oeste, hasta llegar a Astorga y pasando por ciudades como Zaragoza, Numancia o León.
  • Vía de la Plata: unía Itálica (muy cerca de la actual Sevilla) con Astorga, dejando a su paso poblaciones como Mérida, Alcántara o Salamanca.
  • Vía del Atlántico: Unía Itálica con Lugo a través de toda la costa atlántica.
La mayoría de estas vías pasarían con el tiempo a convertirse en caminos reales primero y más adelante, con la llegada del automóvil en las vías más importantes por las que podemos viajar en la actualidad.

BITACORAS.COM: Así eran las «autopistas» de Roma, ABC, 23 de abril de 2010

jueves, 22 de abril de 2010

Los neandertales pudieron tener hijos con los sapiens

Reconstrucción de un neandertal en una exposición en Alemania. - AFP Los ancestros de los humanos actuales y sus primos los neandertales se cruzaron en dos ocasiones y tuvieron descendencia hace miles de años, según un estudio presentado en EEUU. Los autores del trabajo, de la Universidad de Nuevo México, señalan que, como testimonio, la mayoría de humanos actuales lleva rastros de neandertal en su ADN. "Esto significa que los neandertales no han desaparecido por completo", explicó a Nature News Jeffrey Long, investigador principal del estudio.

El trabajo fue presentado el pasado sábado durante la reunión anual de la Asociación Americana de Antropología Física, que se celebró en Albuquerque. Vuelve a formular grandes preguntas sobre la naturaleza de humanos modernos y neandertales. Una de las más evidentes es que, si ambos pudieron aparearse y tener hijos, no eran en realidad especies diferentes. En este trabajo se ha analizado el ADN de 1.983 personas en África, Asia, Europa, América y Oceanía en busca de huellas características de neandertales u otras especies extintas del género Homo, como el Homo heidelbergensis.

Encuentro en el Mediterráneo

Los resultados mantienen que hubo dos grandes episodios de cruce entre especies después de que el sapiens abandonase África. El primero sucedió hace 60.000 años en las costas del Mediterráneo. El segundo encuentro sucedió hace 45.000 años en el este de Asia. Los expertos no encontraron rastros de hibridación en las poblaciones africanas. Los autores creen que los primeros mestizos que nacieron en el Mediterráneo migraron después al resto de Europa, Norteamérica y Asia. Las poblaciones del segundo cruce migraron después a Oceanía.

El trabajo se ha centrado en más de 600 microsatélites de ADN. Son marcadores en el genoma que se usan para diferenciar genéticamente a diferentes poblaciones actuales y emparentarlas con las poblaciones ancestrales que vivieron hace miles de años. Los expertos compararon esos microsatélites con la tasa de cambio genético que sería de esperar en ellos después de miles de años de evolución, y también con datos del registro fósil. Reconstruyeron después un árbol evolutivo que llevaba hasta las poblaciones actuales analizadas. La única manera de explicar los resultados era a través de esos dos momentos de hibridación.

Según Nature News, el trabajo fue recibido con interés y sorpresa por expertos que llevan años intentando explicar incoherencias en los genes de las poblaciones actuales y su conexión con sus ancestros. "Es una conclusión llamativa", explica a Público Carles Lalueza, profesor de la Unidad de Biología Evolutiva de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. El experto recomienda cautela. Aunque el trabajo se ha presentado en un congreso que reúne a expertos de todo el mundo, no se ha publicado en una revista científica. "Hay que esperar a que aparezcan todos los datos", advierte. También apunta que este tipo de estudio puede estar viciado, pues se hace en función de la tasa de variación de los sapiens, y no de los neandertales. Estos últimos podrían tener una tasa diferente, lo que volvería a poner patas arriba las interpretaciones. Lalueza será uno de los que puedan aportar nuevas respuestas, pues su equipo, liderado por el experto en genética neandertal Svante Pääbo, ya ha secuenciado el primer genoma completo de neandertal, a la espera de publicación.

Nuño Domínguez, Madrid: Los neandertales pudieron tener hijos con los sapiens, Público, 22 de abril de 2010


martes, 20 de abril de 2010

La auténtica historia de la @

Es posible que creas -como casi todo el mundo- que la arroba es un invento propio de la “era Internet”, un símbolo especialmente creado para dar forma a las direcciones de correo electrónico. Sin embargo, su historia es mucho más antigua y su origen se remonta al latín. Los árabes ya lo usaban hace siglos, y los marineros lo empleaban habitualmente al detallar el contenido de las bodegas de sus barcos. Te contamos la historia de la @, uno de los símbolos más usados de la actualidad, y a la vez uno de los menos conocidos.

El símbolo de la arroba, en un documento del siglo XV / Neoteo

Si estás leyendo este artículo en un ordenador conectado a internet, seguramente tienes una dirección de correo electrónico y utilizas varias veces al día el símbolo @ (arroba) como parte de las direcciones de e-mail de tus amigos o clientes. Sin embargo, la mayor parte de los internautas desconocen el origen -y a veces hasta el significado- de este raro pero ubicuo carácter. Dado su utilización actual, casi siempre ligada al ámbito de los ordenadores o del correo electrónico, se podría pensar que se trata de un símbolo especialmente concebido para ese uso, con una antigüedad no mayor a un par de décadas. Pero lo cierto es que se trata de un símbolo antiguo, conocido y utilizado en la Edad Media, hace más de 500 años.

La mayoría de los historiadores aceptan que el origen de la palabra “arroba” proviene del idioma árabe, concretamente del término "ar-roub", que significa cuatro. En cuanto al símbolo en sí mismo, esa especie de “a” encerrada por un círculo, tiene sus orígenes en una práctica común entre los encargados de copiar libros en latín, a mano, allá por la Edad Media. Estos copistas utilizaban @, uniendo entre sí las letras "a" y "d" para formar la preposición latina “ad”, que significa "hasta" o "hacia". Parece bastante lógico: si tienes que copiar a mano decenas de veces cientos de páginas, lo más probable es que busques todas las formas posibles de ahorrar trabajo. La preposición “ad” aparecía con mucha frecuencia en esos textos, y tiene sentido que haya sido reemplazada por un solo símbolo. Poco a poco, la @ fue haciéndose popular en otros ámbitos, y empezó a aparecer -por ejemplo- en las cartas oficiales redactadas en latín antes del nombre de su destinatario.

Un cuarto de ánfora

Uno de los documentos más antiguos que se conocen que contiene una @ impresa data del año 1536, y se trata de una carta enviada por un mercader italiano desde Sevilla a Roma. En dicho escrito se detalla la llegada de tres barcos provenientes de América, cargados de tesoros. Pueden leerse párrafos como “Así, una @ de vino, que es 1/13 de un barril, vale 70 u 80 ducados...” En ese contexto, la arroba representaba una unidad de medida utilizada por griegos y romanos que equivalía a “un cuarto de ánfora.” ¿Confuso, verdad? Pero eso no es nada: podía (y en algunos sitios aún puede) emplearse como medida de capacidad o volumen, con un valor que variaba de acuerdo al producto que se estuviese comerciando. Por ejemplo, si se trataba de líquidos, “una arroba de aceite” era equivalente a unos 12 litros y medio, pero si se estaba negociando con vinos, su valor era de algo más de 16 litros. También se la utilizó como medida de masa. En efecto, la @ representa una masa equivalente a la cuarta parte de un “quintal”. El quintal es una antigua unidad de masa y de capacidad usada en España y en Hispanoamérica -en Argentina es común escuchar a las personas mayores, en el campo, hablar de “quintales de trigo por hectárea”- que equivale exactamente a 46,0093 Kg. Una “@”, por lo tanto, entonces, equivale a poco mas de 11 kilogramos y medio.

La arroba, en un texto de 1775 / Neoteo

A pesar de la antigüedad de ese documento, algunos historiadores -como el aragonés Jorge Romance- aseguran que el símbolo de la arroba ya se utilizaba en el año 1448, en el detalle de un envío de trigo desde Castilla hacia el Reino de Aragón. Pero con el paso del tiempo, y salvo regiones muy especificas, la @ dejó de utilizarse. Solamente se mantuvo más o menos viva en los Estados unidos, donde se empleaba en los registros contables, estableciendo el precio unitario de un producto en una factura. Podía aparecer en medio de la descripción de una operación, algo como “15 cajas @ 5 dólares cada una”, donde indicaba que el valor de cada caja facturada era de cinco dólares. También tiene mucho sentido, ya que en inglés @ se dice “at”, que significa “a” (y también “en”, “de” y “hacia”). Esto hizo que cuando se inventó la máquina de escribir, a fines del siglo XIX, el símbolo de la arroba fuese incluido en su teclado. Y, como el teclado de los ordenadores es una evolución de los de aquellas máquinas, la arroba también se encuentra en ellos.

Pero la relación de la @ con el correo electrónico es muy posterior a todo esto. Cuando el ingeniero Ray Tomlinson, que creó el e-mail en 1971, estaba buscando un símbolo que sirviese para identificar las direcciones de correo, uno de los pocos disponibles en los teclados era justamente la arroba. “Hubiese sido más fácil usar un corchete, un paréntesis o incluso una coma, pero estos símbolos ya eran utilizados para otros fines, y de los símbolos que quedaban libres, la @ era el mejor”, ha explicado hace algunos años Tomlinson. “Otro punto a favor de este símbolo es que al traducirse como at en inglés daba una sensación de localización”, agregó. La primera dirección de correo electrónico de la historia fue “tomlinson@bbn-tenexa” Esta dirección, y según el uso que le dio este ingeniero a la arroba en la informática, puede interpretarse como “Tomlinson en la (@) máquina bbn-tenexa”. De esa manera, un carácter inventado por los copistas medievales como una forma de simplificar su trabajo se convirtió en el símbolo del correo electrónico. ¿No es increíble?

NEOTEO, La auténtica historia de la @, ABC, 20 de abril de 2010

Felipe Fernández: "El mundo sufrió su mayor revolución ecológica en 1492"

El mundo, nuestro mundo, empieza en 1492, cuando los vientos y las corrientes del Atlántico espolean los intercambios comerciales y la expansión de los imperios, los credos van configurando las fronteras de las civilizaciones y el individualismo que emerge de la tradición mística contribuye a alumbrar un nuevo orden. Reconstruir la historia de la modernidad a partir de un solo año resulta un propósito tan singular como la propia personalidad del historiador británico Felipe Fernández-Armesto (Londres, 1950), quien en su nuevo libro se transmuta en viajero imaginario por todo el globo terráqueo para buscar en los acontecimientos de aquel tiempo las pautas del mundo que hoy conocemos.

Felipe Fernández-Armesto, en Londres. M.A.F.

La figura de Cristóbal Colón, monopolizadora del grueso de trabajos dedicados a 1492, es sólo un personaje más en el fresco que el autor dibuja en El nacimiento de la modernidad (The year the world began es su título original inglés), un recorrido que arranca con la caída en Granada del último reino islámico en Europa Occidental, cruza el desierto del Sáhara en paralelo a la creciente infiltración musulmana en el continente africano y recorre por el Mediterráneo el exilio de los judíos expulsados de España. Fernández-Armesto se define como "un historiador del mundo entero" y, lejos de la visión eurocéntrica, recrea en su mosaico de aquel año el desarrollo económico y expansión territorial de Rusia, el declive de las potencias tradicionales del océano Índico y del Extremo Oriente ("China fue hasta entonces el gran motor del mundo"), mientras los europeos buscaban recursos en territorios lejanos: aquellos bárbaros acabarían tomando las riendas del mundo.

Parapetado en su despacho londinense de la Universidad de Notre Dame, donde imparte clases, el académico no se revela tan entusiasmado en defender la tesis que da título a su última obra como en subrayar que aquel 1492 irrumpe ante todo "la revolución ecológica más radical que nunca experimentara el planeta". Emerge el experto en historia global del medio ambiente cuando explica con entusiasmo cómo "el intercambio colombino de semillas y plantas de animales, de microbios... cambió profundamente el perfil ecológico" del mundo que habitamos. "Hasta ese momento el mundo se dividía en culturas escindidas y ecosistemas divergentes y esa pauta se interrumpe bruscamente para alumbrar un nuevo modelo de convergencia. Nunca antes ni después en la historia de la evolución en este planeta sucedió tal cosa en un solo año", subraya este académico que bebe de diversas disciplinas, de la biología, la antropología o las humanidades.

Desde su perenne desafío a las convenciones de la historiografía a lo largo de su dilatada producción, con títulos como Colón (1992), Milenio (1995), o Historia de la comida (2004), reniega del gradualismo en pro de "un enfoque de la historia como un sistema caótico, semejante al del tiempo atmosférico, donde se operan cambios de forma repentina e imprevisible y que ejercen enorme influencia: piense por ejemplo en la caída del muro de Berlín o en las consecuencias de un gran atentado terrorista".

Este intelectual atípico y cultivadísimo disfruta visiblemente encarnando el cuestionamiento de la rigidez académica. El Renacimiento y la Reforma, señalados por la ortodoxia como detonantes de los desarrollos sociales, políticos, culturales y científicos que hicieron posible el mundo moderno, fueron en realidad "fenómenos de pequeña escala acontecidos en un rincón muy limitado". Por contra "el mundo sí cambió en 1492, un año único en la historia del planeta", resume sobre la tesis de su libro

¿Asistimos a otra gran mutación? Al historiador le incomoda hacer conjeturas de futuro, aunque no le parece aventurado augurar que "China volverá a ser el gran líder del mundo" y que Estados Unidos "perderá su predominio económico y militar para ejercer otro tipo de hegemonía gracias a sus recursos en investigación y enseñanza".

Patricia Tubella, París: "El mundo sufrió su mayor revolución ecológica en 1492", EL PAÍS, 20 de abril de 2010

domingo, 18 de abril de 2010

Hipatia de Alejandría murió con 60 años

Hipatia de Alejandría murió con 60 años
Rachel Weis caracterizada como Hipatia de Alejandría en la película «Ágora», de Alejandro Amenábar /EFE

Un nuevo libro de la Universidad de Granada sobre mujeres de la antigüedad grecorromana señala que la filósofa Hipatia de Alejandría, de quien se desconoce con exactitud la fecha de su nacimiento, falleció con casi 60 años, cuando la arrolló una turba de cristianos. Fue en el año 415 cuando falleció, "según la Crónica de Malalas" citada por los profesores del estudio, dedicado a la también matemática y astrónoma. Este trabajo es uno de los 26 que componen el libro "Mujeres reales y ficticias en Grecia y en Roma" coordinado por los profesores Andrés Pociña y Jesús García y editado por la Universidad de Granada. Los autores del estudio han asegurado que los testimonios conservados sobre Hipatia proceden de historiadores eclesiásticos y de Damascio de los que se deducirían nuevas conclusiones sobre la edad de la filósofa neoplatónica.

Los detalles de su muerte

Los expertos José Manuel Camacho y Miguel Villena han reunido referencias de ella "en las cartas de Silesio de Cirene, discípulo y admirador de la filósofa de Alejandría", cuyas fechas de nacimiento propuestas hasta el momento se sitúan en torno al año 335, entre el 370 y el 375, o hacia el 390. "Es más conocida por los detalles de su muerte que por los de su vida", han asegurado sobre Hipatia. Sobre su asesinato hay varias interpretaciones y entre las más conocidas se encuentra la de Sócrates, que habla de una multitud dirigida por un clérigo que ejecutó a la sabia. Cuando ella volvía a su casa, después de su habitual paseo por la ciudad, fue sacada de su carro y llevada a la iglesia de Kaisarion, donde le quitaron la ropa y la mataron con piedras cortantes para más tarde descuartizarla y quemarla. Según Juan de Nikiu, el asesinato de Hipatia fue el de "una maga o bruja al que los cristianos deseaban matar". El libro de la Universidad de Granada también cuenta con estudios sobre Fedra, Cleopatra, Lucrecia o Lesbia.

EFE | Granada, Hipatia de Alejandría murió con 60 años, ABC, 17 de abril de 2010

viernes, 16 de abril de 2010

«La Flaca» y «La Gorda», dos revistas con historia

Hoy destacamos una anotación del blog "Historias con historia" que nos acerca al convulso mundo editorial de finales del siglo XIX, momento en el que la realidad política española se encontraba dividida entre conservadores y liberales (anticarlistas).
  • La Gorda, apareció por primera vez en Madrid el 10 de noviembre de 1868, aunque no duró mucho ya que se dejo de públicar en el año 1870, si bien apareció un sucedáneo llamado "La Gordísima". Se trataba de una publicación antiliberal de 4 páginas de caracter semanal y con una "módica" suscripción mensual de 4 reales. Su talante conservador no tardó en animar a la competencia y pronto nació la replica: La Flaca.
  • La Flaca aprovechó el Sexenio Democrático de comienzos de los setenta (1869-1876), para publicarse en Barcelona, también en formato de cuatro páginas y en castellano. su tono era principalmente satírico, de una tendencia política republicana y federal y cuyo curioso parecido con la realidad editorial actual es pura coincidencia. Como se puede ver, la propia portada de la revista ya ironizaba con la situación del país mostrando a la matrona (el estado) y al león (el pueblo) en un estado bastante deplorable.
Para escapar a la censura la revista tuvo que cambiar de nombre en no pocas ocasiones con "disfraces" tan variopintos como La Carcajada, El Lío o La Madeja. Así mismo, aunque su portada también rezaba "saldrá todos los días del año", sus responsables se tuvieron que conformar con salir cuando se pudiera.

BITACORAS.COM: «La Flaca» y «La Gorda», dos revistas con historia, ABC, 15 de abril de 2010

martes, 13 de abril de 2010

Kazajstán aprende a vivir con el monstruo nuclear

"No me imagino mejor lugar para recibir esta noticia". Ban Ki-moon se acababa de enterar en el medio de la estepa kazaja de que Barack Obama había anunciado que EEUU renunciaba a desarrollar nuevas armas nucleares. El secretario general de Naciones Unidas aprovechó su visita el martes pasado al inhóspito polígono nuclear de Kurchátov en el este de Kazajstán donde los militares de la Unión Soviética hicieron su primera prueba con la bomba atómica en 1949 para instar a los participantes de la conferencia sobre seguridad nuclear que termina hoy en Washington a deshacerse de sus arsenales. "Pido a todos los países que sigan el ejemplo de Kazajstán", dijo Ban a dos kilómetros del epicentro de aquella explosión que convirtió a la URSS en una potencia nuclear.
Kazajastán fue el primer país que voluntariamente abandonó su arsenal nuclear, una herencia de la URSS tras ganar la independencia en 1991. En Washington, Obama intenta recabar el apoyo de 47 estados para luchar contra la proliferación nuclear.

El antaño ultrasecreto polígono de Kurchátov, un territorio del tamaño de Extremadura al este de ese enorme país de Asia Central, sirve hoy un doble propósito. El sitio alberga un centro de investigación sobre energía nuclear y sus sistemas de sismografía permiten detectar explosiones sospechosas en países tan lejanos como Corea del Norte. Además, toda la región es un recuerdo doloroso de la devastación que causan las armas nucleares. Durante tres décadas se hicieron 456 pruebas una buena parte en la superficie que han provocado niveles de radiación mayores que los del accidente de Chernóbil en 1986.
Nina Kolesnikova escuchó la advertencia en la radio en 1954 hasta entonces los militares no habían informado de sus pruebas y la gente creía que los temblores que regularmente sacudían la región eran terremotos. "Nos dijeron que selláramos las ventanas con papel y que nos quedáramos en casa", cuenta la anciana. Pero al escuchar la explosión, salió fuera para ver qué había pasado. "Entonces llegó una ola de calor por el suelo y me segó las piernas. No fui capaz de levantarme", recuerda Kolesnikova, que vive hoy en una residencia en Semey (la antigua Semipalatinsk), la ciudad más cercana del polígono. Ella ha sobrevivió los daños pero su hijo de 54 años murió de cáncer hace cuatro meses. Cuando los soviéticos convirtieron esta región en el mayor laboratorio nuclear de la historia vivían allí 1,5 millones de personas, la gran mayoría de etnia kazaja. En 1957 Moscú abrió un centro para evaluar el impacto de la radiación. No se ordenó el traslado de la gente afectada para poder observar la evolución de sus patologías. Se convirtieron en cobayas humanas.

Con los vientos de cambio bajo Mijáil Gorbachov a finales de los años ochenta, los kazajos empezaron a movilizarse contra el polígono. "Todos sabíamos de las pruebas pero durante años nadie se atrevió a decir nada. Esto cambió con la perestroika", cuenta Sultan Khudaibergenov, que trabaja para la ONU en la región. El 29 de agosto de 1991, exactamente 42 años después de la primera prueba nuclear, Nursultan Nazarbayev, entonces secretario general del Partido Comunista de Kazajstán y hoy presidente del país, ordenó el cierre del polígono. La ONU ha convertido esta fecha en el Día Internacional contra las Pruebas Nucleares.

Evitar la "bomba islámica"

Los científicos y militares rusos abandonaron el pueblo en masa, pero antes se encargaron de destruir documentos sensibles. La localidad, donde el físico Andréi Sájarov desarrolló la bomba de hidrógeno, se convirtió en un pueblo fantasma. "Nos dejaron solos con todos los problemas del sitio", cuenta Kairat Kadyrzhanov, el director del Centro Nuclear Nacional que gestiona el polígono.

En diciembre de 1991, con el colapso de la URSS, Kazajstán ganó la independencia y con ello heredó todo el arsenal nuclear soviético que se encontraba en su territorio. De la noche a la mañana, ese país de 15 millones de habitantes de mayoría musulmana se convirtió en la cuarta potencia atómica del mundo. Sus 1.040 cabezas nucleares eran más que las de China, Francia y Reino Unido juntos. Nazarbayev, ya como presidente del país, no estaba cómodo con ese potencial destructivo. "Los misiles tenían algo de satánico", contaba el líder autoritario a su biógrafo Jonathan Aitken. "Me daba la sensación de que podrían volverse en contra de su dueño en cualquier momento".

Había mucha presión desde dentro del país para mantener el arsenal. Y desde fuera algunos países musulmanes, como Libia, instaron a Nazarbayev a quedarse con la "bomba islámica". Un estado del Golfo Árabe llegó a ofrecerle 6.000 millones de dólares, según el libro de Aitken. Pero la presión combinada de Rusia y EEUU muy preocupados por la posibilidad de que las bombas podrían acabar en manos de alguien con malas intenciones acabó convenciendo al líder kazajo que negoció un multimillonario paquete de ayudas. Las armas fueron destruidas in situ o trasladadas a Rusia.

Las secuelas de tres décadas de experimentos con la bomba son muy visibles todavía hoy y tardarán generaciones en desaparecer. Hay un millón de personas afectadas, según cifras de la ONU. La tasa de cáncer de la región de Kazajstán Este es un 30% mayor que la media del país. Si las primeras personas afectadas desarrollaban cáncer del sistema intestinal porque ingerían material contaminado, hoy se ven más casos de cáncer por vía hormonal. En la Universidad de Medicina en Semey se investiga las consecuencias de la radiación en en una estrecha cooperación con instituciones en Hiroshima donde se observan los mismos problemas. "El 70% de las mujeres embarazadas tienen algún problema", explica Kulyash Dzhaksalova, la jefa de pediatría, delante de una macabra vitrina llena de fetos deformados en formol. Muchos jóvenes de la ciudad hacen pruebas de ADN antes de tener una familia. "Mi novia y yo nos queremos casar pero antes haremos un test para asegurarnos de poder tener un niño sano", dice Ustan, un voluntario en un centro de juventud de Unicef. Hay un registro de los afectados que reciben tratamiento gratuito, aunque algunos expertos creen que la sanidad en la región es insuficiente.

Museo de los horrores

El Gobierno kazajo con ayuda de la Unesco quiere convertir el polígono de Kurchátov en un gran museo para conservar la memoria de los horrores atómicos. Además, la siniestra experiencia de cientos de pruebas, así como las instalaciones en un terreno amplio, ofrecen buenas condiciones para la investigación. También se ofrece formar a observadores internacionales que inspeccionan instalaciones sospechosas en países como Irán.

Los cuatro reactores de prueba en el polígono sirven para desarrollar el uso civil de la energía nuclear. A pesar de ser uno de los primeros productores de petróleo del mundo, Kazajstán planea tener sus propias centrales nucleares. Mientras, la estepa dónde explotaron las bombas atómicas se recupera poco a poco. Las autoridades kazajas consideran que el 80% del polígono ya está lo suficientemente limpio para la ganadería y la minería. Pero un 5% del territorio sigue tan contaminado que los efectos tardarán unos mil años en desaparecer. "El sitio todavía es un monstruo", admite el director del centro de Kurchátov, Kadyrzhanov. "Pero hemos estudiado cómo se comporta y sabemos controlarlo".

Los experimentos con la bomba
  • EEUU. En el desierto de Nevada. Con más de mil pruebas nucleares, Estados Unidos es el país que más tests ha realizado en la historia. El sitio más usado fue el desierto de Nevada. La última prueba se hizo en 1992. El Pentágono también usó las islas Marschall y otros territorios en el Pacífico para experimentar con la bomba atómica.
  • Francia. Sáhara y Mururoa. El ejército francés se aprovechó de su colonia Argelia para probar bombas en el Sáhara. Recientemente se ha sabido que se desplegaban tropas de infantería muy cerca de las explosiones. París también hizo tests en Mururoa en el Pacífico hasta 1996.
  • Reino Unido. Cooperación con EEUU. Los militares británicos ‘sólo’ hicieron 45 tests nucleares, la mayor parte en Australia y otros en EEUU, en cooperación con sus colegas norteamericanos.
  • Otros. Asia entra en el club- Pekín ha experimentado con la bomba nuclear en la provincia occidental de Xinjiang, fronteriza con Kazajstán. India y Pakistán también han hecho tests. El último país en entrar en el club fue Corea del Norte.
Thilo Schäfer, Enviado especial a Kurchátov (Kazajstán): Kazajstán aprende a vivir con el monstruo nuclear, Público, 13 de abril de 2010

Poner en práctica una estrategia sobre armas nucleares para el siglo XXI

El día 8 de abril Estados Unidos y Rusia firmaron el nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START) en Praga, lo que reducirá el número de cabezas nucleares estratégicas en nuestros arsenales hasta niveles que no se habían visto desde la primera década de la era nuclear. Esta reducción verificable por parte de las dos mayores potencias nucleares del mundo refleja nuestro compromiso con el pacto básico del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP): todos los países tienen derecho a utilizar la energía nuclear de manera pacífica, pero todos ellos tienen también la responsabilidad de evitar la proliferación nuclear, y quienes poseen estas armas deben trabajar en favor del desarme.

Este acuerdo no es más que una de las varias medidas concretas que Estados Unidos está tomando para cumplir la promesa del presidente Obama de hacer que Estados Unidos y el mundo sean más seguros reduciendo la amenaza de las armas, la proliferación y el terrorismo nucleares. El martes 6 de abril, el presidente Obama hizo pública la Revisión de la Postura Nuclear del Gobierno de EE UU (RPN), que proporciona una hoja de ruta para reducir la función y el número de nuestras armas nucleares, a la vez que protege más eficazmente a Estados Unidos y sus aliados ante las principales amenazas actuales.

Hoy, el presidente Obama es el anfitrión de más de 40 dirigentes en la Cumbre sobre Seguridad Nuclear, cuyo propósito es asegurar todos los materiales nucleares vulnerables lo más rápidamente posible para evitar que caigan en manos de los terroristas.

Y junto con sus socios internacionales, Estados Unidos está llevando a cabo esfuerzos diplomáticos que tengan consecuencias reales para estados como Irán y Corea del Norte, que desafían el régimen de no proliferación mundial. Estas medidas envían un mensaje claro en cuanto a nuestras prioridades y nuestra determinación.

A nuestros aliados y colaboradores, y a todos aquellos que desde hace mucho han considerado a Estados Unidos un garante de la seguridad regional y mundial: nuestro compromiso por defender nuestros intereses y los de nuestros aliados nunca ha sido más sólido. Estas medidas harán que todos estemos más seguros.

A quienes se niegan a cumplir sus obligaciones internacionales y tratan de intimidar a sus vecinos: el mundo está más unido que nunca y no aceptará su intransigencia. El acuerdo actual es un testimonio de nuestra decisión de cumplir con nuestras obligaciones en relación con el TNP y de asumir las responsabilidades especiales que Estados Unidos y Rusia tienen por ser las dos mayores potencias nucleares.

El nuevo tratado START incluye una reducción del 30 por ciento en el número de cabezas nucleares estratégicas que a Estados Unidos y Rusia se les permite desplegar, y un sólido y efectivo sistema de verificación que estabilizará aún más la relación entre nuestros dos países, a la vez que reducirá los riesgos de errores de comunicación o de cálculo.

Y el tratado no establece límites para nuestros planes de defensa antimisiles, ni ahora ni en el futuro.

La Revisión de la Postura Nuclear del presidente Obama convierte los principios del tratado -y nuestro programa general de no proliferación y de control de armamento- en parte de nuestra estrategia de seguridad nacional. Actualmente, la proliferación nuclear y el terrorismo nuclear han sustituido al peligro de la época de la Guerra Fría de un ataque nuclear a gran escala como la amenaza más grave para Estados Unidos y la seguridad mundial. La RPN describe en líneas generales un nuevo enfoque que garantizará que nuestras defensas y diplomacia se encaminen a hacer frente a estos retos de forma eficaz.

Como parte de este nuevo planteamiento, Estados Unidos se compromete a no usar ni amenazar con usar armas nucleares contra un Estado sin armas nucleares que forme parte del TNP y que cumpla con sus obligaciones en cuanto a la no proliferación. Estados Unidos sólo se plantearía el uso de armas nucleares en circunstancias extremas para defender los intereses vitales de Estados Unidos o de sus aliados y socios. Sin embargo, no debe haber ninguna duda de que haremos plenamente responsable a cualquier Estado, grupo terrorista o agente no estatal que apoye o permita los intentos de los terroristas de conseguir o usar armas de destrucción masiva.

La RPN también hace hincapié en la estrecha cooperación con nuestros aliados en todo el mundo, y mantiene nuestro firme compromiso con la seguridad mutua. Trabajaremos con nuestros aliados para reforzar las estructuras de la seguridad regional, como las defensas antimisiles y otros recursos militares convencionales. Estados Unidos seguirá manteniendo una fuerza nuclear disuasiva segura y eficaz para nosotros y nuestros aliados mientras estas armas sigan existiendo en cualquier lugar del mundo.

La proliferación nuclear y el terrorismo son desafíos mundiales, y exigen una respuesta mundial. Por esta razón, el presidente Obama ha invitado a los dirigentes de todo el mundo a Washington para celebrar una Cumbre sobre Seguridad Nuclear, y tratará de lograr que todos los países -especialmente los que disfrutan de los beneficios de la energía nuclear civil- se comprometan a tomar medidas que detengan la proliferación y aseguren los materiales nucleares vulnerables. Si los terroristas llegasen a conseguir estos peligrosos materiales, las consecuencias serían tan terribles que es preferible no imaginárselas.

Todos los países deben admitir que el régimen de no proliferación no puede sobrevivir si a quienes lo incumplen se les permite actuar impunemente. Ése es el motivo por el que nos esforzamos en consensuar unas medidas internacionales que convenzan a los dirigentes de Irán de que cambien de actitud, entre ellas nuevas sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU que dejarán aún más clara la alternativa entre cumplir con sus obligaciones o hacer frente a un aislamiento cada vez mayor y a unas consecuencias dolorosas. En cuanto a Corea del Norte, seguimos enviando el mensaje de que el mero hecho de volver a la mesa de negociaciones no es suficiente. Pyongyang debe encaminarse hacia una desnuclearización completa y verificable mediante medidas irreversibles, si quiere una relación con Estados Unidos normalizada y sin sanciones.

Todos estos pasos, todos nuestros tratados, cumbres y sanciones, comparten el objetivo de incrementar la seguridad de Estados Unidos, nuestros aliados y los ciudadanos de todo el mundo.

En abril del año pasado, el presidente Obama se presentó en la plaza Hradcany de Praga e instó al mundo a luchar por un futuro sin los peligros nucleares que se han cernido sobre todos nosotros durante más de medio siglo. Eso es una labor de toda una vida, o incluso más. Pero hoy, un año después, estamos logrando avances reales que nos acercan a ese objetivo.

HILLARY RODHAM CLINTON, Secretaria de Estado de los Estados Unidos: Poner en práctica una estrategia sobre armas nucleares para el siglo XXI, ABC, 13 de abril de 2010

lunes, 12 de abril de 2010

Éramos tan cursis

España era diferente. Así lo vendieron, había algo que nos diferenciaba de los demás. Éramos especiales, teníamos un algo: éramos cursis. A mitad del siglo XX se estaba preparando la escalada a la cima más alta de la cursilería, que había nacido un siglo antes. Franco se presentaba como el noble guerrero triunfante en discursos y pinturas históricas y lograba borrar la historia de un plumazo,para convertir este lugar en otro que no se correspondía con la realidad. El dictador había metido al país en la máquina del tiempo y le había hecho retroceder hasta esos mitos alcanforados de la fundación de la nación española: los reyes Católicos, una religión unificadora y épica, un destino imperial. España era diferente: aquí ser moderno empezaba a significar no ser español. Aquí ser moderno era renunciar a la tradición.

Carroza fúnebre del alcalde de Madrid, Enrique Tierno Galván. - Cuenta Noël Valis.

Modernizarse era traicionar a las fronteras, a nuestra identidad. La traición a lo español haría de España uno más. Así que el franquismo trazó barreras defensivas ante ese mundo de fuera que empezaba a ser tan parecido y la disensión interna, acentuando laexcepcionalidad y unidad del país como fuera. Incluso acentuando su lado más cursi. "Irónicamente, el resultado fue con frecuencia mucho menos grandioso y mucho más banal, sin duda cursi, de lo pretendido, según empezó a dominar una mentalidad perversa y retrógrada, de estilo victoriano", escribe la catedrática de literatura española en la Universidad de Yale NoëlValis, en el ensayo La cultura de la cursilería. Mal gusto, clase y kitsch en la España moderna (editado por AntonioMachado Libros). "El Generalísimo se había convertido en un enano kitsch, encogiéndose ante los ojos del gran público", explica al tratar los últimos años de la dictadura. La investigadora acude a los escritos de entonces que hablan de cómo la presencia de lo cursi es continua por las contradicciones internas. Martín Gaite, Vázquez Montalbán o Sopeña Monsalve enseñaron en sus novelas las disparidades sociales y materiales entre la estrechez económica y la necesidad de guardar las apariencias, o "entre la imagenideal de la vida familiar y la dura realidad del trabajo mal remunerado". "Creo que casi es inevitable que un movimiento como el nacionalcatolicismo llegue a verse en parte como algo cursi, precisamente porque hay un abismo entre las apariencias y la realidad del franquismo", explica Noël Valis a Público desde su despacho. El franquismo era al tiempo adusto y cursi, marcando a una generación con memorias no deseadas. Franco impuso los valores y comportamientos del pasado en un momento en el que las dificultades y la escasez material de la posguerra acentuaron el abismo entre la verdad y la ficción. La cursilería jugó con ventaja entre unas clases medias, inseguras e inestables que nunca lograron definirse a sí mismas satisfactoriamente.

Una vieja cuestión

Algunos años atrás, encontramos a un observador inglés, Samuel Levy Bensuan, que relató la vida de la clase media española. "Ahora les contaré un pequeño engaño diplomático del tipo que con tanta frecuencia se asocia en España a la pobreza y a los venidos a menos. Los cursis, como se llama en España a estos inofensivos fingidores, anuncian que se van a algún lugar costero de moda e invitan a sus amigos a despedirles en la estación de ferrocarril", contó cuando en 1910 descubrió la farsa. El extranjero supo que tras la afectuosa despedida, el tren partía y el cursi se apeaba en el primer pueblo, donde permanecía escondido hasta que pasaba la temporada veraniega: "Un extraño esnobismo, sin duda, pero no exento de cierto elemento de patetismo, como mecanismo que es de una de las últimas vueltas en la carrera desesperada por guardar las apariencias y por ocultar la pobreza a ojos curiosos y lenguas crueles". De estos, reconoció el judío inglés, conocedor de la marginalización, se encontraban en España "por todas partes".

Antes, Benito Pérez Galdós ya trató la presencia de la cursilería de manera brillante en La desheredada (1881), donde toda la familia Pez es un buen ejemplo de cursilería sometido a la mirada cruel y satírica del autor de losEpisodios Nacionales. En el apéndice del libro, Valis recupera la primera aparición por escrito de lo cursi, en 1842, en Cádiz: "El cursi mío es delgado más bien que grueso; su ropa, particularmente el frac o levita, siempre le está estrecha; sus toquillas y chalecos los usa de colores fuertes, y en todo su equipaje se notan síntomas de raído, así como en su aire algo de lo que llamamos recortado". El término es tratado en este ensayo como una metáfora de identidad del cambio, es algo esencial en los procesos históricos de la modernización de España. "Las primeras apariciones de la cursilería indicaban que una nueva clase social empezaba a existir. Galdós y muchos otros la asociaban en gran medida con las clases medias de Madrid". Se refiere a los escritores modernistas (Unamuno, Pío Baroja, Azorín, Gómez de la Serna), quienes para la autora surgen, como la cursilería, de los anhelos de la clase media y de su carencia de orígenes nobles. Lo cursi es una marca de inferioridad. Y sin embargo, también es un aspecto acogedor y positivo relacionado con la vida doméstica.

Fenómeno de provincias

Curiosamente en una de las conclusiones más valientes de la hispanista, los valores de la capital no se impusieron sobre las provincias, sino al contrario. "En otras palabras, es un fenómeno de provincias que eventualmente llega a nacionalizarse", explica. El carácter provinciano de lo cursi forja una conexión entre la clase media de España y la identidad nacional y prepara una extraña paradoja: "La paradoja de lo provinciano como punto crucial en la modernidad". Es decir, lo provinciano es fundamental a nuestra comprensión de la modernidad española.

Según la RAE, "la persona que presume de fina y elegante sin serlo" es cursi. "Lo cursi capta simbólicamente esa autoconciencia de sentirse inadecuado social y culturalmente hablando, que una sociedad marginada y en transición experimenta cuando se mueve de una economía precapitalista a una organización económica industrializada y consumista". Noël Valis ha colado el concepto de la cursilería en el centro de la Academia de la Historia para entender la evolución del país, convencida de que aporta mucho al ensanchar la noción de lo que es Historia, más allá de las instituciones y los grandes sucesos históricos. Aquí están las pequeñas historias, "las emociones que están arraigadas en la cultura". Mientras que lo cursi muestra la transición hacia algo diferente, "las estadísticas y los documentos legales no valen gran cosa para este tipo de análisis", cuenta la catedrática. "Textos literarios y no literarios, objetos como los abanicos y los álbumes, y prácticas sociales como las tertulias y la recitación de poesías son valiosas fuentes para ir investigando el tema de la cursilería. Y segundo, lo cursi encarna la entrega incómoda y desasosegada de España a las fuerzas de la modernidad".

Y Tierno, en carroza

"Tierno era discreto, casi sacerdotal en sus formas, pero duro como el acero en sus convicciones y argumentos, siempre elegantemente afinados y sutiles", recuerda Valis de su profesor, a quien dedica el libro. Por eso cuando vio la carroza fúnebre en la que viajaba el ataúd del alcalde de Madrid, el 21 de enero de 1986, por las calles de la capital ante medio millón de personas en una procesión de diez kilómetros, le chocó tanto. La extravagancia rococó del carruaje, "de una apariencia magníficamente falsa", no encajaba con el viejo profesor. "Era tan obsoleto, tan de película Me pareció una imagen perfecta del extraño matrimonio entre modernidad y tradición de los años de la Transición", cuenta a este periódico. De hecho, el coche francés del siglo XIX se pidió al Museo de Carruajes Fúnebres de Barcelona.

En la posguerra, la Movida madrileña convirtió la cursilería, el kitsch y lo camp en la cultura moderna española. Valis encuentra en Leopoldo Alas la mejor mirada de entonces: "Simago es cursi, El Corte Inglés es kitsch; la vida es cursi, la muerte es kitsch; Ana Belén es cursi, Madonna es kitsch. Almodóvar es cursi", escribió en su ensayo Sinceramente kitsch. En la actualidad, con diferencias entre clases atenuadas, la ansiedad cursi surge de esa confusión de pertenencia. "¡A lo mejor hoy nadie está libre de la cursilería!", ríe Noël Valis.

Peio H. Riaño, Madrid: Éramos tan cursis, Público, 12 de abril de 2010

sábado, 10 de abril de 2010

Sin héroes en la resistencia

Adolf Hitler durante la toma de París, en 1940. El arquitecto del régimen Albert Speer a su izquierda. - Getty ImagesA Manuel Chaves Nogales la Gestapo lo había incluido en sus listas, posiblemente tras la entrevista que hizo a Joseph Goebbels, ministro de propaganda nazi, al que calificó en el artículo de "ridículo e impresentable". Corrían los primeros años de la década de los treinta y ya sentía un acentuado rechazo por cualquier forma de totalitarismo. Había publicado Juan Belmonte, matador de toros, su vida y sus hazañas y ejercía como director del diario Ahora.

Diez años más tarde se refugiaba en Londres, tras escapar primero de la Guerra Civil española en noviembre de 1936 y de los nazis, después, en 1940, cuando las tropas estaban a un mes de tomar París. Fue lúcido hasta para salvar el pellejo. Su mujer embarazada y su hija estuvieron poco tiempo en el París ocupado, disimulando como pudieron con banderas franquistas en el balcón. Regresaron a España y se refugiaron en Sevilla, pasando por Irún. No volverían a ver al periodista nunca más, porque en 1944 muere de apendicitis.

El autor de A sangre y fuego (publicado en Chile en 1937) trabajó en el texto de La agonía de Francia durante su exilio en Londres. El libro fue publicado en 1941 en Montevideo y rescatado por Libros del Asteroide, que lo publica la semana que viene. Mientras escribía su columna en el Evening Standard, colaboraba con la BBC y dirigía The Atlantic Pacific Press Agency, se entregó a analizar el desplome de Francia ante el ejército nazi, con una implacable visión de la sociedad francesa, descubriendo síntomas y señalando culpables.

Como señala Xavier Pericay, en el prólogo de la recuperación del libro de ensayos breves La agonía de Francia, "en 1940, con sólo 43 años a cuestas, Chaves Nogales es ya un periodista como la copa de un pino, que ha dirigido con éxito el diario de mayor tirada de la Segunda República española, que ha creado escuela y que se ha ganado, gracias a sus trabajos, un merecido prestigio entre sus colegas europeos". A esa edad ya había escapado a dos hundimientos: al de la democracia española y la francesa.

Por eso no hay paños calientes en la reconstrucción de los hechos históricos que hablan de la ocupación francesa. Ni homenajes, ni héroes, ni mártires de la Resistencia que mostrasen a un pueblo comprometido en la lucha contra el invasor. El diagnóstico de Chaves Nogales es tan polémico y duro hoy como hace 70 años. No deja títere con cabeza, no suelta lágrimas por nadie y no contribuye a cerrar las cicatrices de la vergüenza con falsos testimonios. Él estaba allí y escribió con tanta valentía, como con calentura.

El triunfo del egoísmo

Manuel Chaves Nogales se muestra irritado e iracundo. Estaba especialmente herido, para él Francia era la cumbre de la civilización europea. Él, que llegaba de sufrir cientos de bombardeos en Madrid, se encontró en París con la rendición de la ciudad tras el primer ataque aéreo. No soportaba que el pueblo francés prefiriese la esclavitud a la guerra. "Este egoísmo feroz, desesperado, egoísmo rayano en el heroísmo, ha sido acaso la razón fundamental de la catástrofe de Francia", concluye al ver que la "masa popular francesa" de entonces estaba formada únicamente por la suma de todos estos egoísmos individuales. Revisa las causas y no entiende cómo es posible que sea "más fácil y menos peligroso" suprimir al pueblo sus libertades o su dignidad, "que una línea de autobús".

A lo largo de los ocho capítulos en los que repasa el porqué del abatimiento francés, se muestra agrio ante el conformismo que ha arrastrado al espíritu francés a entregarse sin rebelión al totalitarismo que mancha Europa. De hecho, emplea la más cruda ironía, en el límite del cinismo, para describir cómo París "fue conquistado por los agentes de la porra", por los agentes alemanes de avanzadilla de los carros de asalto de la primera división motorizada, que les ordenaban el tráfico.

La guerra podrida

El desenlace de la tragedia fue fulminante: "Después de diez meses de simulacro de guerra, de guerra podrida, como se la ha llamado, Francia estaba tan deshecha que se derrumbaba con un soplo como un castillo de naipes". Esto es lo que más dolía a Chaves Nogales, la falta de defensa que mostró el pueblo y el gobierno francés. Porque en el libro no exculpa a nadie: desde la aristocracia al proletariado, todos reciben un lúcido descargo de reproches.

Francia murió en una tarde de domingo, banal, apacible y radiante. La Francia en la que él creía se había hundido para siempre, entre "la indiferencia absoluta de una gran ciudad alegre y confiada", entre la pereza de la muchedumbre endomingada, sin contar con el apoyo de un ejército preparado y dispuesto a todo por la defensa de la democracia. "Parecía que el ejército francés en vez de ser una escuela de virtudes heroicas actuaba como una trituradora de humanidad. La inclinación antidemocrática de la mayoría de los jefes les llevaba a convertir a las masas de ciudadanos que se les entregaban en una papilla humana repugnante", escribe valiente.

El autor pone oído además de fusta y colorea estas crónicas con anécdotas como la de un joven pintor de gran talento movilizado para defender a Francia de la amenaza nazi. Fue llamado por su comandante para encargarle la decoración de una gran sala en la que sería instalado el hogar del soldado. "Pínteme usted en las paredes algo que sea divertido y patriótico, para que los muchachos estén alegres y tengan buena moral", le dijo el comandante. "Yo no sé pintar nada divertido y patriótico", replicó el pintor. "¿Pues no es usted pintor? ¿Qué pinta entonces?", a lo que el soldado le contestó altivo, "pintura abstracta". El comandante, dándolo por perdido: "Pinte usted lo que le dé la gana con tal de que no sea comunista. Como me pinte usted algo que huela a comunismo lo encierro en el calabozo durante dos meses. ¡Ah! ¡Y ponga usted banderitas, muchas banderitas tricolores".

Al escritor le venció el clima moral de una Francia que no esperaba encontrarse ni en sus peores pesadillas. Encontró una sociedad convencida de la inutilidad de todo esfuerzo colectivo, respiraba un ambiente de claudicación y un "sentimiento de derrota en las masas francesas". "Jamás un pueblo ha querido engañarse a sí mismo con tan firme voluntad. No era sólo que sus dirigentes practicasen la política clásica del avestruz. Era que el pueblo mismo la exigía y la aplaudía", apunta.

Sin embargo, la rabia no suele ser rentable y Chaves Nogales comete alguna imprudencia por generalizar desde la ira, cuando, por ejemplo, señala que el francés "es siempre más inteligente que el alemán y menos impresionable que el italiano". Y que a pesar de su inteligencia le han faltado otros atributos "para poder ganar". Él dice convicción, pero sólo le faltó añadir las tan aclamadas virtudes españolas en este sentido. Tampoco se detiene al señalarse como el único que se atrevió a decir que el pueblo francés se hizo indigno de su régimen democrático, ni al pedir más guerra y menos exiliados, a pesar de ser él uno de ellos: "En la guerra actual los países sucumben no por los ciudadanos que matan las bombas de los aviones enemigos en las fábricas, sino por los ciudadanos que se salvan a costa de abandonar la función que les estaba encomendada por humilde y pacífica que fuese".

Para Manuel Chaves Nogales la falsa solidaridad, el egoísmo y la falta de cooperación que hizo huir a la población de la amenaza de guerra, es decir, de la muerte, fue la falta que menos indulgencia le produjo. "Todo el mundo quería hacer la guerra sentado en una cómoda butaca", escribió quien murió meses antes de que el ejército nazi cayese derrotado en toda Europa.

Peio H. Riaño, Madrid: Sin héroes en la resistencia, Público, 8 de abril de 2010

Aprender de Grecia

La crisis de la deuda en Grecia está llegando al punto de no retorno. A medida que se esfuman las perspectivas de un plan de rescate, en gran parte gracias a la obstinación alemana, los inversores inquietos han hecho que los tipos de interés de las obligaciones del Estado se pongan por las nubes, lo que ha disparado el coste de los préstamos del país. Esto hundirá aún más a Grecia en la deuda y minará todavía más la confianza. A estas alturas, es difícil ver cómo podrá el país escapar de esta nefasta espiral hacia el impago.

Es una historia terrible, y sin duda una lección con moraleja para el resto de nosotros. ¿Pero cuál, exactamente, es la moraleja? Sí, Grecia está pagando el precio de la irresponsabilidad fiscal de antaño. Pero la historia no acaba ahí ni mucho menos. La tragedia griega también ilustra el grave peligro que supone una política monetaria deflacionista. Y esa es una lección que uno espera que los responsables políticos estadounidenses se aprendan de memoria.

La clave para comprender los apuros de Grecia es que no se trata simplemente de un problema de deuda excesiva. La deuda pública de Grecia, del 113% de su PIB, sin duda es alta, pero otros países han hecho frente a niveles de deuda similares sin sufrir crisis. Por ejemplo, en 1946, Estados Unidos, recién salido de la Segunda Guerra Mundial, tenía una deuda federal equivalente al 122% del PIB. Sin embargo, los inversores estaban relajados, y con razón: durante la década siguiente, la relación entre la deuda y el PIB se redujo a casi la mitad, lo que disipó cualquier preocupación que la gente pudiese tener respecto a nuestra capacidad para pagar lo que debíamos. Y la deuda como porcentaje del PIB siguió cayendo en las décadas siguientes, hasta alcanzar un mínimo del 33% en 1981.

¿Y cómo se las arregló el Gobierno de EE UU para pagar la deuda contraída en la guerra? En realidad, no la pagó. A finales de 1946, el Gobierno federal debía 271.000 millones de dólares; a finales de 1956, esa cifra había aumentado ligeramente, hasta los 274.000 millones de dólares. La relación entre la deuda y el PIB no cayó porque la deuda se redujese, sino porque el PIB subió y, medido en dólares, casi se duplicó en el transcurso de una década. La subida del PIB medido en dólares fue consecuencia casi a partes iguales del crecimiento económico y de la inflación, con un PIB real y un nivel de precios general que subieron alrededor de un 40% entre 1946 y 1956.

Desgraciadamente, Grecia no puede esperar una evolución similar. ¿Por qué? Por el euro. Hasta hace poco, ser miembro de la zona euro parecía algo bueno para Grecia, y traía consigo préstamos baratos y grandes entradas de capital. Pero esas entradas de capital también provocaron inflación; y cuando la música paró, Grecia se encontró con unos costes y unos precios muy alejados de los de las grandes economías europeas. Con el tiempo, los precios de Grecia tendrán que bajar. Y eso significa que, a diferencia de lo que pasó en EE UU tras la guerra, cuando parte de la deuda se esfumó gracias a la inflación, Grecia va a ver la carga de su deuda aumentada por culpa de la deflación. Y eso no es todo. La deflación es un proceso doloroso, que invariablemente afecta al crecimiento y al empleo. De modo que Grecia no va a librarse de la deuda mediante el crecimiento. Por el contrario, tendrá que hacer frente a su deuda con una economía que, en el mejor de los casos, estará estancada.

Así que el único modo en que Grecia podría dominar su problema con la deuda sería mediante recortes en el gasto y subidas de interés feroces, medidas que por sí mismas empeorarán la tasa de paro. No es de extrañar, por tanto, que los mercados de obligaciones estén perdiendo la confianza y llevando la situación al límite.

¿Qué se puede hacer? La esperanza era que otros países europeos llegasen a un acuerdo que garantizase la deuda griega a cambio de una estricta austeridad fiscal. Eso podría haber funcionado. Pero sin el apoyo alemán, un acuerdo así no puede alcanzarse.

Grecia podría aliviar un poco sus problemas abandonando el euro y devaluando su moneda. Pero resulta difícil saber cómo podría hacer eso sin desencadenar una catastrófica huida de su sistema bancario. De hecho, los depositantes preocupados ya han empezado a sacar dinero en metálico de los bancos griegos. No hay soluciones buenas para esto; de hecho, no hay soluciones que no sean terribles.

¿Pero cuáles son las lecciones para Estados Unidos? Por supuesto, que deberíamos ser fiscalmente responsables. Sin embargo, eso significa atajar los grandes problemas a largo plazo, sobre todo los costes sanitarios (en lugar de fanfarronear y ser tacaños en el gasto a corto plazo para ayudar a una economía en peligro).

Pero hay otra cosa igual de importante: tenemos que mantenernos alejados de la deflación, e incluso de la inflación excesivamente baja. A diferencia de Grecia, no nos toca cargar con la moneda de otro. Pero como ha demostrado Japón, hasta los países que tienen su propia moneda pueden caer en una trampa deflacionista.

Lo que más me preocupa de la situación de EE UU ahora mismo es el clamor cada vez mayor de los halcones de la inflación, que quieren que la Reserva Federal suba los tipos (y que el Gobierno federal suprima el estímulo económico) aun cuando el empleo apenas ha empezado a recuperarse. Si se salen con la suya, perpetuarán el paro masivo. Pero eso no es todo. La deuda pública de Estados Unidos será manejable si finalmente volvemos a un crecimiento vigoroso y una inflación moderada. Pero si ganan los que defienden la restricción monetaria, eso no sucederá; y podría pasar cualquier cosa.

Paul Krugman, profesor de Economía en Princeton y premio Nobel de Economía 2008, Aprender de Grecia, EL PAÍS, 10 de abril de 2010 [2010 New York Times News Service. Traducción de News Clips]

jueves, 8 de abril de 2010

Hallan un nuevo candidato a ser el primer antepasado del hombre

No hay duda. La paleontología está de enhorabuena. Cuando apenas han pasado un par de semanas del hallazgo en Siberia de una nueva especie humana desconocida (que compartió Eurasia con nuestros antepasados y con los neandertales hace 40.000 años), un equipo de paleontólogos dirigido por Lee Berger, de la Universidad sudafricana de Witwatersrand, en Johannesburgo, acaba de publicar en Science el sensacional descubrimiento de dos esqueletos parciales, pero excepcionalmente bien conservados, de dos homínidos, una mujer y un joven preadolescente, que vivieron en Sudáfrica hace cerca de dos millones de años. Y ambos, de nuevo, pertenecen a una especie que la Ciencia aún no había clasificado. Un lejano antepasado nuestro que arrojará, según los investigadores, nueva luz sobre los orígenes de Homo sapiens, nuestra propia especie.

El nuevo miembro de la familia se llama Australopithecus sediba (sediba significa "fuente" en el la lengua de los Sesotho, uno de los once idiomas oficiales de Sudáfrica), era capaz de caminar erguido y sus restos han sido descubiertos, descritos y nombrados por Berger tras ser localizados en una cueva a sólo 40 km de la ciudad de Johannesburgo. Aunque, para ser totalmente sinceros, el auténtico protagonista del hallazgo no fue el propio Berger, sino su hijo Matthew, de apenas nueve años de edad, que se topó con el homínido mientras jugaba en las proximidades del yacimiento en el que trabajaba su padre. "Papá, he encontrado un fósil", le espetó el niño al científico mientras le pasaba una piedra de la que asomaban restos fósiles. El paleontólogo, al principio, la cogió pensando que se trataba de un antílope, algo bastante corriente de encontrar en las rocas sudafricanas. Pero en cuanto se fijó mejor en el hallazgo de su hijo, se dio cuenta de que estaba ante algo mucho más importante: la clavícula de un antiguo homínido. Inmediatamente buscó por los alrededores y se dio literalmente de bruces con la mandíbula inferior de ese mismo y lejano antepasado de la Humanidad. "No me lo podía creer", afirmó después el científico. Hoy, además de su portada, la revista Science dedica dos extensos artículos a la descripción de la nueva especie y a sus implicaciones sobre la debatida y aún no totalmente aclarada cuestión de qué significa exactamente ser un humano.

Mezcla de rasgos

Berger y su equipo explican en Science que los fósiles muestran una mezcla de rasgos muy primitivos y típicos de los australopitecinos con otros mucho más avanzados y típicos de los humanos que vinieron más tarde. Por eso, opinan los científicos, la nueva especie podría ser el mejor candidato de que disponemos hasta el momento a ocupar el puesto de antepasado inmediato de nuestro propio género, Homo. Un lugar que hasta ahora ocupaba la popular Lucy, la pequeña Australopithecus afarensis que, sin embargo, es casi un millón de años anterior a la especie recién descubierta. Es precisamente la citada mezcla de rasgos lo que no permite que los científicos se pongan de acuerdo. ¿Estamos ante un australopitecino o frente al primer representante del género Homo? "Yo pienso -opina Berger- que se trata de un buen candidato a convertirse en la especie de transición entre Australopithecus africanus (especie a la que pertenece el célebre niño de Taung) y Homo habilis, o incluso a ser el antepasado directo de Homo erectus (como el Chico de Turkana, el hombre de Java o en hombre de Pekín)". A pesar de la aparente convicción de Berger, la cuestión sigue abierta y es fuente de agrias polémicas entre los defensores de ambas posibilidades.

Una mujer y un niño

Los fósiles, con una edad comprendida entre 1,95 y 1,78 millones de años, corresponden a una mujer adulta (alrededor de treinta años) y a un joven de entre 10 y 13 años. Ambos han sido encontrados entre los mismos escombros fluviales y en el fondo de un antiguo sistema de cuevas esculpido por la erosión de un río. Sus restos estaban mezclados entre sí y con los de otros animales (tigres dientes de sable, ratones, conejos y antílopes), y todo parece indicar que murieron con muy poca diferencia de tiempo, quizá incluso ambos a la vez y muy poco antes de ser los dos arrastrados por la corriente y depositados en el lugar en el que fueron encontrados. Durante los últimos dos años, los restos han sido sometidos a complicados tratamientos para lograr extraer los huesos de las rocas en las que estaban incrustados. Más de 60 científicos de todo el mundo y decenas de estudiantes han tenido ya la oportunidad de trabajar sobre estos extraordinarios fósiles.

Australopithecus sediba tenía los brazos largos, como un simio, las manos cortas y poderosas, una pelvis muy evolucionada y unas piernas largas y perfectamente capaces de permitirle caminar como hacemos los humanos. Incluso es posible que pudieran trepar. "Se ha estimado -explica Berger- que ambos medían alrededor de 1,27 metros, aunque el chico seguramente se habría hecho más alto. La hembra probablemente pesaba unos 33 kg y el joven cerca de 27 en el momento de su muerte". "El tamaño de sus cerebros -añade el científico- estaba entre los 420 y 450 cm cúbicos en el caso del joven, que es pequeño si se compara con el cerebro humano actual, que está entre los 1.200 y los 1.600 cm cúbicos, pero la forma del cerebro parece mucho más avanzada que la de un australopitecino".

Un polémico origen

La imagen resultante de estas primeras investigaciones empieza a dibujar un homínido desconocido hasta ahora y cuya estructura ósea recuerda a las de las primeras especies del género Homo, pero que al parecer se comportaba más como lo habría hecho un Australopithecus que como uno de nuestros primeros antepasados directos. Sediba apareció cerca de un millón de años después que Lucy, y todo apunta a que la transición de los primeros homínidos hacia el género Homo debió de ocurrir en etapas muy lentas y espaciadas en el tiempo. “No es posible establecer la posición filogené́tica precisa de Austalopithecus sediba en relación a varias especies asignadas al Homo primitivo”, escribe Lee Berger en Science. “Podemos concluir que esta nueva especie comparte más características derivadas con el Homo primitivo que con cualquier otra especie de austalopiteco conocida, y por tanto representa un ancestro candidato para el género, o un grupo hermano a un ancestro cercano que persistió durante cierto tiempo tras la primera aparición de Homo”. “Antes de este descubrimiento, podí́as prá́cticamente acomodar el registro completo de fó́siles que son candidatos para el origen del gé́nero Homo de este periodo en una pequeñ̃a mesa. Pero, con el descubrimiento de Australopithecus sediba y la riqueza de fósiles que hemos recobrado –y y que seguimos recuperando—esto ha cambiado de forma dramática”, concluye el paleontólogo.

El yacimiento, por supuesto, continúa siendo explorado y nadie duda que dará nuevos y espectaculares frutos en el futuro. Quizá alguno de los próximos descubrimientos sirva para zanjar para siempre las dudas que aún nos quedan sobre nuestros remotos orígenes.

José Manuel Nieves, Madrid: Hallan un nuevo candidato a ser el primer antepasado del hombre, ABC, abril de 2010

miércoles, 7 de abril de 2010

LA GRAN VÍA CUMPLE UN SIGLO: Una herida de guerra en Madrid

La Gran Vía en 1934 desde el autogiro de Juan de la Cierva. - EFENo todo es neón, glamour y arquitectura ejemplar en la Gran Vía de Madrid. Ni lo es, ni lo ha sido, ni seguramente lo será. Ya nació como un tajo al pueblo llano, que sufrió la fuerza centrífuga de las ambiciones de un rey, Alfonso XIII, que soñaba con un Madrid a la altura de las grandes metrópolis europeas. Tiró 300 casas a codazo limpio, largó a obreros y comerciantes al extrarradio y conectó lo que había que conectar: los barrios pudientes de Argüelles y Salamanca.

Desde aquel gran navajazo, se podría decir que todo lo que ocurre en Madrid, sea feliz o sea triste, pasa en la Gran Vía. Lo mismo aparece el príncipe haciendo el paseíllo antes de casarse en la Almudena, que Alaska en biquini cantando El rey del glam a lomos de una carroza en la marcha del Orgullo Gay. En la acera, unos hacen cola para comprar el iPhone, otros entran al cine y otras buscan clientes en las esquinas, donde unos limpian botas y a otros se las limpian.

Contrastes sin fin que se agudizaron en los años más dramáticos de la historia de la calle, los de la Guerra Civil (aunque pocos dudarán de que el drama continuó después). La Gran Vía fue el pulmón de la resistencia republicana. El frente estaba a sólo unos cientos de metros del bar Chicote, donde los milicianos reponían fuerzas entre botellas de vino y escotes. Franco disparaba obuses contra el edificio de Telefónica, pero terminaba haciendo un boquete con dos niños dentro a la altura de la Red de San Luis.

"La Gran Vía estaba hecha una mierda. Metralla en cada pared. Pero la gente hacía una vida normal. El temor era continuo, pero te acostumbrabas. No dejamos de dar paseos por la Gran Vía, porque era donde se iba a pasear", cuenta José del Corral, autor del libro La Gran Vía, historia de una calle (Silex), que en la época vivía en la calle del Espíritu Santo, "donde hubo muchas fosas".

La calle del espectáculo, el Broadway español que se ha dicho, vivió la guerra a su manera. Un drama asumido donde un día pegaban dos tiros a uno que pasaba por llevar sombrero y al día siguiente una señora vendía la capa de su marido muerto por seis huevos.

Además, la población madrileña fue la primera en ser bombardeada por aire, un acontecimiento que la población de la capital no se quiso perder. "La gente se iba desde los barrios hasta los alrededores del edificio de Telefónica, donde estaba el centro de comunicaciones republicano, para ver caer los obuses. El mes de agosto del 36 estuvo lleno de días de bombardeos feroces y mucho entretenimiento. Se trataba de una ciudad miliciana y alegre, donde el No pasarán estaba arraigado", indica Ignacio Merino, autor de Biografía de la Gran Vía (Ediciones B). Por eso los vecinos le decían la calle del 15 y medio, que era el calibre de la munición nacional.
La parodia de vivir en guerra
La vida quería ser normal, pero evidentemente la Gran Vía cambió. Las tiendas de lujo situadas en el primer tramo de la calle, el que va de Alcalá a la Red de San Luis, cerraron tras los primeros bombardeos. "Si las comidas se habían convertido en parodias de comida, ¿quién iba a querer comprarse un traje caro?", recuerda Del Corral. Las juventudes socialistas ocuparon el edificio de la Gran Peña, en el número dos, que era un casino de la nobleza. Con el cuero de las butacas, se hicieron zapatos que luego lucían en el Chicote, unos metros más arriba, mientras altavoces colocados en lugares estratégicos martilleaban con la propaganda.

La Gran Vía tenía algo de pasacalles durante la contienda. Había verbenas, teatros... Los milicianos volvían del frente por ella, para mostrarse, igual que décadas más tarde haría Pedro Almodóvar en una carroza en forma de zapato para el estreno de Tacones lejanos. "Es el lugar de Madrid donde más bombardeos hubo y al mismo tiempo era donde más jarana había", subraya Ignacio Merino. Y todo bajo la atenta mirada de Lenin, Stalin y Marx desde sus cartelones gigantes.
Correr hacia las bombas
Madrid era el símbolo de resistencia al fascismo y la Gran Vía se transformó en un enjambre multicultural. A ella llegaban las Brigadas Internacionales y en sus calles trabajaban los más de 2.000 periodistas extranjeros que cubrían el conflicto. "Cuando caía una bomba, había gente que corría hacia un lado y otra gente que corría hacia el otro. Los que corrían hacia el lugar donde había estallado la bomba eran los corresponsales extranjeros", explica Merino.

Los corresponsales, Hemingway y Dos Passos entre ellos, se hospedaban en la acera de los números impares de la Gran Vía (principalmente en el Hotel Florida de Callao), más a resguardo de la artillería nacional. El problema es que para mandar sus crónicas tenían que cruzar la calle hasta el edificio de Telefónica. "Era el centro de comunicaciones, desde donde se transmitía toda la información. No había noticia que no pasara por allí", explica el catedrático de Historia Julián Casanova. El edificio, el más alto de Madrid, también albergaba la oficina de la censura, por la que pasaban todos los textos de los corresponsales extranjeros.

El tercer tramo de la Gran Vía, desde Callao a Plaza de España, era la frontera de la ciudad con el frente. Varias barricadas de un lado a otro de la calle manchaban de guerra un paisaje urbano que también escondía un submundo oculto de putas a peseta y mercadeo negro. El cine Velusia, después Azul, se transformó en un hospital de campaña. "La Gran Vía fue parada obligatoria para el embajador soviético durante la guerra y, ya en 1940, también recibió al embajador nazi", cuenta Ignacio Merino.

Tras el conflicto, la Gran Vía se convirtió en un nido de espías. Acababa de estallar la Segunda Guerra Mundial y el espionaje inglés y alemán se movilizó en Madrid para saber cuál sería la decisión de Franco sobre su entrada en el conflicto. Pero para entonces España ya había tenido suficiente guerra.

Jesús Miguel Marcos, Madrid, Una herida de guerra en Madrid, Público, 6 de abril de 2010

domingo, 4 de abril de 2010

La foto de José Antonio que Falange quiso manipular

Retrato de José Antonio vestido de chaqué

La organización pidió al fotógrafo que manipulase las imágenes de aquella sesión para darle un aire más marcial y adusto. "No les gustaban las fotos que había hecho mi padre porque se quejaban de que daba una imagen de señorito", recuerda José Cartagena hijo. El fotógrafo se negó.

"Estaba dispuesto a cederles las fotos siempre que se respetasen sus originales", explica su hijo. Así que los dos retratos captados en una fecha incierta, aunque anterior al comienzo de la Guerra Civil, permanecieron inéditos, salvo algunas reproducciones pirateadas sin autorización de Cartagena, que pueden verse con una simple búsqueda en Internet.

Retrato de José Antonio realizado por José Cartagena antes de la Guerra Civil

La foto que pidieron los falangistas y finalmente se difundió

Tereixa Constenla, Madrid: La foto de José Antonio que Falange quiso manipula, EL PAÍS, 4 de abril de 2010

Diario de un poeta en ambulancia

James Neugass desoyó a su jefe, Edward K. Barsky. "Tu trabajo es hacer viajes con tu coche y mantener los ojos en la carretera. No tienes que pensar nada ni saber nada", le había ordenado. Barksy era el Doc, el Mayor, el jefe del primer hospital de campaña montado por los estadounidenses durante la Guerra Civil. Neugass era su chófer, pero también seguía siendo un poeta de origen judío nacido en Nueva Orleans en 1905 que quería saber.

James Neugass, afeitándose durante la guerra.- ARCHIVOS DE LA BRIGADA ABRAHAM LINCOLN

"-Y después, sólo por divertirse, han vuelto para rematar los hospitales y Tarancón. ¿Cuántas bajas ha habido, Doc?

-Cuarenta y ocho muertos y 20 heridos.

-Pero si han salido de la ciudad 60 ambulancias cargadas.

-Te he dicho que 48 muertos y 20 heridos, Jim.

-Pero...".

Pero Doc le ordenó no pensar ni saber. No convenía a la moral republicana conocer realmente cuántas víctimas había causado un bombardeo aéreo sobre la localidad de Tarancón (Cuenca), sobrevolada por aviones que habían jugado a confundir a la población -niños incluidos- hasta concentrarla en la plaza mayor y empezar a lanzar granadas de mano, metralla de doble calibre y, finalmente, bombas.

Mirada sin ataduras

Fue el primer encuentro de Jim con la guerra. Y Jim, chófer y poeta a la par, anotó minuciosamente los diálogos, las descripciones, las impresiones y las nostalgias que le asaltaron entre noviembre de 1937 y abril de 1938 mientras se ocupaba de trasladar a Barsky de un frente a otro. El diario de aquellos días tiene un título siniestro: La guerra es bella. Una ironía dedicada a Filippo Tommaso Marinetti, fundador del futurismo y fan de Mussolini, que escribió: "La guerra es bella porque enriquece un prado florido con las llameantes orquídeas de las ametralladoras".

Bajo ese título se esconde un vibrante libro de memorias, que la editorial Papel de Liar pondrá a la venta este mes y que mereció los elogios de Antonio Muñoz Molina: "Nunca es condescendiente, nunca es narcisista y, a diferencia de otros testigos, no tiene intereses políticos o personales que ventilar. Como español cerré el libro con una sensación de gratitud".

El texto permaneció inédito hasta su publicación en Estados Unidos en 2008. Al regresar a su país, Neugass se casó, tuvo dos hijos, trabajó de ebanista y publicó una novela sobre la historia familiar, Rain of ashes, en junio de 1949. Corría un maccarthismo intimidante, así que silenció su pasado brigadista en España. Tal vez por ello desistió de publicar aquel diario escrito a mano en Madrid, Aragón, Valencia y Barcelona tras alguna frustrada intentona. No tuvo tiempo de volver a la carga. Neugass murió a finales de 1949, en una estación de metro de Greenwich Village, de un ataque al corazón. Se fue su memoria, pero por fortuna la copia mecanografiada enviada a alguna editorial sin grandes expectativas reapareció en una librería de Vermont ¡medio siglo después!

"Esto es lo más importante que me ha sucedido en la vida. Ese hombre era un fantasma para mí", dijo Jim Neugass, que tenía un año escaso cuando murió su progenitor. El hallazgo ha recuperado un texto valioso para los lectores y ha desvelado un hombre oculto para sus hijos. A los editores estadounidenses Peter N. Carroll y Peter Glazer les pareció una joya y registraron los derechos a nombre de los Archivos de la Brigada Abraham Lincoln, que conserva la memoria de los 2.800 estadounidenses que combatieron en las filas de la República. James Neugass se ofreció como voluntario a la Agencia Médica Americana para la Defensa de la Democracia Española, que reclutó personal sanitario y recaudó dinero para medicinas, ambulancias y alimentos infantiles. El médico Edward K. Barsky fue el alma de la campaña: en un mes puso en marcha un hospital para atender a los heridos en la batalla del Jarama. A partir de noviembre de 1937, Neugass ejerció como su chófer. A disgusto. Conducir una ambulancia tenía poco que ver con sus deseos. "Si no fuera por la vista, podría estar en la Infantería. Lo de conducir una ambulancia todavía me causa vergüenza. No me gusta la tradición literaria e intelectual de 'me repugna el horror de la guerra y después escribo un libro".

Reconcomiéndose mientras lleva a Barsky a un lado y otro, Neugass describe al principio el día a día de la retaguardia: un baile cerca de Villa Paz, la mansión de una infanta reconvertida en hospital, donde "movido por la responsabilidad política bailé con Pepita, la más fea"; o su estancia en el hotel Florida, en Madrid, con tarifas que se abaratan conforme las habitaciones se elevan hacia la línea de fuego de los obuses.

Ante la falta de acción bélica, Neugass se detiene con humor y distancia en pequeñas cosas agrandadas por la escasez: dedica dos páginas a la "ética del tabaco". "No es deshonroso negar la posesión de cualquier cosa que pueda ser fumada, pero es de pésima educación fumar delante de los que no tienen tabaco. Si recibes un cartón entero de casa, lo moralmente justo es distribuir la mitad y esconder el resto". No rehúye los ajustes de cuentas biográficos que proporciona la guerra. En Utiel (Valencia) duerme con el teniente Arnold Donowa: "Es la primera vez que he compartido habitación con un negro, y más aún una cama. Mi abuelo había tenido esclavos [...]. Ambos sabíamos que yo tenía la oportunidad de acabar para siempre con 100 años de prejuicios. Y eso fue lo que hice".

Acabó con los prejuicios y acabó en la guerra, rescatando heridos bajo los obuses y sabiendo todo lo que quiso saber. Anotó cada uno de los muertos que habían sido sus íntimos durante horas. Vio lo que los historiadores verían: "Los elementos que condicionan la victoria no se debaten en España, sino en Washington, Londres y París". Asistió al desmoronamiento de la 15ª Brigada. Presintió el fin: "La muerte se acerca. Sus uñas me han rascado el pelo y he olido su enfermizo aliento en mi nuca". Pero vivió para contarlo. Aunque él no lo sepa.

Tereixa Constenla, Madrid: Diario de un poeta en ambulancia, EL PAÍS, 4 de abril de 2010

viernes, 2 de abril de 2010

Una pintura 'naíf' muestra a Jean-Jacques Dessalines cabalgando. | Arhivo

Se acaba de resolver uno de los grandes misterios de la historia haitiana. Una estudiante canadiense de la Universidad de Duke, encontró en Inglaterra el único ejemplar conocido del acta de independencia del país caribeño.El documento de 8 páginas, fue descubierto en Londres en el Archivo Real, en el interior de una carpeta con documentos que fueron propiedad de un oficial de Su Majestad Británica, estacionado en Jamaica, y que fue testigo presencial de la independencia haitiana el 1 de enero de 1804.

Portada del documento.Haití, fue el primer país de Latinoamérica en lograr su independencia tras una revuelta de esclavos contra el colonialismo francés, dirigida por Toussaint l’Ouverture y Jean-Jacques Dessalines. El documento encontrado por la estudiante e investigadora Julia Gaffield, no es el acta original de independencia, sino una edición del texto impreso en los talleres del primer gobierno haitiano, días después de la independencia. Pero constituye el único documento original y oficial que se conoce que certifica la independencia de Haití. “Lo primero que me llamó la atención fue que arriba en la portada decía, ‘Liberté ou La Mort’ (libertad o la muerte). Pero no tuve dudas de que era un documento oficial, cuando en la última página encontré escrito ‘Imprenta del Gobierno’. No hay duda, es un documento oficial”, dijo Gaffield al The New York Times.

Portada del documento.

Su autenticidad fue confirmada, además, por cartas y otros papeles encontrados a lo largo de la investigación, que llevó a Gaffield a buscarlo en Haití, Estados Unidos, Jamaica hasta llegar a Inglaterra. Todo comenzó el año 2004, cuando la investigadora dice que se enamoró de Haití tras llegar al país a raíz de la expulsión del poder del ex presidente Jean Bertrand-Aristide. Enterada de que el acta de independencia había desaparecido hacia mucho, Gaffield se dio a la tarea de encontrarla junto a intelectuales haitianos y comenzó a buscarla en todo lo que era archivo, iglesias, bibliotecas privadas o la nacional haitiana. Buscó en la biblioteca de la Universidad de Duke, en Carolina del Norte, que dispone de un importante legajo de documentos haitianos, hasta que en los Archivos Nacionales de Jamaica, en Kingston, encontró una carta de un oficial británico, dirigida al entonces gobernador de la colonia, informando de la situación tras su regreso de Haití.“En la carta escribió, ‘aquí está [anexo] un documento interesante que me dieron en Haití’ y añadió que cuando recibió el acta ‘ni hacia una hora que había salido de la imprenta’ ”, contó la investigadora canadiense. Sin embargo, en el archivo jamaiquino no había otro documento. El 2 de febrero de este año, poco más de 15 días después del seísmo, Gaffield decide hacer un último intento y vuela a Londres al Archivo Real, en busca de cualquier referencia al oficial británico en cuestión, y comienza a buscar dentro de la documentación archivada allí, relacionada con la historia de Jamaica en la época de la independencia haitiana. Y, de repente, alrededor de la página 100 de un grueso volumen encuadernado en cuero con la documentación oficial del gobierno de Jamaica de 1804, sale a relucir un grupo de páginas amarillentas y delicadas. “Era lo que buscaba”, dijo Gaffield.

Hasta el momento, la referencia más antigua que los haitianos disponían de su acta de independencia, es una transcripción del documento en un libro de historia del país, escrito en el siglo XIX por el historiador Thomas Madiou. Aún así, la investigadora canadiense se percató que el historiador cometió dos errores al transcribir igual número de palabras. El descubrimiento del documento tuvo su impacto entre los historiadores haitianos. “No deja de ser un poco extraño que el documento de fundación del país haya sido encontrado en estos tiempos del seísmo. Lo estuvimos buscando durante mucho tiempo”, comentó Patrick Tardieu, de la biblioteca de Los Padres del Espíritu Santo, en Puerto Príncipe. El mayor esfuerzo de búsqueda del acta de independencia se realizó en 1952, pero sin resultados, pese a que la búsqueda se extendió a Francia y Estados Unidos.

Cuando Gaffield descubrió el documento, comunicó el hallazgo a sus profesores en la Universidad de Duke. Todavía no salen de su asombro. “Es un tesoro perdido. Esto es el primer ejemplar directamente conectado con el gobierno haitiano”, dijo Deborah Jenson, profesora de francés de la Universidad de Duke. En su opinión, el encuentro del documento tardó mucho porque, posiblemente, las búsquedas no estuvieron bien orientadas, ya que lo más probable es que no exista un acta en sí, con la firma de los fundadores del país, sino que Dessalines proclamó la independencia en un discurso y, posteriormente, mandó a imprimir el texto.

Rui Ferreira | Miami: Encuentran en Londres un documento con el acta de fundación de Haití en 1804 , EL MUNDO, 1 de abril de 2010