miércoles, 26 de marzo de 2008

Descubierta en Atapuerca la mandíbula del homínido más antiguo de Europa

El europeo más viejo de la historia vivió en la sierra de Atapuerca hace 1,2 millones de años, un dato sobre el que los científicos ya estaban trabajando pero que ha corroborado el hallazgo de su mandíbula en este yacimiento burgalés. La revista Nature publica en su último número el artículo 'El primer homínido de Europa', que recoge las principales conclusiones del nuevo descubrimiento del equipo investigador de Atapuerca, dirigido por Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez y Eudald Carbonell, y que se produjo el 30 de junio de 2007. Los científicos del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) de Burgos y del Institut Catalá de Paleoecología Humana i Evolució Social (IPHES) de Tarragona evidencian con multitud de pruebas la presencia de homínidos en el sur de Europa en una fase muy temprana del Pleistoceno Inferior.

En la imagen, la mándibula encontrada en Atapuerca. /NATURE

Perteneciente al Homo antecessor

La mandíbula, encontrada en la cueva denominada Sima del Elefante y vinculada "provisionalmente" a la especie Homo antecessor, "confirma y refuerza la teoría de la antigüedad de la presencia de los primeros homínidos que llegaron a Europa", según han informado fuentes de la investigación. En el estrato de la cavidad donde apareció el fósil, denominado TE-9, se han localizado también utensilios de sílex de tradición Olduwaiense así como especies de roedores que demuestran el espacio temporal al que pertenece el hallazgo.

El hueso consiste sobre todo en la sínfisis, la región anterior de la mandíbula donde se reúnen las ramas horizontales mientras que, en su parte externa, se localizaría el mentón del humano actual. La mandíbula conserva algunos dientes y a ella corresponde además un segundo premolar inferior que fue encontrado dos días antes en el nivel TE-9, y que se presentó a los medios de comunicación el 29 de junio de 2007. Este descubrimiento fue crucial, al igual que el de este nuevo fósil, porque hace retroceder en casi medio millón de años la llegada de los primeros homínidos a Europa.

En cuanto a la procedencia originaria del espécimen, aún por determinar, se apunta que la morfología de la cara anterior de la sínfisis es primitiva y recuerda a la de fósiles africanos del Pleistoceno Inferior atribuidos a Homo habilis y Homo rudolfensis. En particular, el fósil de la Sima del Elefante tiene muchas similitudes con las mandíbulas encontradas en el yacimiento de Dmanisi (República de Georgia) que datan de 1,7 millones de años. Por el contrario, la cara posterior de la sínfisis tiene un aspecto más derivado que, según los investigadores, recuerda a ciertas mandíbulas de Asia.

Técnicas utilizadas

Los científicos creen "probable" que la primera población europea proceda de la región del Oriente Próximo, verdadero cruce de caminos entre África y Eurasia, y que estuviera relacionada con la primera expansión demográfica fuera de África que, en la actualidad, está representada por los homínidos de Dmanisi.

Las herramientas, hasta un total de 32 piezas, fueron probablemente realizadas en el interior de la cavidad a partir de nódulos de sílex del Neógeno y Cretácico, que se localizan en un radio menor a dos kilómetros en torno a este lugar. La técnica de producción de las piezas es muy sencilla y su objetivo era obtener lascas de entre 30 y 75 milímetros de longitud mediante un percutor duro. Con ellas, los homínidos aprovechaban la carne de los grandes herbívoros, como muestran las marcas que los útiles líticos dejaron sobre algunos huesos.

Los científicos han sido capaces de obtener todas estas pruebas mediante la utilización de una variedad de técnicas, como paleomagnetismo, biocronología y el estudio de la descomposición radiactiva de los isótopos en los sedimentos.

(Efe, Madrid), Descubierta en Atapuerca la mandíbula del homínido más antiguo de Europa, larioja.com, 26 de marzo de 2008

viernes, 21 de marzo de 2008

Y llegó el seiscientos

A finales de los años sesenta, cuando soviéticos y estadounidenses se enzarzaban en una nueva disputa, esta vez por la conquista del espacio, Europa, que aún quedaba del otro lado de los Pirineos, sentaba las bases de la Comunidad Europea con la creación del Mercado Común. El Gobierno autárquico de Franco, agobiado por una alta tasa de inflación, una subida descontrolada de los precios y un escasísimo número de exportaciones que no contrarrestaba el nivel de importaciones, daba un giro necesario y obligado hacia la tecnocracia. Era el principio de lo que luego se llamó el milagro económico español, al frente de cuya simbología se sitúo un vehículo de 633 centímetros cúbicos que costaba unas 65.000 pesetas (390 euros) y que podía ser cómodamente pagado a plazos: el Seat seiscientos, el «pelotilla», todo un icono de estatus social para la clase media.

«El emigrante»

En 1957 se fabricaron 16.000 unidades y había listas de espera de hasta un año. Tiempos relativamente felices aquéllos del despegue económico, sustentado en buena parte por el dinero que los millones de emigrantes enviaban desde sus destinos, especialmente europeos y americanos. A ellos Juanito Valderrama les dedicó el mayor éxito de su carrera, «El emigrante». Pero tiempo también de desastres, como el de la riada de Valencia, con consecuencias devastadoras en vidas humanas y bienes materiales, o el inicio de la Guerra de Ifni contra Marruecos, en el que perdieron la vida unos 300 soldados españoles, cuyas muertes fueron silenciadas por la censura, salvo aquellas que pudieron ser adornadas por el componente de la épica

Un escenario el del Sahara español por el que se dejaron ver, con ánimo de subir la moral de la tropa, artistas de la talla de Carmen Sevilla o del humorista Gila. Otros, sin embargo, anunciaban su retirada, como Concha Piquer, cuya voz se borró de los escenarios por serios problemas de garganta. Sara Montiel, por su parte, estrenaba en España «El último cuplé», una de las películas más taquilleras de la historia de nuestro cine. Mientras en la radio triunfaba el melodrama Ama Rosa, en el exilio de Santurce (Puerto Rico) fallecía en 1958 el poeta Juan Ramón Jiménez. Infiltrados entre el numeroso público que acudió a recibir en España el féretro con los restos mortales del más destacado exponente de la Generación del 27 había miembros de la Brigada Social, atentos ante cualquier petición de libertad por parte de los intelectuales españoles.

Juan XXIII, el Papa amable, sucedía en el Vaticano al fallecido Pio XII. En Cuba, el Ejército de Liberación, comandado por Fidel Castro, se alzaba en armas contra la dictadura de Fulgencio Batista.

Luis Conde-Salazar, Y llegó el seiscientos, ABC, 21 de marzo de 2008

martes, 18 de marzo de 2008

Expertos e investigadores analizan al Marqués de la Romana y su tiempo

El año 1808 pasará a la Historia como el del levantamiento de los españoles contra el invasor francés, que se movía a las órdenes de Napoleón. Fue un tiempo no sólo convulso para nuestro país, ya que abarcó a una Europa abocada a la catástrofe por la ambición destructora de un hombre poderoso. Hubo naciones que presentaron una actitud bélica; otras se posicionaron en campos de neutralidad, aunque, a pesar de ello, se vieron obligados a abandonarlos, caso de Dinamarca. Pero estos terribles conflictos permiten, en medio de una cadena de desgracias, que surjan hombres que, por sus méritos, se inscriben entre los nombres de aquellos que dan gloria a su patria. Es el caso del capitán general Don Pedro Caro y Sureda, tercer Marqués de la Romana. Persona ilustrada, su adolescencia y juventud transcurrieron entre estudios en Francia, Salamanca y en el Seminario de Nobles de Madrid hasta su ingreso en la Marina Real. Como militar, también en tierra firme, culminaría la gesta, cuyo bicentenario se cumple este año.

El Marqués de la Romana, retratado por Vicente López

Es el caso que en 1806, dentro de los pactos entre España y Napoleón, existía una cláusula secreta según la cual el ejército español prestaría ayuda al Emperador. Para cumplirla, marcharon con rumbo a Dinamarca 14.000 soldados al mando de la Romana. No obstante, hay que señalar que no eran tropas al uso típico y tópico. Para empezar, don Pedro era un liberal ilustrado poseedor de una gran biblioteca. En ella, por ejemplo, libros aparte, había unos 8.000 documentos clasificados en 47 legajos que, según el anticuario Luis Crespi de Valldaura, eran «quizá la más amplia de documentos del inicio de la Guerra de la Independencia española». El hombre al que tanto le apasionaba la historia iba, también, a hacerla. Se sabe que por doquiera que pasó su pequeño ejército -hasta llegar a tierras danesas-, no actuó como una tropa de ocupación: los soldados estaban informados acerca de las costumbres de los distintos lugares por los que pasaban y las respetaban escrupulosamente. De su actitud en Dinamarca es prueba el recuerdo que dejaron y el hecho de que en el país nórdico, en mayo, cuatro exposiciones y un ciclo de conferencias lo evoquen y homenajeen.

Y es que cuando al Marqués de la Romana le llegaron noticias de los trágicos acontecimientos que las tropas napoleónicas provocaban en España, tomó una decisión. ¿Cómo iba a seguir al lado del mariscal Bernadotte? Pero un problema genera otro. ¿Cómo salir de Dinamarca si Bernadotte, sabedor de que los españoles no iban a permanecer impasibles ante las circunstancias, se había encargado de dispersarlos por diversas islas? Ahí es donde va a culminar la gesta del Marqués de la Romana, decidido a retornar a su patria en la que ya reinaba José I - el capitán general y sus tropas se negaron a prestarle juramento-, y donde sus tropas podían ser más que necesarias. Experto en varios idiomas -quizá haya que descatar sus conocimientos en latín- y militar capacitado, se puso en contacto con los ingleses y vuelve a pisar tierra española.

La Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País y la Fundación Instituto de Empresa han organizado, para conmemorar el II centenario de la Expedición a Dinamarca, un cliclo de conferencias - empieza el 28 de enero de 2008 a las 18.30 horas en la Torre de los Lujanes-, dirigido por Feliciano Barros y Alfredo Alvar.

Trinidad de León-Sotelo (Madrid), Expertos e investigadores analizan al Marqués de la Romana y su tiempo, ABC, 28 de enero de 2007

domingo, 16 de marzo de 2008

Godoy, qué poco te ha querido el pueblo

Manuel Godoy, el primer ministro de Carlos IV, ha sido históricamente acusado de entregar España a Napoleón y ganarse el favor de la reina María Luisa entre las sábanas. Con motivo del bicentenario del Motín de Aranjuez, que logró su exilio, Enrique Rúspoli, uno de sus descendientes, está dispuesto a limpiar su imagen a través de la reedición de las 'Memorias de Godoy' (La Esfera de los Libros), escritas por el valido y con un estudio preliminar del investigador.

Según Rúspuli, tras dos siglos de bulos y afrentas sobre Manuel Godoy, iniciadas por la camarilla del príncipe de Asturias de entonces, el que llegaría a ser Fernando VII, la figura de corrupto, "choricero" y gobernante fatal está demasiado arraigada en el imaginario popular.

Godoy en la portada de sus 'Memorias'.

Rúspoli sabe que "conseguir borrar esa imagen es muy difícil, aunque en los círculos académicos tengan una visión más objetiva". Además, piensa que muchos actos conmemorativos que se celebrarán con motivo del Dos de Mayo "utilizarán una percepción negativa de Godoy" que no ayudará a contar la verdad sobre el valido.

El primer ministro narra los hechos ocurridos desde su nacimiento hasta la salida de los monarcas a Bayona (Francia), donde accedieron a firmar su abdicación al trono en favor de los Bonaparte. Poco antes, el 17 de marzo de 1808, el pueblo ocupó el palacio de Godoy en el Motín de Aranjuez y forzó su exilio. Fernando VII consiguió que su padre le cediera el trono con otra revuelta dos días más tarde.

'Las desgracias para España'

"Con reservas a entrar en futuribles en la Historia, Napoleón no se habría atrevido a obligarles a capitular si Godoy hubiera permanecido en el cargo", afirma Rúspuli. No hay que olvidar, según apunta el investigador, que Napoleón nunca quiso un conflicto armado contra España y que con el valido de Carlos IV no se cedió ni un centímetro del territorio.

Aunque también es cierto que Godoy había firmado el Tratado de Fontainebleau entre Francia y España para invadir Portugal, por el cual Godoy conseguiría los territorios del Algarve. De todas formas, cuenta Rúspoli, "pronto, Godoy, que fue un gobernante capaz, comenzó a desconfiar de Napoleón".

"Después del motín se sucedieron todas las desgracias para España", asegura el investigador, "la guerra, la pérdida de las colonias, el nefasto reinado de Fernando VII...". Sin embargo, Rúspuli explica que el Motín no tiene nada que ver con el Dos de Mayo. El segundo fue "una auténtica reacción del pueblo madrileño que dio su sangre cuando los franceses querían llevarse a los últimos Borbones de España".

Godoy no escribió sus 'Memorias' en primera persona, sino que se limita a contar su visión del reinado de Carlos IV. Por eso no entra en las calumnias ni amoríos que le relacionaban con la reina. "Olvidémonos de las cuestiones eróticas. Siempre achacamos al sexo los motivos de ascenso", opina Rúspoli.

Según el investigador, la rápida promoción en la Corte de un provinciano sin título nobiliario como Godoy se debió a sus cualidades para el trato personal, y, sobre todo, la necesidad de los reyes de contar con una persona de confianza que les debiera todo a ellos, no como los todopoderosos ministros de Carlos III, a quienes los monarcas odiaban.

Lealtad a Carlos IV

Godoy publicó sus 'Memorias' tras la muerte de Fernando VII por lealtad al padre de éste, Carlos VI, que le hizo prometer que no escribiría nada en contra de su hijo hasta después de muerto. Por suerte para el valido, Godoy vivió 84 años, una barbaridad para la época, sobrevivió a los dos monarcas y pudo resarcir su imagen a través de sus escritos, limpiar su honor judicialmente y recuperar sus bienes. Aunque, exiliado tras el motín, no pudo volver a ver sus posesiones y murió en la miseria. Tampoco le sirvió para lavar su imagen para la Historia.

La reedición se justifica porque era un libro descatalogado y porque esta versión ha sido abreviada, aunque, aún así, cuenta con cerca de 1.000 páginas. El proceso de mutilación sólo ha consistido en suprimir los capítulos de la primera parte referida a sus años de formación. La segunda parte, con los precedentes de la Guerra de la Independencia, está íntegra, y constituye un documento básico para comprender los prolegómenos del levantamiento.


'Memorias de Godoy', estudio preliminar y edición de Enrique Rúspoli (La esfera de los libros). A la venta desde el 4 marzo. Precio: 49.00 euros.

Luis Cano, Godoy, qué poco te ha querido el pueblo, El Mundo, 16 de marzo de 2008

miércoles, 12 de marzo de 2008

Fallece el abad emérito de Montserrat, Cassià Maria Just

El abad emérito de Montserrat, Cassià Maria Just, de 81 años y enfermo de cáncer, ha fallecido a las cinco de la mañana en el monasterio en el que fue abad durante 26 años.

Fotografía de archivo, tomada el 30 de mayo de 1980, del abad emérito de Montserrat, Cassià

Un portavoz de la abadía ha explicado que el abad emérito ha fallecido en el monasterio, en el que entró cuando tenía 9 años como miembro de la escolanía y, posteriormente, como monje. En diciembre, Cassià Maria Just fue ingresado y dado de alta del hospital Sant Joan de Déu de Manresa tras padecer un ictus cerebral. El funeral se oficiará el viernes, han informado fuentes del Monasterio. La ceremonia religiosa, que será presidido por el Padre Josep María Soler, abad de Montserrat, tendrá lugar a las 10.30 horas en la Basílica de Santa María de Montserrat. La capilla ardiente por Cassià Just se abrirá a las 15.30 horas de esta tarde en Sala de Romerías de la Abadía y permanecerá abierta hasta las 20.00 horas. Mañana se volverá a abrir entre las 15.30 y las 20.00 horas y el viernes se cerrará a las diez de la mañana, poco antes del funeral.

Cassià Maria Just nació en Barcelona el año 1926, aunque vivió y está muy vinculado a la ciudad barcelonesa de Igualada, y fue monje durante 64 años de su vida. Cassià dirigió la comunidad benedictina en los años del posconcilio, la última etapa de la dictadura franquista y la transición, e imprimió a Montserrat su talante abierto y pacificador, que le llevó a acoger en la abadía a creyentes y no creyentes de todas las tendencias políticas.

Protesta por el proceso de Burgos

Entre los ejemplos de este talante destaca el permitir, a pesar del efecto que podía tener en las relaciones entre la Iglesia y el régimen de Franco, el famoso encierro de intelectuales en Montserrat en protesta por el llamado proceso de Burgos, consejo de guerra en el que se condenó a muerte a miembros de ETA.

Defensor desde siempre del diálogo para acabar con el conflicto en el País Vasco, en el año 2000 apoyó al entonces conseller en cap de la Generalitat, Josep Lluis Carod Rovira, cuando se hizo público que había mantenido conversaciones con dirigentes de ETA en Perpinyà y fue cesado por el ex presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall.

En el mundo benedictino participó a nivel internacional en la aplicación del Concilio Vaticano II y ejerció el cargo de Visitador de la Provincia Hispánica Benedictina, de 1989 a 1996.

A partir de su magisterio monástico, publicó unas 'Glosas' para una relectura de la regla benedictina (Publicaciones de l'Abadía de Montserrat, 1981) e impartió numerosas conferencias y ejercicios espirituales, especialmente a sacerdotes y religiosas.

En su defensa de la necesidad de un cambio en la moral católica destacan los posiciones de respeto hacia la homosexualidad, la demanda de una apertura del Vaticano en el ámbito de la sexualidad y de apoyo a la eutanasia pasiva.

Cassià Maria Just tuvo influencia notable en el clero y los religiosos de Catalunya, y mantuvo siempre el contacto y el diálogo con el mundo cultural y político catalán.

Defensor de los Derechos Humanos y de la personalidad catalana, mereció la aprobación de Pablo VI y mantuvo en todo momento la proyección nacional e internacional de Montserrat impulsada por el abad Aureli Maria Escarré, exiliado por sus críticas al régimen franquista.

Fotografía de archivo, tomada el 30 de mayo de 1980, del abad emérito de Montserrat, Cassià Maria Just, en el acto en el que recogió el premio Jaime I

Músico organista

Cassià fue también, y hasta el final de sus días, músico. Entró en la Escolanía de Montserrat en 1939, tras una preparación musical previa durante la Guerra civil con el padre Anselm Ferrer. En la escolanía tuvo de maestro al padre David Pujol y muy pronto mostró su habilidad musical a través del órgano.

Ingresó en el Monasterio de Montserrat el 5 de agosto de 1942 e hizo la profesión solemne el 15 de agosto de 1947. Su ordenación sacerdotal tuvo lugar el 27 de agosto de 1950. Cursó estudios superiores de música, órgano y canto gregoriano en el Pontificio Instituto de Música Sacra (Roma) y amplió los conocimientos de órgano en París, con André Marchal y Norbert Dufourcq.

El 1 de diciembre de 1966 fue elegido abad de la comunidad, después de haber desarrollado las tareas de maestro de novicios y de prior del Abad Gabriel Brasó. Al dejar el cargo en 1989, lo sucedió el padre Sebastià M. Bardolet.

Dentro de la actividad social, colaboró con distintas entidades solidarias, como la Fundación Catalana Tutelar Aspanias, Acció Solidaria contra l'Atur, Fundació Vidal i Barraquer, Fundació per la Pau y la Fundació Cassià Just, que lleva su nombre.

En reconocimiento a su trayectoria, en 1991 recibió la Cruz de Sant Jordi que otorga la Generalitat. Actualmente, el padre Cassià era uno de los organistas titulares de la basílica de Montserrat y desplegaba una notable actividad como guía espiritual.

Fallece el abad emérito de Montserrat, Cassià Maria Just, La Vanguardia, 12 de marzo de 2008

lunes, 10 de marzo de 2008

Stanley Payne: "España y Franco no fueron neutrales en la Segunda Guerra Mundial"

El escritor e historiador Stanley G. Payne, especializado en temas hispanos, ha presentado en Madrid su última obra: Franco y Hitler (La Esfera de los Libros). En este trabajo el autor expone la novedosa teoría de que el dictador español no estuvo al lado del Fürher durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y aporta documentas para intentar demostrar que sí mantuvieron contactos durante la contienda, pese a la creencia de que España se mantuvo neutral durante el conflicto. Payne presenta así una investigación "única" hasta el momento.

"Pese a lo que se diga, España no fue neutral", ha afirmado el profesor estadounidense emérito en Historia en la presentación. En las más de 400 páginas que componen Franco y Hitler, Payne despieza las relaciones entre los dos dictadores y cómo el modo de llevarlas y de empezar a superarlas contribuyó a la supervivencia del régimen de Franco.

La parte principal de la obra estudia fase por fase las relaciones entre Madrid y Berlín durante la Guerra Mundial. Sin embargo, se remonta a la Guerra Civil Española durante la cual se estableció el nexo entre el Tercer Reich y el régimen franquista. "Sin la ayuda de Hitler, la insurrección hubiera fracasado", ha dicho el autor. "Aunque Franco debía a Alemania una deuda por su ayuda, España nunca entró en la Guerra Mundial, pero tampoco fue neutral. Se declaró no beligerante, término que se inventó Mussolini", ha explicado Payne para justificar la ayuda española que España dio a Alemania en términos económicos, logísticos y políticos.

La obra explica en detalle cómo España estuvo a punto de intervenir en numerosas ocasiones. "España quiso entrar pero estaba muy debilitada económicamente. Cuando empezaba a recuperarse pidió contrapartidas a Hitler que nunca se las dio y, como dijo Franco en su día, España no podía entrar por gusto", ha contado el historiador. "Franco era más listo y aunque nunca ganó sus objetivos, con la decisión de no ceder evitó cometer el peor error: entrar en la guerra. Su astucia le salvó", ha confesado Payne. "Le costó que al que había creído un amigo justiciero le llamara 'charlatán latino'", ha recalcado el autor.

Documentación inédita

Franco y Hitler también analiza la ambigua posición del régimen franquista con los judíos y es la primera obra que aporta material del plan de invasión de Portugal del que nunca se ha hablado. "Hubo un plan, pero nunca la intención de llevarlo a cabo", ha aclarado Payne.

Pese a la amplia bibliografía que existe acerca de este episodio de la Historia, el libro de Stanley G. Payne aporta muchas novedades. Su autor ha confesado que tuvo acceso a mucha documentación, alguna inédita, y que fue difícil seleccionar. "Un investigador tiene que limitarse porque hay muchos datos", ha dicho.

Stanley G. Payne ha escrito muchos libros dedicados a la historia contemporánea española. En seis meses se publican sus memorias donde dará una explicación detallada acerca de este amor por España. "España hace 50 años era virgen y eso me atrajo mucho", ha adelantado.

Stanley Payne: "España y Franco no fueron neutrales en la Segunda Guerra Mundial", El País, 10 de marzo de 2008

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domingo, 9 de marzo de 2008

Valencia exhibe los colores de la cultura republicana

El gesto reflexivo y apesadumbrado de Juan Negrín observa a los transeúntes desde dos grandes pancartas colgadas de las fachadas del edificio renacentista de la Universidad de Valencia, en pleno centro de la ciudad. Esa misma expresión del médico socialista, entonces jefe del Gobierno republicano, protagonizó uno de los periodos más intensos de la historia reciente de Valencia, cuando la ciudad fue capital de la República, durante la Guerra Civil, entre noviembre de 1936 y octubre de 1937. El asedio de las tropas franquistas a Madrid a comienzos del otoño de 1936 aconsejó a las instituciones republicanas (Gobierno, Parlamento, partidos, sindicatos y empresas estatales) trasladar sus sedes a Valencia, para garantizar su seguridad y su legitimidad lejos del frente. No sin cierta polémica, por cierto.

Carteles republicanos en el claustro de la Universidad.

"Valencia pasó entonces de ser una ciudad provinciana de apenas 300.000 habitantes", comenta Edelmir Galdón, comisario de la exposición En defensa de la cultura (1936-1937), "a convertirse en una referencia internacional y en el lugar de acogida no sólo de los principales políticos de la época, sino de intelectuales, artistas y periodistas, desde Antonio Machado o Rafael Alberti hasta Ernest Hemingway o Robert Capa. Hay que recordar que la capital valenciana acogió el famoso congreso de intelectuales antifascistas de 1937. Llegaron también científicos e investigadores y Valencia vivió una insólita producción cultural en apenas un año. Paralelamente, la ciudad sufrió terribles bombardeos por mar y por aire y se vio obligada a adaptar sus infraestructuras, su urbanismo y sus servicios a una situación de emergencia durante la que llegaron unos 100.000 refugiados que huían de combates en otros puntos de España".

Esta exposición sobre la vida cultural en la época integra una de las tres muestras, que permanecerán abiertas hasta el 30 de marzo y que culminan la multitud de actos que la Universidad de Valencia, en colaboración con otras entidades, ha organizado desde finales del pasado año. Las otras dos exposiciones se ocupan de la figura de Juan Negrín y de Libros en el infierno 1939. "Ha representado un esfuerzo formidable organizar todo esto", señala Josep Lluís Barona, profesor de Historia de la Medicina y uno de los responsables de la conmemoración, "pero ha valido la pena. Hemos rescatado una etapa muy relevante y, al mismo tiempo, poco conocida, no sólo de Valencia, sino de todo el periodo republicano durante la Guerra Civil".

Los organizadores han concebido asimismo esta revisión histórica con un sentido de permanencia. Por ello no se han limitado a las exposiciones temporales, sino que han editado una colección de libros clave para entender aquel febril, dramático y, a la vez, riquísimo periodo. Así se ha publicado, bajo la dirección de especialistas en las distintas materias, una colección imprescindible para historiadores e interesados en la época que reúne cinco títulos. Se trata de Valencia, capital de la República. Discursos políticos e institucionales (Antoni Furió); Ciencia y sanidad en la Valencia capital de la República (Josep Lluís Barona y Josep Bernabeu-Mestre); Valencia, capital literaria y cultural de la República (Manuel Aznar Soler); Valencia, capital antifascista. Visiones e impresiones de una ciudad en guerra (Antonio Calzado y Javier Navarro), y Educación, guerra y revolución (Juan Manuel Fernández Soria y Alejandro Mayordomo).

La exposición En defensa de la cultura pone de relieve la importancia enorme que las autoridades republicanas otorgaron a la salvaguarda del patrimonio cultural y, en especial, de los fondos del Museo del Prado que en buena parte fueron trasladados a Valencia. La muestra, que está dividida en tres salas del edificio de la universidad, incluye también obras de artistas valencianos que participaron en la Exposición Internacional de París de 1937. "Fue un momento irrepetible", opina el comisario Galdón, "porque la guerra todavía no estaba perdida, las ilusiones de la población seguían en pie y la ebullición cultural alumbró una auténtica Edad de Plata de la cultura española".Machado, Alberti, Capa o Hemingway vivieron en Valencia durante el conflicto.

Libros en el infierno

En la jerga de los bibliotecarios, el infierno es el lugar destinado a los libros considerados licenciosos o prohibidos, más referidos a cuestiones morales que políticas. Este atractivo título de Libros en el infierno 1939 define la exposición que acoge la Universidad de Valencia y que incluye 187 libros a modo de selección entre los miles de volúmenes que esta institución albergó durante más de medio siglo procedentes de diversos archivos y bibliotecas.

Salvador Albiñana, comisario de la exposición, instalada en una sala de la Universidad de Valencia, comenta que no existen registros documentales de todo este material y resalta, por tanto, las dificultades en muchos casos para conocer su origen. "No obstante", comenta Albiñana, "una parte de los libros de la exposición proceden de las bibliotecas del escritor Max Aub, de Fernando Llorca, yerno de Vicente Blasco Ibáñez, o de bibliotecas de partidos políticos, hospitales o cuarteles". Tras señalar que la exposición está dedicada a María Moliner, que fue bibliotecaria de la universidad valenciana en 1936 y 1937, Albiñana distingue los dos tipos de requisas que se llevaron a cabo durante la guerra. "Las republicanas servían, en general, para socializar el libro, mientras las franquistas buscaban eliminar los libros".

Miguel Ángel Villena, Valencia exhibe los colores de la cultura republicana, El País, 9 de marzo de 2008

Vergüenza en Alicante

En Campo de los almendros (México, 1968), tal vez la mejor novela del exilio español, Max Aub cuenta magistralmente, con técnica casi cinematográfica no ajena a la de Manhattan Transfer, el pánico y el caos de los últimos días de la Guerra Civil en Alicante... y el horror de los que les siguieron.

En vísperas del contundente parte final de la contienda del 1 de abril de 1939, caído ya Madrid, abarrotaban los muelles del puerto de Alicante muchos miles de republicanos que esperaban con creciente desesperación la llegada de los barcos anunciados que les librasen de la inevitable vesania franquista. Los barcos no llegaron, pero uno que ya estaba allí, el carguero británico Stanbrook, se ganó un lugar inmortal en los anales de la decencia humana debido a la valentía y generosidad de su comandante, Archibald Dixon, que acogió a bordo nada menos que a 3.028 hombres, mujeres y niños y zarpó con ellos rumbo a Orán. Algunos de los que hicieron la travesía la han recordado, con honda emoción, en el excelente documental de Joan Sella para RTV, Cautiverios en la arena. Una historia del exilio, que se incluyó en la serie El laberinto español, conducida por Jorge M. Reverte y emitida el año pasado.

A los que no lograron escapar de la ratonera alicantina -y que no optaron por el suicidio, que hubo muchos, como narró en su momento el testigo presencial Eduardo de Guzmán-, les esperaban, entre otros paraderos siniestros, el infierno del campo de concentración que daría su nombre a la mencionada novela de Aub. Un documento de los nacionales fechado el 3 de abril de 1939 ya daba fe de las espantosas condiciones que existían en aquel lugar de infausta memoria, situado en la carretera de Alicante a Valencia entre La Goteta y Vistahermosa.

En noviembre de 2004, la Comisión Cívica de Alicante para la Recuperación de la Memoria Histórica solicitó al Ayuntamiento, con mayoría absoluta del Partido Popular, un monumento que recordara el trágico fin de la Guerra Civil en la ciudad. Al día siguiente, el Pleno acordó por unanimidad crear una comisión temporal para estudiar el asunto. Ante la prolongada inactividad de la misma, la Comisión Cívica solicitó, en mayo de 2006, una parcela concreta de suelo público en Los Almendros, de unos mil metros cuadrados, acompañando la necesaria documentación. La solicitud fue reiterada cuatro veces a partir de entonces y hasta finales de 2007, sin ser atendida por el Ayuntamiento. Entretanto, la Comisión Cívica consiguió una subvención del Gobierno de España para edificar el memorial, subvención que vencerá a finales de marzo de 2008.

El domingo 20 de enero de este año se convocó una manifestación en el Campo de los Almendros -hoy en día mayormente urbanizado- con la finalidad de reclamar, una vez más, la construcción del memorial. Según el testimonio de varios presentes, fue un acto emotivo: hablaron algunos supervivientes del campo (ya quedan pocos) de su experiencia de aquellos terribles días, y luego se plantó un simbólico almendro florecido.

Pocas horas después el árbol fue arrancado. Sobre el cartel que lo acompañaba algún energúmeno había pintado la palabra "asesinos" al lado de una esvástica.

El alcalde de Alicante, Luis Díaz Alperi, preguntado por su opinión acerca del proyecto, manifestó: "La culpa la tienen ellos, porque, ¿a quién se le ocurre pedir una subvención sin tener previamente el permiso del Ayuntamiento?". "¿Entonces se construirá el memorial?", insistió el periodista. "Cuando Dios quiera", repuso el edil. Así es el talante del Partido Popular en Alicante, y ello a las pocas semanas de aprobada en las Cortes la llamada Ley de la Memoria Histórica.

Comentando el triste asunto en la sección Cartas al director de este diario (EL PAÍS, 13 de enero de 2008), Juan Manuel Menéndez de las Heras recriminó a los populares alicantinos, con razón, su falta de sentido de la solidaridad, de la justicia y de la humanidad. ¿Sería demasiado esperar a estas alturas que reconsiderasen, que rectificasen? Quiero creer que no. Si fuesen capaces de hacerlo sería no sólo un acto de valentía, sino el mejor homenaje posible al espíritu de reconciliación de la Constitución de 1978. Y también a Max Aub, escritor cada vez más admirado en España y fuera, que tiene en tierras levantinas, concretamente en Segorbe, la fundación que lleva su nombre.

Ian Gibson (hispanista), Vergüenza en Alicante, El País, 9 de marzo de 2008

sábado, 8 de marzo de 2008

El cadáver de Andreu Nin podría estar en una fosa común hallada en febrero en Alcalá de Henares

La Fundación Andreu Nin considera que tendría "cierta lógica" que el cadáver del líder del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM) secuestrado y asesinado en 1937 figurara entre los restos óseos de la fosa común hallada en febrero durante una obras en la Unidad de Servicios de Base (USBA) Primo de Rivera, en Alcalá de Henares, según fuentes de la Junta Directiva de la organización consultadas por Europa Press.

"Como mínimo, no se puede confirmar pero no es totalmente descartable. Tiene una cierta lógica", aseguraron las citadas fuentes, tras explicar que esa hipótesis puede tener "elementos" a su favor, como que cerca de la Brigada Paracaidista estaba el chalet usado por el general republicano Hidalgo de Cisneros y su mujer y en que Nin pudo haber estado confinado a mediados de junio de 1937 antes de que le mataran. Señalaron además que los análisis forenses de los restos óseos han comenzado este jueves y que esperan que "en los próximos días" se consigan los resultados.

No obstante, las fuentes afirmaron que este extremo sería "un poco contradictorio" con las conclusiones del documental de la televisión catalana TV3 'Operación Nikolai", en que personas que participaron en el secuestro de Nin aseguraron que le dejaron en la carretera que une las localidades madrileñas de Perales de Tajuña con Alcalá.

Las fuentes consultadas por Europa Press indicaron que la Fundación Nin, en que colabora una de las nietas del líder del POUM, ha mantenido esta semana contactos con los ministerios de Presidencia y de Defensa para interesarse por la investigación abierta por el Juzgado Togado Territorial número 11 y les ha transmitido su deseo de ser "parte actuante" en las indagaciones en curso. "Colaboraremos y actuaremos obviamente con un interés clarísimo de ver si entre los restos se encuentran los restos de Andreu Nin", señalaron.

Los departamentos dirigidos por María Teresa Fernández de la Vega y José Antonio Alonso respondieron a la fundación que contarán con su participación en el proceso de investigación y les irán informando, teniendo en cuenta que si se confirma que el cadáver de Nin figura entre los restos les facilitaran pruebas de ADN de sus descendientes directos, según las mismas fuentes, que aseguraron que "en los próximos días" podrían conocer los resultados de los análisis.

En la actualidad, los familiares vivos de Nin son una de sus hijas, que no reside en España; varios nietos -incluida una hija que participa en los trabajos de la fundación- y varios descendientes de segundo grado, algunos de ellos todavía residentes en El Vendrell, la localidad tarraconense en la que nació el líder del POUM.

El hallazgo de la fosa común con varios restos humanos se produjo el 11 de febrero durante unas obras que se realizaban en la zona nordeste de la Unidad de Servicios de Base (USBA) 'Primo de Riverà de la Brigada Paracaidista (BRIPAC) en Alcalá de Henares (Madrid) para construir un muro perimetral. Los operarios, que trabajaban con máquinas, no se percataron en un primer momento de los restos óseos humanos, hecho que descubrió posteriormente personal civil y militar de la BRIPAC destacado en el acuartelamiento.

Los hechos se pusieron entonces en conocimiento de los superiores del cuartel Primo de Rivera, que los trasladaron al Juzgado Togado Militar número 11. El titular del juzgado castrense se personó en la zona, acompañado por agentes de la Policía Judicial, un médico forense y un secretario judicial de Alcalá. El equipo dirigido por el magistrado procedió a la recogida de los restos óseos, abrió diligencias previas para esclarecer el hallazgo y ordenó la paralización de las obras para que se realizara una inspección más intensiva de todo el terreno, según las fuentes militares consultadas por Europa Press.

El diario ABC, que adelantó el hallazgo en su edición de este miércoles, aseguró que la fosa se encuentra en el lugar que se vincula a la desaparición de Nin. Informó además de que la fosa, situada a dos o tres metros de profundidad, contenía un "amasijo" de huesos que correspondería a cinco personas, incluido un cráneo con un orificio de bala y dos tibias fracturadas, además de restos de ropa. Dos de los cadáveres podrían ser de jóvenes, toda vez que sus maxilares conservaban piezas dentales. El periódico madrileño apuntó que la situación en que aparecían dispuestos los restos humanos -colocados sin orden- evidenciaría que su enterramiento fue clandestino incluso podría haber sucedido que la fosa fuera abierta y clausurada en varias ocasiones para almacenar nuevos cadáveres.

(Europa Press, Madrid), El cadáver de Andreu Nin podría estar en una fosa común hallada en febrero en Alcalá de Henares, La Vanguardia, 6 de marzo de 2008

Bienvenido, Mr. Sam

En 1953 la firma del Tratado de Amistad y Cooperación Hispano-Americano financiaba en parte el desarrollo económico de España, aislada todavía en el terreno de las relaciones internacionales. Con él llegaría la rúbrica de varios acuerdos bilaterales con Estados Unidos, uno de ellos de especial importancia estratégica y geopolítica: el de la instalación en territorio nacional de varias bases militares norteamericanas, en especial las de Torrejón de Ardoz en Madrid, Rota en Cádiz y Zaragoza. Mientras, en Guadalix de la Sierra, entonces un pequeño pueblo del norte de Madrid, Luis García Berlanga comenzaba el rodaje de una de las películas más emblemáticas del cine español, «Bienvenido Mr. Marshall», protagonizada por el incomparable Pepe Isbert y por Lolita Sevilla, que ha dejado su testimonio sobre aquellos días de cámaras y «extras» lugareños disfrazados de andaluces en el capítulo noveno de la Memoria Visual de España. Tiempos de leche en polvo, mantequilla y queso con el sello del Tío Sam. Y también de la esperada llegada del Cinemascope con «La túnica sagrada» como abanderada de una nueva forma de ver el cine.

La industria del motor se moderniza y, además del espectacular bólido deportivo de la marca Pegaso, empiezan a rodar por nuestras carreteras el compacto Seat 1400 y esa moto, la Vespa, un «seiscientos» después de haber hecho strip-tease, que vino de Italia para ya no irse.

Otro importante factor colaboró en el proceso de apertura de España al exterior, aunque la entrada en Naciones Unidas siguiera siendo vetada: el reconocimiento por parte de la Santa Sede, a través del Concordato, de la legitimidad del Gobierno de España y de Franco como hijo predilecto de la Iglesia. Por entonces, el príncipe Juan Carlos de Borbón continuaba con su formación. Tenía por entonces diecisiete años y ya mantenía sus primeros contactos directos con Franco.

Rey de la montaña

En el terreno deportivo, Federico Martín Bahamontes, «El águila de Toledo», se convertía en el rey de la montaña en la edición de 1954 del Tour de Francia, un año antes de consagrarse en París con el maillot amarillo.

Ese año de 1954 fue el del emocionante regreso a España en el buque «Semiramis» de los últimos prisioneros de la División Azul, tras once años de cautiverio en la Unión Soviética. También el de la concesión del Nobel a un «españófilo», Ernest Heminghway, y el de la muerte de un español con Nobel, Jacinto Benavente. También dejó el mundo de los vivos Eugenio D´Ors. En aquellos días Juanito Valderrama conocería a su sempiterna pareja Dolores Abril, al tiempo que Lola Flores regresaba triunfante de su exitosa gira americana. El capitán Trueno y El guerrero del antifaz luchaban enconadamente por hacerse con el liderazgo de las preferencias del ocio en materia de cómic de los españoles.

Luis Conde-Salazar Infiesta, Bienvenido, Mr. Sam, ABC, 8 de marzo de 2008

viernes, 7 de marzo de 2008

44 toneladas de bombas

La aviación italiana de Mussolini no necesitó demasiado tiempo para convertir Barcelona en un infierno. Entre las 22.08 horas del 16 de marzo de 1938 y las 15.19 horas del día 18 del mismo mes, los aliados de Franco lanzaron sobre la capital catalana 44 toneladas de bombas en una serie de ataques sistemáticos. Los bombardeos se producían cada tres horas y no tenían un objetivo militar: era un ataque contra la población civil para provocar el terror en la retaguardia republicana. Barcelona no fue el único enclave en Cataluña que padeció las bombas de los aviadores fascistas. Sus incursiones durante la Guerra Civil en 140 municipios catalanes causaron más de 4.700 muertos. No obstante, el ensañamiento con la población barcelonesa en esos días de marzo no tenía precedente: 670 muertos y 1.200 heridos.

La Generalitat, a través de la Dirección General de la Memoria Democrática, ha organizado diversas actividades para conmemorar el 70º aniversario de la masacre, entre las que destaca la de recrear un refugio antiaéreo de la época en la estación de metro de Universitat o la itinerancia de la exposición del Museo de Historia de Cataluña Cuando llovían las bombas, ahora ampliada y que ya se ha podido ver también en algunas ciudades italianas.

Lo ocurrido en Barcelona en marzo de 1938 representa además un episodio fundamental en el camino hacia la llamada guerra total, que convierte a los civiles en objetivo y que posteriormente se ha repetido en la mayoría de conflictos armados, especialmente durante la II Guerra Mundial. El historiador Xavier Domènech, comisario de la exposición Refugio. Cuando el refugio es el subsuelo, que se podrá ver en el metro de Universitat, quiso recordar ayer en la presentación de los actos conmemorativos la reacción de los barceloneses frente a los bombardeos. "Fue la sociedad civil la que demostró su capacidad de defensa y la que se encargó de construir los refugios antiaéreos. El tejido social republicano fue más activo que las propias instituciones", afirmó.

Junto con esta iniciativa, la responsable de la Dirección General de la Memoria Democrática, María Jesús Bono, anunció que en breve se abrirá una convocatoria de subvenciones para la recuperación patrimonial de vestigios importantes de la Guerra Civil. Parte de este esfuerzo se concentrará en la restauración de los refugios antiaéreos, que llegaron a sumar 2.000 en toda Cataluña, 1.300 de ellos en Barcelona.

Un amplio homenaje a las más de 4.700 víctimas catalanas

- 15 de marzo. Abre la exposición Refugio en la estación de metro de Universitat.

A partir de mayo, comenzará la itinerancia por Cataluña de Cuando llovían bombas.

- 17 de marzo. Homenaje a las víctimas en el Palau de la Generalitat. Estreno en el Club Coliseum el documental Mirando al cielo, de Jesús Garay.

- La web barcelonabombardejada.cat recoge todas las actividades, como la museización del refugio de Sant Adrià de Besòs, una base documental con los nombres que se conocen de las víctimas (que crecerá con nuevos datos) y mapas de los bombardeos.

Israel Punzano (Barcelona), 44 toneladas de bombas, El País, 7 de marzo de 2008

Defensa ocultó un mes el hallazgo de la fosa común en Alcalá de Henares

El Ministerio de Defensa se ha visto obligado a confirmar a ABC el hallazgo de una fosa común con restos humanos en Alcalá de Henares, que pudiera pertenecer a la Guerra Civil, como desveló ayer este periódico. Defensa, que, en un primer momento no quiso admitir los hechos, asegurando que los desconocía, ha ocultado durante casi un mes este hallazgo.

Este departamento ministerial se limitó ayer a afirmar que el asunto estaba «judicializado» y que un juez togado militar se había hecho cargo de la investigación de los «huesos y restos encontrados». Además, puntualizó que hay que esperar a que finalice la investigación para conocer la procedencia de los restos. No quisieron confirmar si los restos encontrados pertenecían al menos a cinco o nueve personas.

Sin embargo, ABC sí que ha tenido acceso al acta que levantó la Policía Judicial el pasado día 11 de febrero, cuando se descubrieron estos restos. En dicha acta se constata que el descubrimiento tuvo lugar mientras se realizaban unas obras en la Unidad de Servicios de Base (USBA) «Primo de Rivera» de la Brigada Paracaidista (Bripac) en Alcalá de Henares. Los trabajos se concretan en la construcción de un muro perimetral en el noroeste de esta base militar. La obra se estaba realizando con una máquina excavadora, pero los operarios que se encontraban presentes no se dieron cuenta, en un primer momento, de la presencia de estos restos. Fue posteriormente cuando un civil y un soldado, destacados en el acuartelamiento, los descubrieron.

En manos de un juez militar

Estos hechos se pusieron en conocimiento de los mandos de este cuartel, que dieron traslado al Juzgado Togado Militar Territorial número 11, cuyo titular se personó en la zona, junto con agentes de la Policía Judicial, un médico forense y un secretario judicial de Alcalá de Henares.

El magistrado procedió a recoger los restos óseos y ordenó la paralización de las obras para que se realizara un análisis profundo del terreno, que ahora está cubierta con plásticos. Además, ha abierto unas diligencias previas para esclarer las circunstancias de este hallazgo.

Uno de los datos que más llaman la atención de las circunstancias que están rodeando la investigación de estos hechos es que, según fuentes judiciales consultadas por ABC, otra irregularidad que se podría cometer es que el asunto esté en manos de un juez togado militar, y no civil. Según la Ley Orgánica de Jurisdicción Militar 4/1987 de 15 de julio, los jueces militares sólo son competentes para juzgar los delitos del Código Penal Militar cometidos por militares. En este caso, no se trata de un delito recogido por esta legislación militar, según las mismas fuentes.

Las primeras impresiones sobre el terreno apuntan a que podría tratarse de una fosa común de la Guerra Civil y que los cuerpos habrían sido arrojados a la fosa y no colocados ordenadamente en el fondo de la misma. Incluso, se baraja la hipótesis de que se trate de una fosa abierta y cerrada sucesivamente varias veces, para acumular en ella nuevos cadáveres.

La importancia de este hallazgo es que Alcalá de Henares fue durante la contienda zona republicana y en esta zona fueron asesinados más de cuatrocientos sacerdotes, seminaristas y seglares. Igualmente, en Alcalá de Henares, en junio de 1937, fue detenido, torturado y asesinado el líder del Partido Obrero de Unificación Marxista (Poum), Andreu Nin, y cuyo paradero se desconoce.

El silencio oficial sobre el descubrimiento de esta fosa común abre una serie de incógnitas sobre el incumplimiento, por parte del Gobierno socialista, de la Ley de Memoria Histórica, en la que el Ejecutivo de Zapatero se comprometía a facilitar toda la información disponible sobre los terrenos en se localicen restos de víctimas de la Guerra Civil.

Acceso de los ciudadanos

En su artículo 12, la Ley indica que el Gobierno «elaborará un protocolo de actuación científica y multidisciplinar que asegure la colaboración institucional y una adecuada intervención en las exhumaciones». Igualmente, «elaborará y pondrá a disposición de todos los interesados mapas en los que consten los terrenos en que se localicen los restos, incluyendo toda la información complementaria disponible sobre los mismos».

Finalmente, y entre otras disposiciones, este texto legislativo afirma que «el Gobierno determinará el procedimiento y confeccionará un mapa integrado que comprenda todo el territorio español, que será accesible para todos los ciudadanos interesados y al que se incorporarán los datos que deberán ser remitidos por las distintas Administraciones públicas. Las áreas incluidas en los mapas serán objeto de especial preservación por sus titulares en los términos que reglamentariamente se establezcan».

Paloma Cervilla (Madrid), Defensa ocultó un mes el hallazgo de la fosa común en Alcalá de Henares, ABC, 6 de marzo de 2008

miércoles, 5 de marzo de 2008

Hallada una posible fosa común en unas obras del Ejército en Alcalá de Henares

Los restos de al menos cinco personas han aparecido hasta el momento en lo que parece una fosa común de la Guerra Civil, descubierta la semana pasada en la madrileña localidad de Alcalá de Henares. El hecho adquiere una mayor trascendencia por el espeso silencio oficial que ha rodeado el hallazgo, ya que la supuesta fosa ha sido descubierta durante unas obras en un acuartelamiento de la Brigada Paracaidista (Bripac). Un silencio aún más chocante si se considera que el lugar está vinculado a la desaparición de Andreu Nin, líder del POUM, asesinado por agentes de Stalin ante la pasividad del Gobierno republicano.

El descubrimiento de esta posible fosa común fue realizado a mediados de la semana pasada en las instalaciones de la Unidad de Servicios de Base (USBA) «Primo de Rivera», en la carretera de Alcalá a Meco. Este acuartelamiento de la Bripac, creado a principios de los años 50, se encuentra en fase de remodelación para albergar el futuro cuartel general de las Fuerzas Ligeras del Ejército de Tierra, dado que la Brigada paracaidista se está trasladando a Paracuellos del Jarama.
Una excavadora empleada en los trabajos de este futuro cuartel general sacó a la luz, a una profundidad de dos a tres metros, un macabro amasijo de huesos humanos, entre los que había al menos un cráneo con un agujero de bala y dos tibias fracturadas. Junto a los huesos aparecieron restos de vestimenta, como hebillas o botones. Se presume que los restos hallados hasta el momento pertenezcan al menos a cinco personas, algunas de ellas jóvenes, ya que en dos maxilares descubiertos se conservan todas las piezas dentales.

Después del hallazgo se personaron en el lugar un juez togado militar y una forense de Alcalá de Henares, que procedió al levantamiento de algunos de los restos para su análisis. La primera impresión sobre el estado de los restos y las condiciones en que han aparecido apuntan a una posible fosa común de la Guerra Civil. No se descarta que existan más restos en las inmediaciones.

Según ha podido saber ABC, la forma en que han aparecido los restos evidencia que se trata de un enterramiento clandestino. Los cuerpos habrían sido arrojados a la fosa, y no colocados ordenadamente en el fondo de la misma. Incluso se baraja la hipótesis de que se trate de una fosa abierta y cerrada sucesivamente varias veces, para acumular en ella nuevos cadáveres.

La aparición de los que podrían ser los restos de víctimas de la Guerra Civil ha disparado todas las especulaciones en Alcalá de Henares, ciudad natal de Azaña, que durante toda la contienda fue zona republicana. Así, se recuerda que en noviembre de 1936 se dirigieron hacia Alcalá algunos de los miles de presos sacados de las cárceles de Madrid, la mayor parte de los cuales terminaron siendo asesinados en Paracuellos del Jarama y Torrejón de Ardoz. Asimismo, se sabe que en las localidades de la diócesis de Alcalá fueron asesinados más de cuatrocientos sacerdotes, seminaristas y seglares.

Pero lo que concede el máximo interés a este hallazgo son las circunstancias que lo vinculan a uno de los mayores enigmas de la Guerra Civil: el paradero de Andreu Nin, líder del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), detenido, torturado y asesinado en Alcalá, en junio de 1937, por agentes al servicio d Stalin, bajo la acusación falsa de servir al espionaje franquista.

En este sentido, destaca el hecho de que el acuartelamiento de la Bripac donde ha aparecido la supuesta fosa común, se levanta cerca de lo que fue durante la contienda un aeródromo de la Aviación republicana. Bautizado antes de la guerra como el «Barberán y Collar», este aeródromo jugó un papel decisivo en la lucha aérea sobre Madrid, y en él se instaló el cuartel general de la Aviación republicana.

Según diversas fuentes históricas, fue en este chalé donde Andreu Nin, detenido en Barcelona el 16 de junio de 1937, fue llevado a escondidas y torturado durante días por agentes soviéticos y españoles de la NKVD, policía secreta de Stalin, ante la pasividad del Gobierno republicano. De este chalé fue sacado para su ejecución, aunque para ocultar el crimen el Partido Comunista difundió en aquellos días la rocambolesca historia de que había sido liberado por agentes de la Gestapo alemana.

Al contrario de lo que viene sucediendo en los últimos años, donde se han multiplicado con gran difusión las exhumaciones de víctimas de la represión provocada por el llamado bando «nacional», la aparición de estos restos se ha visto rodeada de un espeso silencio oficial. Desde el Ministerio de Defensa, no se ha comunicado a la opinión pública este macabro descubrimiento, realizado hace ya una semana en instalaciones de su competencia. Tampoco se ha informado desde la Vicepresidencia del Gobierno, responsable de la redacción de la llamada «Ley de Memoria Histórica», mediante la que el propio Zapatero se comprometió a que el Gobierno facilitaría toda la información disponible sobre los terrenos en que se localicen restos de víctimas de la Guerra Civil.

ABC se puso en contacto con el Ministerio de Defensa para confirmar estos hechos, pero aseguran desconocer la existencia de los mismos.

J. Albiol (Madrid), Hallada una posible fosa común en unas obras del Ejército en Alcalá de Henares, ABC, 5 de marzo de 2008